Joe Biden: la amistad se demuestra andando
Bastante trillada es la frase “amigo de Puerto Rico”, que se escucha repetir a políticos del patio cuando se refieren a congresistas y hasta algún presidente de la nación con quienes tienen lazos afectivos, políticos y filosóficos. En tantas ocasiones, la manida frase ha desembocado -como ha evidenciado la realidad- en crueles decepciones al comprobarse que se trataba de “amigos de ocasión” en búsqueda de fondos para sus campañas o de delegados para sus convenciones, demócratas o republicanas, da igual.
Son los “amigos de Puerto Rico” que olvidan rápidamente su “amistad con Puerto Rico”, una vez lograda su ambición por el escaño congresional o la morada en la Casa Blanca. La amistad, como el movimiento, se demuestra andando, ha dicho el poeta. Es este último el caso del presidente Joe Biden para con Puerto Rico. Desde su llegada a la Oficina Oval -luego de cuatro años de la pesadilla nacional y el oscurantismo del presidente innombrable-, el presidente Biden, y su más inmediato equipo de trabajo, han andado el camino de la amistad para con Puerto Rico y sus más de 3 millones de conciudadanos estadounidenses.
Apenas en los primeros 100 días de su administración, el presidente Biden llevó a los más altos cargos ejecutivos federales a varios puertorriqueños, incluyendo al secretario de Educación, Miguel Cardona, y liberalizó los cerca de $80,000 millones de fondos federales asignados por el Congreso para la recuperación y reconstrucción del territorio tras la debacle ocasionada por el huracán María, que tenía secuestrados el innombrable.
A partir de entonces, la presencia de un sentido legítimo de amistad de la Casa Blanca hacia Puerto Rico ha sido evidente. Justamente, en momentos en que el territorio se ha enfrentado a los embates de otra furia de la naturaleza, la administración Biden ha demostrado sensibilidad y sentido de urgencia ante el crítico escenario provocado por el huracán Fiona. No solo fue raudo y veloz en su declaración de zona de desastre que le peticionó el gobernador Pedro Pierluisi, sino que además ordenó que el gobierno federal financie, al menos durante 30 días, el 100 por ciento de todos los gastos en que incurra el gobierno territorial en los trabajos inmediatos de recuperación, incluyendo las tareas de emergencia relacionadas con el restablecimiento de los sistemas de electricidad y agua, suministro de alimentos y remoción de escombros.
La atención, y la acción, del presidente Biden ante las vicisitudes provocadas por la fuerza huracanada se movió a lo largo de todo el organigrama federal, incluyendo la rápida visita por dos días de la administradora de FEMA, Deanne Criswell, para observar y supervisar los planes iniciales de la respuesta de esa agencia federal para los trabajos de recuperación en el territorio.
“Estamos con Puerto Rico, estamos con la gente en Puerto Rico, y lo estaremos hasta que esto termine”, se comprometió el presidente Biden durante una sesión informativa en Nueva York para tratar exclusivamente la situación que confrontan los ciudadanos estadounidenses residentes en el territorio de Puerto Rico.
Sin proponérselo, el presidente Biden y sus funcionarios del más alto nivel han reparado el agravio de un presidente innombrable lanzando rollos de papel sanitario a los puertorriqueños a quienes tanto trató de humillar. Solo que únicamente humilla quien puede.
“Con la presidencia de Joe Biden, la presencia de un sentido legítimo de amistad de la Casa Blanca hacia Puerto Rico ha sido evidente”