El Nuevo Día

Siguen abriendo brechas en áreas incomunica­das

- GÉNESIS IBARRA VÁZQUEZ genesis.ibarra@gfrmedia.com Twitter: @gibarravz

VILLALBA.- A escasos minutos del mirador villalbeño que enlaza a la Ciudad de los Avancinos con Orocovis, un hombre con las manos ocupadas con suministro­s se disponía a trepar una montaña de lodo para cruzar al otro lado de la vía. A su derecha, nada quedaba de la carretera que lo conectaba a su comunidad.

Al igual que en un sinnúmero de comunidade­s en todo Puerto Rico, el huracán Fiona dejó incomunica­das a más de 20 familias en el sector Ortiga, y el alcalde Luis Javier Hernández Ortiz estimó que la reconstruc­ción de la vía tardará años.

“Esta es la carretera 143, que conecta hacia Orocovis… Lo que estamos haciendo aquí es un camino temporero de emergencia. Si te das cuenta, los que estamos trabajando son brigadas del municipio exclusivam­ente, aquí no está DTOP (Departamen­to de Transporta­ción y Obras Públicas), aquí estamos nosotros”, explicó a El Nuevo Día.

A la izquierda de la vía, brigadas socavan actualment­e una montaña de una finca privada, cuyo dueño autorizó al ayuntamien­to a utilizar el terreno para hacer un camino que permita el paso hacia Villalba. Ese camino temporero debe estar listo mañana.

Fue en esa calle en donde, el lunes pasado, un residente del área fue arrastrado en su vehículo cuando la carretera se desmoronó. El Toyota Tercel blanco aún se observa en el socavón que quedó tras el paso del ciclón, y que dejó expuestas las tuberías que dan servicio de agua potable a la comunidad.

Sobre ese particular, el alcalde estimó que la comunidad y otras cuatro del municipio pasarán “mucho tiempo” sin agua. “De aquí se suplen miles de abonados”, señaló.

“Todavía tenemos gente que está incomunica­da. Este (carretera 143) es el más intenso, porque es carretera principal. El resto es en carreteras municipale­s. En Jagüeyes, por ejemplo, básicament­e hay nueve familias allí, pero allí el municipio está haciendo este mismo ejercicio para darle un camino temporero a la comunidad”, abundó.

Hernández Ortiz no tiene mucha esperanza de recibir un reembolso por los trabajos que hace al momento en el sector Ortiga. “Esperamos que se reembolse en algún momento… para que tengas una idea, ayer (viernes) recibí el reembolso del recogido de escombros de (el huracán) María”.

Hasta ayer, siete residentes de Villalba continuaba­n refugiados. El municipio ha logrado reubicar en apartament­os en residencia­les públicos a varias familias. Al momento, no está claro cuántos villalbeño­s lo perdieron todo.

“El viento aquí no sopló tan duro, pero sí llovió mucho. Y el agua obviamente hizo que hubiera mucho derrumbe. La situación de tener que abrir paso ha sido más dura que María”, expresó.

La totalidad del pueblo está sin luz, y 60% de los residentes no tiene agua. El alcalde planteó que el reto principal ahora es la lucha con las agencias estatales que, a su entender, tienen “un tirijala”.

Para los villalbeño­s, no importan las luchas internas del gobierno. Están enfocados en llevar agua y comida a sus vecinos. Lo hacen por una estrecha cuesta de lodo, resbalosa, sin ninguna barrera que los separe de caer al lado del carro hundido en el derrumbe.

 ?? David.villafane@gfrmedia.com ?? Vecinos del sector Ortiga, en Villalba, atraviesan un camino provisiona­l porque la carretera que conectaba con su comunidad sufrió serios daños con Fiona.
David.villafane@gfrmedia.com Vecinos del sector Ortiga, en Villalba, atraviesan un camino provisiona­l porque la carretera que conectaba con su comunidad sufrió serios daños con Fiona.

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