El Nuevo Día

En Fajardo solo le faltó ganar un campeonato

Georgie Torres lamenta que la gerencia no pudo construir un equipo competitiv­o a su alrededor

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Caminando jubiloso y con trofeo en mano de Jugador Más Valioso tras haber ganado el torneo “Governor’s Cup” en Nueva York, Georgie Torres fue intercepta­do de repente por dos individuos que lo detuvieron y le preguntaro­n: “¿tú eres Torres? ¿Quieres jugar en Puerto Rico?”.

Y así comenzó la historia del máximo anotador del BSN con la tierra que vio nacer a su padre en Guayama.

“Wiso Navárez y José Camuña tenían interés de llevarme a un ‘tryout’ con los Cariduros de Fajardo, recordó Torres, quien en ese entonces era un armador de 5’11”.

“Me trajeron a Fajardo, un lugar totalmente diferente para mí, que había vivido toda mi niñez y adolescenc­ia en Nueva York. A mi llegada conocí a Tomás Dones (cuyo nombre engalana actualment­e la cancha de Fajardo). Él era un dirigente de escuela superior y tras verme me dijo: ‘Necesito que regreses. Tú puedes ser el mejor jugador en la historia de Puerto Rico. Pero necesito que regreses’. Yo no hablaba casi español, pero asentí con la cabeza de forma afirmativa. Desde mi llegada sentí el calor que me demostró la gente en Fajardo. Me hicieron sentir querido”.

Esa temporada de 1975, Torres tuvo un debut destacado a pesar de no jugar mucho a inicios de torneo, terminando con promedio de 13.5 puntos por juego. También creció tres pulgadas durante ese verano, lo que permitió que también jugase de escolta por ratos.

“En Fajardo en ese momento solo me pagaban $75 por semana, me daban un par de tenis gratis y tenía un restaurant­e en el pueblo donde comía de gratis. El menú era bistec con arroz y habichuela­s a las 7:00 a.m., chuleta con arroz y habichuela­s al mediodía y pollo con papas y ensalada de noche. Con esa dieta y jugando en el BSN crecí tres pulgadas”, recordó Torres.

A su regreso en 1976, Torres ya medía 6’3” y promedió 21.4 puntos con apenas 19 años de edad. Para 1977 en solo su tercera temporada ya era líder anotador del BSN por primera vez al superar la barrera de los 30 puntos por juego (30.1 de promedio).

“Ese año Ángel ‘ Caco’ Cancel era dirigente y Julio Toro fue asistente. Ambos me dieron mucha confianza y por ellos fue que logré meter sobre 30 por juego. Pero Julio fue el que dio la milla extra conmigo, especialme­nte en lo referente a la preparació­n física”, reconoció Torres.

“Él y Flor Meléndez fueron los dirigentes más especiales para mí. Siempre confiaron en mí, tanto en el BSN, como en el Equipo Nacional y cuando jugué para ellos en ligas internacio­nales (en Argentina y Brasil con Meléndez y en México con Toro)”.

No obstante, mientras jugó para Fajardo, ese no siempre fue su caso pues no gozaba del oído de la mayoría de los dirigentes que tuvo allí o de su gerencia.

“Yo les recomendé a Bobby Ríos y me dijeron que no, por lo que terminó firmando en Bayamón de novato. Luego les recomendé a Angelo Cruz y me dijeron que ‘era muy bajito’, así que terminó firmando con Canóvanas. De hecho, Angelo y yo éramos grandes amigos pues nacimos el mismo día. También les busqué a Orlando Febres y me dijeron que ‘era muy flaco’. Hasta conseguí a Frankie Torruellas, pero resultó que había firmado un contrato con Isabela. El otro fue el armador Pedro Morales, que fue a Bayamón. Pocas veces tuve un equipo competitiv­o a mi alrededor y no fue por falta de esfuerzos de traer talento a Fajardo. Simplement­e no tenían visión”, sostuvo Torres.

De hecho, fue para 1984 —al poco tiempo de firmar a Edgar León y de cambiar a Diego Meléndez para traer a Morales y a Rubén Villoch y sumarlos a Raymond Milligan y Luis Brignoni— que Fajardo pudo hacer un avance significat­ivo y colarse en semifinale­s del BSN. Desafortun­adamente, fue el propio Torres quien descarriló las posibilida­des de título con una lesión en una pelea.

“Me lastimé en el quinto juego en el que eliminamos a los Polluelos de Aibonito a pesar de 63 puntos de Rolando Frazer. En ese juego me fracturé dos nudillos de la mano derecha cuando le metí un puño en la cara a Joe Cruz, quien le había dado un puño en la cara a Morales a traición y yo salí en su defensa. Ahí se acabó mi temporada”, indicó Torres con cierto remordimie­nto.

En total, Torres jugó por 15 temporadas con los Cariduros, siendo líder anotador del BSN en siete ocasiones mientras estuvo allí (1977-1979, 1984-1987) y fue Jugador Más Valioso en tres ocasiones consecutiv­as (1984-1986). De hecho, promedió 30 puntos o más en cuatro ocasiones, incluyendo un récord de 35.5 puntos por juego en 1987, algo que nadie ha estado cerca de emular.

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Fotos / archivo histórico Georgie Torres brilló a nivel individual en Fajardo, donde lideró la liga en anotacione­s en siete ocasiones y ganó tres premios de Jugador Más Valioso.
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