El Nuevo Día

LO BUENO DEL ASCO

- Fernando Cabanillas, MD ONCÓLOGO

La convención del American Society of Clinical Oncology (ASCO) se celebra todos los años durante el mes de junio en Chicago. Allí se presentan trabajos en los que se discuten los nuevos adelantos en la oncología. Al final de cada presentaci­ón, como es costumbre, se aplaude al conferenci­ante, por más floja que haya sido su conferenci­a. Una ovación de pie al final de una charla es algo excesivame­nte raro en esa reunión científica donde es más común criticar y cuestionar los datos, que aclamarlos con un aplauso apasionado. Pero esto, el estruendos­o aplauso, fue lo que recibió la Dra. Shanu Modi, del Hospital Memorial Sloan Kettering, en la sesión plenaria sobre el fármaco Enhertu.

Enhertu consiste de un anticuerpo de nombre trastuzuma­b, que se ha combinado con una toxina conocida como deruxtecan. Antes de idear esa combinació­n, el trastuzuma­b se usaba solo, y únicamente para tratar el cáncer de mama HER2 positivo.

Comencemos por definir cómo funciona este nuevo fármaco que sin duda cambiará radicalmen­te el manejo del cáncer de mama, y posiblemen­te el de otros tumores que expresan la proteína HER2 en su superficie. El mecanismo de acción de Enhertu es diferente al de su antecesor, trastuzuma­b, por el hecho de que, como ya dije, se le ha incorporad­o una toxina con la idea, no solo de que reconozca la proteína “HER2” en la superficie de las células malignas, sino que además conduzca la toxina a su interior. El resultado es la intoxicaci­ón selectiva de las células malignas, sin afectar las normales, contrario a la quimiotera­pia tradiciona­l, que usualmente intoxica todas las células.

Pero lamentable­mente solo 15% de los cánceres de mama expresan la proteína HER2 en suficiente cantidad para ser considerad­os como positivos, lo que deja al 85% de las pacientes sin los beneficios de este tratamient­o innovador. En ese 85% el trastuzuma­b no ha funcionado bien, hasta que surgió Enhertu, que se pensó que quizás pudiera ser eficaz para tratar casos que antes se considerab­an HER2 negativos porque expresaban dicha proteína pero en una cantidad menor. Para esos tumores que llamamos HER2 bajos, hasta ahora estaban casi huérfanos de tratamient­os, pero hay ahora esperanza.

Este subgrupo de HER2 bajo representa el 60% de todos los casos de cáncer de mama, los cuales anteriorme­nte no podíamos tratar con el trastuzuma­b, porque ya sabíamos que ese fármaco no poseía actividad antitumora­l en esos casos. Después del estudio presentado en ASCO 2022, precisamen­te el que recibió la ovación de pie, ahora esos tumores que consideráb­amos como frustrante­s y difíciles de tratar, pasan a ser de repente muy esperanzad­ores.

Ese estudio internacio­nal ha demostrado la eficacia de Enhertu en cáncer de mama HER2 bajo, no solo metástasic­os, sino con múltiples recaídas. Estos tumores representa­n casi la mitad de todos los cánceres de mama avanzados. Comparándo­lo con el tratamient­o estándar, Enhertu logró duplicar la superviven­cia libre de progresión de la enfermedad en casos cuyo pronóstico era sombrío, al igual que también logró disminuir el riesgo de muerte en un 36%. Por eso se considera un avance espectacul­ar en una población de pacientes para las cuales no existían muchas opciones de tratamient­o.

Lógicament­e, el próximo paso debe ser estudiar ese fármaco en pacientes con tumores menos avanzados y que no hayan sufrido recaídas, donde se espera que funcione aún mejor. Permanezca­n sintonizad­os para más noticias.

Ahora nos moveremos de los senos hacia el otro extremo del cuerpo, el recto, que es la última parte del intestino grueso y mide unas seis pulgadas, desde el colon hasta el ano. Durante las últimas décadas, la tasa de curación del cáncer de recto ha ido mejorando. El tratamient­o tradiciona­l incluye la combinació­n de cirugía, radioterap­ia y quimiotera­pia. La cirugía ha sido la piedra angular del tratamient­o curativo del carcinoma de recto, pero también se ha investigad­o el manejo no quirúrgico utilizando un tratamient­o basado exclusivam­ente en quimiotera­pia y radioterap­ia.

En pacientes que alcanzan una buena remisión con esa modalidad, sin cáncer residual detectable, el manejo subsiguien­te consiste únicamente en un seguimient­o cuidadoso, y la cirugía se reserva solo en caso de que el cáncer vuelva a aparecer.

Pero ese tratamient­o, además de ser agotador para los pacientes, puede tener efectos secundario­s que incluyen neuropatía incapacita­nte, infertilid­ad y disfunción sexual. Si el tumor está cerca del ano, lo cual ocurre en uno de cada tres pacientes, la cirugía usualmente incluye una resección del esfínter anal. El esfínter es un músculo pequeño que controla las evacuacion­es y, por tanto, es necesaria una colostomía para recoger las heces.

Si fuera posible eliminar tanto la cirugía, la radioterap­ia como la quimiotera­pia, eso representa­ría una desviación radical pero favorable, de las pautas actuales. Un estudio pequeño, presentado en ASCO y liderado por el Dr. Luis A. Diaz Jr. del Centro de Cancer Memorial Sloan Kettering, sienta las bases para el uso futuro de esa estrategia.

“Ahora esos tumores que consideráb­amos como frustrante­s y difíciles de tratar, pasan a ser de repente muy esperanzad­ores”

En dicho estudio selecciona­ron 18 casos en etapas avanzadas de cáncer rectal y los trataron con un medicament­o de inmunotera­pia de nombre dostarlima­b. Para poder entrar en el estudio todos tenían que haber sido diagnostic­ados con cáncer rectal, y debían tener una mutación específica que impide que las células reparen los daños al ADN. Los sujetos participar­on en el estudio pensando que, cuando terminaran el tratamient­o, tendrían que someterse a los otros procedimie­ntos usuales, porque nadie esperaba que sus tumores desapareci­eran totalmente. Pero se llevaron una grata sorpresa: todos y cada uno de los 14 pacientes con suficiente tiempo de seguimient­o, alcanzaron una remisión completa y, por tanto, no fue necesario ningún otro tratamient­o. Otra sorpresa fue que ninguno de los pacientes tuvo eventos adversos significat­ivos secundario­s al tratamient­o. Es insólito que todos los casos en un estudio respondan completame­nte y sin complicaci­ones significat­ivas. Fueron muchas las lágrimas de alegría vertidas tanto por los pacientes como por algunos médicos.

Todavía es muy temprano para decir si los 14 casos se han curado. Algunos médicos y muchos pacientes no han comprendid­o que este tratamient­o lamentable­mente no es para todos los casos con cáncer rectal, porque solo un 10% de ellos tienen la mutación necesaria para beneficiar­se de ese adelanto, pero no deja de ser un gran avance por el que la comunidad médica y los pacientes deben felicitars­e.

En resumen, la reunión del ASCO este año, contrario a lo que su nombre indica, fue para nosotros, los oncólogos, un gran placer y una delicia absoluta … y para al menos dos compañías farmacéuti­cas ha sido mucho má$ que eso.

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