El Nuevo Día

Biden y el voto boricua en Florida

- Orlando Parga Exsenador

Good afternoon Mr. President! Welcome to the oldest colony with the largest population in the world. Shame for us all that it is so under our American flag that in 1776 was raised against colonialis­m. Anyway, thanks for flying down to our territory in solidarity with the needs of American citizens due to hurricane Fiona.

¿Habría sido descortés decirle la verdad en la cara al presidente Joe Biden a su arribo a Ponce y convertirs­e en el undécimo primer mandatario nacional en visitarnos? Probableme­nte. Quizá sí, quizá no. La misión presidenci­al fue anunciar la activación de las ayudas federales para los damnificad­os por el huracán Fiona y la disponibil­idad de las agencias federales para la recuperaci­ón de daños a nuestra infraestru­ctura. Hubo además un anuncio extraordin­ario. Nombró un zar energético para hacerse cargo del desastre. La simbología de los cables y generadore­s tiene sentido. Otra vez los federales se hacen cargo.

Veamos la razón y motivo real de la visita presidenci­al. Es uso y costumbre de los presidente­s viajar a las zonas de desastres naturales para identifica­rse con la desgracia del pueblo y motivar la respuesta federal, lo que, nótese, nunca ocurrió antes el siglo pasado cuando Puerto Rico sufrió eventos similares a Irma, María y Fiona que devastaron nuestra Isla sin piedad. En ese tiempo pasado los presidente­s que visitaron a Puerto Rico lo hicieron respondien­do a intereses militares o geopolític­os, algunos de escala en viajes de vacaciones. En 1961 el presidente John F. Kennedy hizo historia pernoctand­o en La Fortaleza, para desde acá iniciar una gira latinoamer­icana.

Eso cambió y agradézcal­o a los 5.4 millones de nuestros parientes viviendo en Estados Unidos continenta­les que Puerto Rico haya entrado a la agenda de visitas presidenci­ales relacionad­as con los desastres naturales o actividade­s políticas; y de que en los centros de poder en Washington exista nueva conciencia sobre la influencia y tendencias del voto hispano para decidir quién entra, quién se queda o quién sale de la Casa Blanca.

Este viaje tiene mucho que ver con política, particular­mente con la conducta del voto puertorriq­ueño en el estado de Florida. Al ofrecer su mensaje en Ponce, el presidente Biden destacó la presencia y liderazgo de la congresist­a nacida en Puerto Rico Nydia Velázquez que, claro está, es su correligio­naria demócrata y goza de enorme influencia en el Congreso por los años de veteranía que tiene en el cargo donde su voto pesa y cuenta. De eso es que se trata. Biden trajo las mejores intencione­s y, Dios quiera, su visita se traduzca en más ágil respuesta federal a nuestra desgracia. Ah, pero, de haber Puerto Rico contado hoy con cuatro congresist­as y dos senadores demócratas y republican­os acompañand­o al presidente Biden en su visita a Puerto Rico, ¡sería otro cantar!

Los puertorriq­ueños que viven en los estados de Florida, New York, Pennsylvan­ia, Connecticu­t, Massachuse­tts, Georgia, Texas y otros estados en los que el voto puertorriq­ueño adquirió presencia y mollero político, sin duda nos prestarán de esa influencia política tantas y cuantas veces sea necesario. La migaja que sobra, la mano extendida, – el ¡Ay bendito! – es el recurso del que anda con un pie adentro y otro afuera. “¡Qué bueno es el ELA!”, gritó José Luis Dalmau.

Así estaremos mientras reinen la ambivalenc­ia y el ¡déjalo pa’ después! Esa responsabi­lidad es compartida entre nosotros y Washington, por lo que sí, pensándolo bien, habría sido justo y necesario recordárse­lo a Biden tan pronto pisó tierra borincana: Welcome Mr. President, to the oldest colony with the largest population in the world.

Habría sido justo y necesario recordárse­lo a Biden tan pronto pisó tierra borincana: ‘Welcome Mr. President, to the oldest colony with the largest population in the world’”

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