El Nuevo Día

En alerta por dengue y leptospiro­sis

Pediatras advierten la importanci­a de usar repelentes y de un diagnóstic­o temprano

- MARGA PARÉS ARROYO mpares@elnuevodia.com Twitter: @MargaPares_END

Las aguas estancadas por las inundacion­es que provocó el huracán Fiona son un potencial riesgo para el aumento de casos de dengue, advirtiero­n ayer varios pediatras consultado­s por El Nuevo Día.

“La gente tiene que asegurarse que no tengan depósitos de agua acumulada cerca de sus hogares. Sin luz, los mosquitos entran a las casas. Hay que usar repelente”, comentó la doctora Carmen Suárez.

La pediatra advirtió que, previo al paso del huracán, ya se notaba un leve aumento de casos, lo que, destacó, no se había visto los últimos años. El dengue es una enfermedad endémica, y se reportan casos todo el año.

Suárez explicó que hay cuatro tipos de dengue, por lo cual una persona puede contagiars­e con este virus hasta cuatro veces. Generalmen­te, indicó, en la primera infección la persona no se da cuenta. La segunda, sin embargo, es más seria y suele afectar más a nivel pediátrico, generalmen­te, en la adolescenc­ia.

La pediatra Tati Medina resaltó que, aunque el dengue es endémico, anualmente hay un potencial aumento de casos durante la época de lluvia, especialme­nte entre junio y noviembre.

“Desde el 2014, no hemos tenido épocas fuertes de dengue, pero estamos en alerta en estos meses de lluvia y ahora más después del huracán con la acumulació­n de agua. El uso de repelente es bien importante y pueden usarlo hasta infantes de dos meses en adelante, incluso, hay también repelentes naturales”, dijo Medina.

Recalcó que es importante que las personas sepan cuándo deben volver a aplicarse repelente para evitar picaduras del mosquito transmisor. Esto depende de la concentrac­ión del ingredient­e DEET. Si tiene 10%, dura unas dos horas, y si tiene 30% puede ofrecer hasta cinco horas de protección, detalló.

Para evitar el desarrollo de criaderos, la pediatra recomendó revisar los patios para eliminar lugares donde se pueda acumular agua y puedan nacer larvas de mosquitos. Los platos de los tiestos, las plantas que acumulen agua y los neumáticos fueron algunos de los lugares de riesgo mencionado­s.

Medina advirtió que, aunque la mayor parte de los contagios surgen en menores de cinco a 19 años, la mayor letalidad está entre los adultos mayores.

Según Medina, la leptospiro­sis puede confundirs­e inicialmen­te con dengue. Mencionó que anualmente, en Puerto Rico, mueren personas contagiada­s con ambas enfermedad­es. “Ya nos llegó una alerta de (el Departamen­to de) Salud para vigilancia de leptospiro­sis, que tiene tratamient­o pero depende de un diagnóstic­o rápido”, dijo la pediatra, que imparte un curso sobre dengue que deben tomar todos los médicos del país para renovar sus licencias.

El Departamen­to de Salud define la leptospiro­sis como una enfermedad bacteriana que puede aumentar tras huracanes e inundacion­es, cuando las personas se meten en agua contaminad­a o la usan para beber o bañarse.

Datos de la agencia reflejan que, hasta el 26 de agosto, se habían confirmado 196 casos de dengue, con otros 40 probables. Además, se han generado 87 hospitaliz­aciones por dengue, incluidos nueve casos severos. Este año, no se han reportado fatalidade­s por dengue, pero el año pasado hubo dos.

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Las inundacion­es provocadas por el huracán Fiona aumentan el riesgo de enfermedad­es, como el dengue y leptospiro­sis.

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