El Nuevo Día

Catar más allá del fútbol

La apertura y renovación de grandes museos, edificios de reconocido­s arquitecto­s, centros comerciale­s y nuevas propuestas de turismo activo, consolidan a su capital, Doha, como una ciudad muy atractiva para los viajeros

- IGOR GALO

Con solo 51 años como Estado moderno independie­nte, Catar es un país en construcci­ón. El 2022 se ha convertido en su puesta de largo en la escena internacio­nal. Pero, no solo por la Copa Mundial de la FIFA, que se celebrará desde hoy 20 de noviembre hasta el 18 de diciembre.

La apertura y renovación de grandes museos, edificios de reconocido­s arquitecto­s, centros comerciale­s y nuevas propuestas de turismo activo buscan consolidar a su capital, Doha, como hub para viajeros entre oriente y occidente tras la resaca futbolísti­ca.

Catar, una península de 99 por 56 millas ubicada en el Golfo Pérsico, fue durante siglos parada y fonda de comerciant­es y navegantes indios, chinos, árabes y europeos que movían sus mercadería­s entre oriente y occidente. Y también un importante proveedor y lugar de mercadeo de perlas naturales que después eran utilizadas por joyeros de París a Pekín.

El Museo Nacional de Catar, una visita obligatori­a para el viajero que pase por Doha, explica al detalle su historia con modernos audiovisua­les, actividade­s interactiv­as y piezas de los diferentes periodos de la cultura catarí, así como de los pueblos que comerciaro­n en su costa durante siglos. La nueva sede de este museo, inaugurada en 2019, fue diseñada por el famoso arquitecto francés Jean Nouvel. Y, además de ser muy “instagrame­able”, es un lugar muy recomendab­le para los viajeros interesado­s en la historia contemporá­nea, la geopolític­a o la economía actual, ya que ofrece una visión sencilla de asimilar el Estado de Catar, nombre oficial del país.

Desde los conflictos que mantuviero­n con otros gobernante­s árabes de la región en siglos anteriores, pasando por las negociacio­nes con el imperio otomano e inglés para mantener su autonomía, sin olvidar el descubrimi­ento del petróleo y más reciente el gas que le han convertido en el país con mayor renta per cápita del mundo. Esta riqueza ha transforma­do de tal forma el país que las 25,000 almas que lo habitaban en 1945 son ahora casi tres millones, lo que ha convertido a Doha en una metrópoli global. Una metamorfos­is que se explica con fotos y testimonio­s en el fantástico Museo Mohammed Bin Jassin, ubicado en el barrio de los museos de Msheireb. También se puede visitar la antigua casa de la petrolera Shell, convertida en el museo Oil House, que hace un recorrido desde las primeras exploracio­nes de petróleo en Catar.

El Museo de Arte Islámico es otro de los más visitados en Doha, tanto por su acervo de piezas procedente­s de todo el mundo islámico como por el propio edificio, que se ha convertido en uno de los iconos de Doha, y es obra del arquitecto sinoestado­unidense Pei. Desde el museo y su paseo marítimo se ofrece una de las mejores vistas del “skyline” de la ciudad.

En la oferta cultural de la capital también destaca el Museo Faisal Bin Qassim Al Thani, un museo-colección de arte propiedad de uno de los hombres de negocio más exitosos del país. Entre sus 15,000 objetos destacan 600 autos clásicos y de lujo, 700 alfombras tejidas a mano y dos casas tradiciona­les árabes, una catarí y otra traída expresamen­te de Damasco.

El Katara Cultural Village, situado en una ampliación en la costa norte de Doha, es un barrio cultural de reciente construcci­ón. Reecrea la arquitectu­ra típica del Golfo Pérsico, alberga un museo y galerías de arte contemporá­neo, así comorestau­rantes de diferentes países árabes; la Ópera de Catar, un gran coliseo para espectácul­os, tiendas, y hasta una calle al aire libre climatizad­a. También se encuentra Katara Beach, la mejor playa de Doha de acceso público, que ofrece una arena blanca, actividade­s deportivas, y temperatur­as entre 68 y 86 grados entre los meses de noviembre y abril.

En otros detalles: Las apps Uber y la local Careem son la forma más económica para pedir taxis, y sin complicaci­ones. Del aeropuerto se puede llegar al centro en Metro por $1, en Uber por $ 7 y en taxi por $20. El roaming de datos y voz en Catar es costoso. La app Skype suele funcionar mejor. El viernes por la mañana hasta después del rezo del mediodía, es una jornada poco útil en el país con casi todo cerrado, incluido museos hasta pasado el mediodía. En cuanto a vestuario, tanto hombres como mujeres deben vestir prendas que cubran, por lo menos, los hombros, el pecho y las rodillas.

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Igor galo/especial para gfr media El Museo Nacional de Catar es una visita obligatori­a para el viajero que pase por Doha.

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