Nuestro primer gran armador
Conocedores del baloncesto describen a Juan “Pachín” Vicens como un jugador adelantado a sus tiempos, de gran inteligencia
Cuando se habla de quién ha sido el mejor armador en la historia de Puerto Rico, siempre salen a relucir los nombres de Carlos Arroyo, José Juan Barea, Federico “Fico” López, Javier “Toñito” Colón, James Carter y, claro, el precursor de todos, Juan “Pachín” Vicens.
Pero, ¿podría efectuarse tal comparación sin estar viciado por la inmediatez de hoy día y sin tomar en consideración las circunstancias en las que se jugó en las décadas de 1950 o 1960?
“Sin duda, sería una comparación injusta. El juego de ahora es totalmente diferente. La velocidad y la capacidad atlética está a otro nivel y es parte de la estrategia del juego. Hay abundancia de trespuntistas ‘rompe-zonas’ desde las esquinas. Además, todo el mundo rota en defensa y hay que ajustar contra el ‘pick-and-roll’ y evitar tiros abiertos a larga distancia”, expresó el exjugador y dirigente Armandito Torres, quien es parte del panel de expertos convocado por El Nuevo Día para seleccionar los mejores 12 jugadores en la historia.
“Para el tiempo de Pachín, el ritmo de juego era mucho más pausado. Tampoco existía el tiro de tres puntos ni reloj de 24 segundos. Una ventaja de cinco o seis puntos podía ser decisiva. Hoy día una ventaja de 10 puntos puede ser borrada en dos minutos. Esto sin contar la diferencia en la calidad de las canchas, la alimentación, entrenamiento, y el tiempo para dedicarse de lleno al baloncesto, pues la mayoría de los jugadores eran individuos profesionales que trabajaban a tiempo completo. No estoy seguro si hoy día Pachín podría ser una súper estrella en el Baloncesto Superior Nacional por las diferencias de juego explicadas, pero sí lo fue en su momento y bajo sus circunstancias. Y eso tiene que tomarse en cuenta”.
Según Francisco “Paquito” Rodríguez, otro de los expertos del panel seleccionador, es necesario reconocer a Pachín por ser el pionero entre los armadores ofensivos talentosos que ha producido esta isla, así como su mentalidad ganadora y su visión de juego.
“La realidad es que Pachín estaba muy adelantado a sus tiempos en términos ofensivos. Era un jugador que tenía un crossover dribble brutal. Te cruzaba el balón por al frente y avergonzaba a muchos dejándolos de nalgas en el tabloncillo. También tenía un arsenal de amagues para dejar atrás a la defensa y sabía penetrar al canasto, detenerse de repente y subir con un jump stop certero entre 10 a 15 pies de distancia”, manifestó Rodríguez, quien estuvo ligado a la Federación de Baloncesto de Puerto Rico por cuatro décadas y es el custodio de toda la data referente al BSN.
“Sin duda, Pachín tenía la capacidad de anotar como pocos en su era. Sin embargo, una vez el dirigente Tex Winter le dijo que si se dedicaba solo a anotar ‘ganaría muchos premios de mejor anotador, pero no campeonatos’, así que Pachín también trabajó mucho para ser un gran pasador. Yo diría que Pachín era de esos canasteros que mejoraba mucho a sus compañeros de juego. De hecho, hubo jugadores que cuando cambiaron de equipo y no tenían a Pachín al lado bajaron mucho su productividad. Y ese es el mejor elogio que puedes ofrecerle a un verdadero armador”.
Como si fuera poco, Vicens aprendió de Winter la capacidad de leer mejor el juego y hasta de hacer ‘scouting’ para planificar estrategias contra equipos contrarios.
“Él era un dirigente dentro de la cancha y en ambos lados del tabloncillo. Siempre lo veías dar instrucciones y cometía muy pocos errores. Hasta estudiaba a los árbitros por los primeros tres minutos de un juego. Identificaba lo que pitaban y lo que no y, a base de eso, sabía hasta dónde podía llegar”, agregó Rodríguez.