La salud es alta prioridad tras el golpe de Fiona
Garantizar las operaciones de los hospitales y de otros centros salubristas esenciales para la preservación de la vida, tras el severo impacto del huracán Fiona en Puerto Rico, es una alta prioridad que requiere la colaboración esmerada de los sectores público y privado.
Es indispensable asegurar la ejecución estable de los planes de emergencia en los hospitales y centros de servicios de salud, sobre todo de los localizados en zonas donde no se ha restablecido el sistema energético y/o el suministro de agua potable. De ello depende la salud de miles de pacientes. En ciertos centros de salud ha sido preciso instalar generadores alternos para cubrir las fallas de las máquinas dispuestas para brindar energía, en ausencia del servicio eléctrico regular. En otras instancias se han ubicado plantas adicionales, en caso de que las maquinarias que han estado en uso prolongado sufran algún desperfecto o para relevarlas de su utilización en exceso.
Gestiones similares se llevan a cabo para suplir con prioridad agua potable a los hospitales, así como a centros de cuido prolongado de adultos mayores. Estas tareas necesitan la colaboración de grupos voluntarios comunitarios y empresariales, y de entidades sin fines de lucro.
La solidaridad puertorriqueña ha sido elocuente tras los embates huracanados. La hora convoca nuevamente a demostrar el afán y la disposición de garantizar el bienestar de los pacientes que requieren atención, de emergencia o de seguimiento, en instalaciones de salud.
Resultan alentadores los reportes de que una parte de los hospitales ya cuenta con suministro regular de electricidad. Pero siguen causando inquietud las zonas que dependen de generadores y cisternas para brindar atención a los pacientes.
Ese ha sido el caso de centros hospitalarios localizados en pueblos como Ponce, Caguas, Arecibo, Utuado, San Germán, Yauco, Cayey, Aibonito, Guayama y Humacao. Urge acelerar los esfuerzos para energizar y proveer agua potable a los hospitales y otras instalaciones críticas en las áreas de mayor impacto de Fiona.
Mientras tanto, es imprescindible que la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados afine sus operaciones de contingencia para facilitar el suministro de agua potable en camiones cisterna, en coordinación con los municipios y entidades calificadas del Tercer Sector. Ciertos centros de cuido de adultos mayores han reportado reservas insuficientes. De la misma manera, asegurar el suministro de agua en las égidas y los centros de diálisis es indispensable para proteger a personas con condiciones de vulnerabilidad. Es importante también atender a los condominios regulares, muchos de los cuales carecen de plantas eléctricas que permitan llevar el servicio de agua a los apartamentos. En los condominios habitan muchas personas mayores, y un número significativo de ellas está postrada en el lecho.
Las aseguradoras de salud tienen la responsabilidad de brindar respuestas ágiles para impedir que pacientes queden limitados de servicios médicos, sobre todo en este periodo de emergencia. Reforzar sus centros de comunicación con personal capacitado para autorizar servicios críticos es fundamental.
Por otro lado, la población que permanece en refugios necesita mantener cautelas salubristas porque persiste la pandemia del COVID-19. El gobierno ha confirmado casos positivos en algunas de esas instalaciones.
Es crucial que personal municipal y otros encargados de los refugios cumplan con la guía de prevención emitida por el Departamento de Salud para las operaciones de albergues, que deben tener áreas de aislamiento para evitar brotes.
Conviene movilizar a los refugios a personal capacitado para administrar la inoculación o sus refuerzos, según sea el caso. Una gestión similar es pertinente en los centros de adultos mayores, donde el Departamento de Salud registró al menos 16 nuevos diagnósticos positivos a COVID-19 la semana pasada.
Ante el desafío de recuperación tras el golpe ciclónico de Fiona, reforzar los servicios salubristas y otras medidas que abonen al bienestar del pueblo de Puerto Rico será posible mediante la coordinación eficiente de las autoridades gubernamentales y del sector privado, junto a la solidaridad ciudadana.