Doña María tiene energía en su hogar
Tras más de tres décadas sin luz, su residencia cuenta ahora con un sistema solar que le permitirá tener calidad de vida
Tras 33 años sin electricidad, doña María Esther Jiménez, de 74 años, cuenta con energía en su hogar, lo que le permitirá a su hija, Yolanda Rodríguez, quien reside con ella, dejar a un lado las caminatas diarias que hacía a casa de su hermano en busca de los alimentos que necesitaban refrigeración.
Fue el pasado 11 de junio que se encendió la luz en el hogar de doña María, en el barrio Duey Alto, de San Germán, a través de un sistema de energía solar. “Estuve allí cuando prendieron la luz, y la verdad es que fue un momento bien emocionante después de tantos años sin luz. Fue como una fiesta”, indicó el líder comunitario Edwin Serrano Librán.
El 3 de junio, El Nuevo Día reseñó la historia de doña María y su hija, que desde mayo del 2021, cuando finalmente lograron reconstruir su vivienda en concreto gracias al trabajo de voluntarios y donativos, retomaron su lucha -a través del liderato comunitario del sector- para lograr instalar energía en la casa.
Los esfuerzos, sin embargo, habían sido infructuosos ante la ausencia de un título de propiedad formal del terreno donde viven. Tras la muerte de los hermanos maternos de María, los ocho sobrinos –que quedaron como herederos y viven en Estados Unidos– enviaron certificaciones individuales, en las que confirmaron que no están interesados en el pedazo de tierra. Esto, sin embargo, no es suficiente.
Para la instalación de la electricidad, era necesario también la obtención –a través de la Oficina de Gerencia de Permisos (OGPe)– de un “permiso de construcción”, que, a su vez, permitiría conseguir el “permiso de uso”.
Ante ese escenario, doña María tenía la opción de seguir insistiendo ante las agencias gubernamentales pertinentes o presentar un recurso de usucapión, mecanismo que aplica a aquellas personas que viven en una propiedad o un terreno por un número determinado de años y que, por ello, llegan a ser consideradas como dueñas ante la ley.
Pero la ayuda llegó por otro lado.
“Vi las fotos de la casa y dije: ‘creo que podamos hacer un sistema que le brinde la energía que ella necesita y que no tenga que depender de todo este proceso burocrático tan complicado’”, expresó el ingeniero José Henry García, presidente de la empresa Pura Energía, encargada de donar e instalar el sistema.
El equipo, explicó, cuenta con placas solares de 3.2 kilovatios y una batería de litio de 10 kilovatios hora. La generación es suficiente, explicó, para la instalación de una nevera y hasta una lavadora. “Te diría que, de primera intención, ella estaba hasta incrédula. Lo bueno de esto es que la tecnología existe y lugares remotos pueden tener energía sin la necesidad de depender de una tirada de postes o de gestiones burocráticas, y creo que ese es el mensaje que se puede llevar”, señaló.
También María podrá escuchar la radio -uno de sus pasatiempos favoritos- sin el temor constante de quedarse sin baterías. “Era una historia que, además de conmovedora, presentaba una necesidad para la cual parecía no haber una solución inmediata. Nosotros, aquí en Puerto Rico, tenemos la capacidad de generar soluciones”, expresó García.
Jorge Oyola, presidente de la Asociación de Líderes Comunitarios, sostuvo que, junto a la organización Servicios Legales de Puerto Rico, continuarán luchando por que el gobierno atienda los reclamos de doña María, para lo cual presentarán un recurso de usucapión ante los tribunales.
“No le vamos a hacer el trabajo porque ese es un deber ministerial. Este tipo de burocracia hay que romperla porque María es una entre muchos. De estos casos, deben haber cientos. Uno piensa que todo el mundo tiene luz y vive bien, pero aquí hay una pobreza disfrazada”, mencionó Oyola al recordar, por ejemplo, que hay más de 3,000 viviendas que aún tienen toldos azules.