Llega la Navidad al Jardín Botánico de la UPR
El tradicional Festival de Pascuas, que continúa hoy, conmemora este año su 27 aniversario con la venta de las vistosas plantas de la época
El Jardín Botánico de la Universidad de Puerto Rico (UPR), en Río Piedras, estaba ayer de fiesta con su tradicional Festival de Pascuas en su 27 aniversario. Una gran carpa con decenas de estas típicas flores navideñas fue, como siempre, el centro del evento. Una larga fila de personas reflejaba el interés de muchos por adquirir esta planta de coloridas y llamativas hojas.
“Cultivamos unas 70,000 unidades de pascuas al año de diferentes variedades, unas 10 a 15, en distintos tiestos”, explicó David Burgos Ramos, dueño de B&B Farms, empresa local productora de plantas ornamentales y frutos.
El agricultor contó que el cultivo de las pascuas en su finca, en el barrio Palomas de Comerío, comienza entre febrero y marzo. Tras recibir 10,000 plantas madres, van creciendo y propagándose.
“Las propago en un invernadero. Es un cultivo bien intensivo porque esta planta es bien susceptible a enfermedades, como hongos por la lluvia o insectos, especialmente el ‘white fy’ (mosca blanca). También, las pongo en luz para que no se me pongan rojas antes de tiempo. Es bien retante”, sostuvo.
La pascua, dijo, es una planta de sol. Se le echa agua en la tierra, no en las hojas, para que no cojan hongo. Hay muchas variedades y a la “winter rose”, o la que presenta sus hojas trenzadas, no le gusta mucho el agua, indicó.
Dentro de la variedad de pascuas que trabajan, tienen la típica con hojas rojas, la “red glitter” o rojo matizado, y la de hojas blancas. Además, tienen la exclusividad de un tinte vegetal que no causa daño a las plantas, con el cual pintan las de hojas blancas a azul brillante, puntos azules y la violeta.
“La pascua tiene su truco, pero si se cuida bien, dura todo el año”, dijo Burgos Ramos sobre las plantas que este año vende entre $5 (tiestos de cinco pulgadas) y $15 (las canastas).
Alma Martorell, de Guaynabo, llegó ayer temprano al Festival -que continúa hoy- para adquirir cuatro pascuas. “Estas navidades voy a ver a mi hija y a mis nietos, que vienen de San Francisco (California a Puerto Rico). Al más chiquito, de 24 meses, no lo he conocido más que en cámara porque, aunque suelo viajar, entre la situación económica y la salud hay que cuidarse”, expresó.
Su deseo navideño para Puerto Rico, dijo, es que haya mejor manejo administrativo, que no se sigan vendiendo tantas propiedades en terrenos de alto valor a extranjeros y que se fomente el deporte para mejorar la salud mental.
Yolanda Delgado, de Humacao, fue otra de las que asistió al evento para ver las pascuas y artesanías.
“Todas las navidades son especiales porque uno se alegra un poquito (más). Las pascuas dan color y alegría”, resaltó.
“Tenemos que seguir superándonos cada día más, seguir luchando porque hemos tenido bastantes adversidades (en la isla)”, comentó, por su parte, Lucy Sepúlveda, de Río Piedras.
Jonathan González Flores, de la compañía De mi tierra a mi Pueblo, en Caguas, explicó que este año la siembra de productos agrícolas ha enfrentado dificultades.
“La cosecha ha sido lenta. Ha sido un proceso difícil y la recuperación también por la falta de ayudas económicas y las visitas lentas de los seguros. La mano de obra está escasa, pero nos hemos levantado con ayudas limitadas y un presupuesto reservado”, dijo.
Los mercados comunitarios, agregó, también los han ayudado en la venta de ñames, chayotes, plátanos y otros productos.
Yazmín Madera, de JR Cactus & Succulents, en Aibonito, también señaló las dificultades que han tenido en la siembra de plantas.
“Los productos han subido un montón. Pero no hemos subido precios grandemente porque nuestro vivero se ha mantenido por más de 25 años. Hay que tener precios atractivos porque la competencia está fuerte”, sostuvo.
Mientras, el profesor Eugenio Santiago , de la Faculta de Ciencias Naturales de la UPR, también adquirió varias pascuas.
“Siempre hay que tener la capacidad de sobrellevar retos y, entre las dificultades que haya, tener espacios para disfrutar. Celebrar la vida con este tipo de actividades ayuda para prepararnos para los próximos retos, que son parte de la vida”, reiteró el educador, quien dirige el herbario del Jardín Botánico de la UPR.