Exigen ser considerados “estructuras críticas”
Han tenido dificultades para conseguir diésel post-Fiona por no ser clasificadas como prioritarias por el gobierno
Al cumplirse hoy dos semanas del paso del huracán Fiona por la isla, todavía hay instalaciones de salud que siguen sin servicio de energía eléctrica.
Al no ser considerados “estructura crítica”, a los 19 centros de salud primaria 330 del país se les ha dificultado conseguir diésel para sus generadores eléctricos. Varios de ellos todavía siguen sin luz.
Así lo denunció Alicia Suárez Fajardo , directora ejecutiva de la Asociación de Salud Primaria de Puerto Rico, quien advirtió que la situación ha provocado interrupciones en algunos servicios de salud, limitaciones de horarios y falta de acceso a recursos sociales.
“Una de nuestras farmacias se apagó. Fue algo rápido porque llegamos justo a tiempo (a darle diésel) y pudimos prenderla. Pudo ser peor”, lamentó la directora ejecutiva de Migrant Health Center, Tania Rodríguez.
Este centro de salud primaria, con 14 clínicas, aún tenía ayer tres operando con generadores por la falta de luz. Las clínicas afectadas son las de Guánica, Lajas y Sabana Grande, además de sus oficinas centrales en Mayagüez.
Tras el huracán María en 2017, así como después de los terremotos en el sur de la isla en 2020, no ocurrió esta situación de priorizar el diésel a estructuras críticas, relató Rodríguez.
“Esta vez, los suplidores de siempre no podían suplirnos (diésel) porque ya tenían instrucciones de que tenían que aguantar porque iba a haber escasez”, denunció.
En esta ocasión, añadió, la prioridad en la repartición del diésel eran las estructuras críticas y los centros 330 fueron excluidos de esta categoría.
“Nos comunicamos con el COE (Centro de Operaciones de Emergencias), (el Departamento de) Salud y otras agencias, pero todavía ninguna me ha facilitado diésel”, deploró.
Por la experiencia del huracán María, contó, llenaron los generadores de sus 14 clínicas con 17,000 galones de diésel antes del azote de Fiona. Pero, por la imposibilidad de volver a llenar sus plantas con diésel, crearon un plan para maximizar sus abastos, abundó. El plan incluyó apagar los generadores de las clínicas durante las noches y movilizar sus vacunas a las clínicas que tienen placas solares para evitar que se dañen con las interrupciones del servicio eléctrico.
“Hemos tenido que buscar soluciones para no tener que apagar nuestros centros”, dijo Rodríguez.
Comentó que fue hace solo tres días que pudieron conseguir diésel a través de un suplidor privado, pero en una cantidad limitada.
“Nosotros (centros 330) tenemos laboratorios, farmacias, internistas, ginecólogos, pediatras... También, tenemos salas de urgencias. Nuestra clínica en Guánica, por ejemplo, tiene horario extendido hasta las 9:00 de la noche. Los hospitales no son suficientes para atender a 3.2 millones de personas”, concluyó.