El Nuevo Día

Reviven la destrucció­n en sus hogares

Tras el paso del huracán Fiona, sus casas quedaron llenas de escombros, fango y pérdidas de enseres domésticos

- ADRIANA DÍAZ TIRADO adriana.diaz@gfrmedia.com Twitter: @adriana_diaz21

COMERÍO.- Adelaida Colón Bermúdez, de 73 años, comenzó a limpiar ayer el hogar que ha mantenido con tanto sacrificio por los pasados 45 años, luego que el inmueble fuera impactado nuevamente por las inundacion­es del río La Plata a causa de las lluvias del huracán Fiona.

Al comenzar a recibir el servicio de agua potable desde el miércoles en la noche, decenas de familias en Comerío, como la de Colón Bermúdez, iniciaron la limpieza de escombros y fango que dejó Fiona en sus residencia­s, las que también fueron destruidas en medio del huracán María, en el 2017.

“Para María, lo perdí todo. Ahora, se volvió a meter el río. (…) Todo esto lo estaba poco a poco arreglando, y ahora tengo que sacar (dinero) para construir otra vez”, dijo Colón Bermúdez, quien pasó la emergencia en el apartament­o de su nieta porque su hogar queda en una zona inundable.

En el patio de la residencia de “Aya”, como le dicen sus familiares y vecinos, María destrozó parte del muro que protegía la vivienda de la entrada del agua del río por lo que se encontraba más vulnerable en esta ocasión.

Colón Bermúdez encontró su vivienda llena de lodo y agua hasta unas cinco pulgadas de alto. No fue hasta ayer que logró limpiar. “Sin agua, uno no puede limpiar, y vuelvo mañana para seguir limpiando”, dijo. El esposo de su nieta, Jesús Sánchez

Díaz, le ha ayudado a vaciar la propiedad, que fue impactada por objetos como colchones arrastrado­s por el río que recorre varios municipios del centro del país.

“Estoy ayudándola porque la familia siempre debe dar la mano. Empezamos hoy (ayer) porque anoche fue que vino el agua. La presión no es muy fuerte. Todo es poco a poco”, dijo Sánchez Díaz.

“Menos mal que mi mamá no pasó esto.

Ella murió en el 2015. Ella era de las que no quería irse de su casa. Siempre decía: ‘Váyanse ustedes. Yo me quedo’”, recordó Colón Bermúdez.

Ella es conocida en la comunidad por vender límbers de todos los sabores, uno de sus ingresos además del Seguro Social. Tuvo una pérdida de 200 unidades debido a la falta de energía eléctrica desde el sábado pasado.

En el pasillo, cuartos, cocina, sala y marquesina aún hay tierra que dejó el cuerpo de agua. El Municipio de Comerío vino a su casa, y tomó fotografía­s de los daños. “Tenía las cunitas de mis bisnietos porque los cuido. Se perdieron”, compartió. En el barrio Parchas, en Comerío, Ana Rivera y su hija, Damaris Cintrón Rivera , también perdieron muebles, enseres y otras pertenenci­as en su propiedad aledaña al río. “Todo estaba horrible. No había paso por las inundacion­es. Ayer (miércoles), fue que pudimos llegar”, explicó Rivera.

La comerieña pasó el huracán Fiona en la residencia de su hija en Naranjito. “Lo más que me preocupa es que tenemos que pagar una compañía privada para que venga a limpiar toda la parte de atrás, que ya la otra vez (con María) lo hicimos, para que no se queden todos esos peces muertos y desperdici­os en la propiedad”, comentó Cintrón Rivera.

“Todo es complicado, pero estamos vivos. En Naranjito, vivimos derrumbes. Gracias a Dios, ayer nos llegó el agua, pero la luz todavía”, agregó Cintrón Rivera.

La historia es la misma en la residencia de Luz Vázquez Quiles, de 73 años. En medio del proceso de limpieza, la residente enumeró sus perdidas. “La nevera la encontramo­s patas arriba, la estufa también destrozada. Se dañó el gabinete, las cortinas, las camas, el baño…”, enumeró sobre las pérdidas en su residencia aledaña al río.

Su sobrina, Rosa Díaz Vázquez, que vive en el piso de arriba, también sufrió leves daños. Contó que la noche del domingo tuvo que ser rescatada porque el agua ya estaba alcanzando una altura peligrosa. “A las 11:00 p.m. (del domingo), me bajé y me tiré con mis perritos. Un muchacho me vio, y se amarró a una soga y me ayudó”, narró sobre cómo sobrevivió a la inundación.

Vázquez Quiles resaltó el apoyo comunitari­o en su vecindario. “No nos dejamos caer. Es lo bueno que tenemos”, dijo a pesar de todo lo que ha vivido en los pasados días.

“Para María, lo perdí todo. Ahora, se volvió a meter el río. (…) Todo esto lo estaba poco a poco arreglando”

ADELAIDA COLÓN BERMÚDEZ

RESIDENTE DE 73 A ÑOS DE COMERÍO

 ?? Stephanie rojas / especial nuevo día ?? Una residente del barrio Parchas, en Comerío, lo perdió casi todo por una crecida del río La Plata que inundó sus pertenenci­as con agua y lodo.
Stephanie rojas / especial nuevo día Una residente del barrio Parchas, en Comerío, lo perdió casi todo por una crecida del río La Plata que inundó sus pertenenci­as con agua y lodo.
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