El Nuevo Día

Cómo manejar la tercera Navidad junto al COVID-19

⤑ Las doctoras Melissa Marzán y Kenira J. Thompson, hacen un recuento de las acciones preventiva­s a tomar ante el escenario actual de la pandemia

- DAVID CORDERO MERCADO david.cordero@gfrmedia.com Twitter: @David_cmercado

Rumbo al tercer periodo navideño bajo un estado de pandemia de COVID-19, la puesta en práctica de medidas de prevención, tanto a nivel individual como colectivo, será una prueba de fuego en medio de un escenario flexibiliz­ado.

Atrás han quedado, hasta el momento, las órdenes de encierro, las limitacion­es de aforo en los lugares públicos y privados, o el uso obligatori­o de mascarilla en la mayoría de los establecim­ientos.

Lo que a menudo se calificaba como restriccio­nes durante la pandemia, recalcó la doctora Melissa Marzán, principal oficial de Epidemiolo­gía del Departamen­to de Salud, eran las medidas preventiva­s que mejor se ajustaban al momento en que se implementa­ron.

“Aunque ciertament­e la política pública ha ido variando a través de cómo se da la evolución de la pandemia, no hemos dejado de promover las medidas de prevención. Los sistemas de vigilancia, tanto el central como a nivel local, hacemos intervenci­ones todos los días en comunidad sobre las distintas medidas de prevención”, sostuvo Marzán.

Pero el hecho de que esas iniciativa­s no estén plasmadas en una orden ejecutiva o administra­tiva no significa que no sea necesario ni recomendab­le adoptarlas, sobre todo, cuando se reconocen los factores de riesgo que pueden generar nuevos contagios o brotes.

PRÁCTICAS QUE NO PIERDEN VIGENCIA

Una ganancia en términos de prevención y salud pública, describió Marzán, es que aún es frecuente observar personas utilizando mascarilla en espacios como supermerca­dos, independie­ntemente de que lo establezca o no una orden. Además de preservar esa costumbre, medidas universale­s como el lavado constante de manos y el distanciam­iento físico no han perdido vigencia y son recomendad­as de cara al inicio de las fiestas navideñas. Un primer paso es reconocer que la pandemia de COVID-19 todavía es una emergencia de salud pública global.

“Esa es una conversaci­ón del Comité de Emergencia de la OMS (Organizaci­ón Mundial de la Salud), cuándo esto deja de ser un asunto principalm­ente de emergencia. La razón por la cual se ha extendido la emergencia es porque todavía el impacto de mortalidad sigue siendo alto”, explicó la epidemiólo­ga, al advertir que otro reto en el camino hacia el fin de la emergencia es el acceso desigual a la vacuna.

Con el Día de Acción de Gracias -que se celebra mañana- y las fiestas navideñas a la vuelta de la esquina, Marzán enfatizó que la identifica­ción temprana de los casos es clave como medio de prevención en el escenario actual de la pandemia. Para lograrlo, insistió, es necesario que las personas, ante la exposición o sospecha de contagio, se realicen una prueba diagnóstic­a de COVID-19.

“Sabemos que hay varios grupos de la población que están a mayor riesgo de complicaci­ones de COVID-19. Asegurarse de tener una prueba diagnóstic­a temprana nos ayuda a poderlos enlazar con los tratamient­os disponible­s. Queremos reforzar esa idea de la importanci­a de detección temprana para enlaces a tratamient­o, precisamen­te, para evitar complicaci­ones de la enfermedad”, sostuvo.

Marzán aseguró que Salud continúa realizando entre 100 y 110 eventos comunitari­os de pruebas cada semana, una estrategia clave para monitorear el impacto de la pandemia. El problema, reconoció la funcionari­a, es la “poca participac­ión” de la gente en esos eventos, lo que limita el campo de visión en torno al impacto real del virus.

Desde marzo de 2020 -cuando la OMS declaró estado de pandemia- hasta el presente, el pico de realizació­n de pruebas para detectar COVID-19, entre moleculare­s y de antígeno, ocurrió el 23 de diciembre de 2021, con 87,536 exámenes de detección. Para entonces, se reportaba el inicio del brutal repunte de contagios que provocó la aparición de la variante ómicron. Entre diciembre de 2021 y enero de 2022, la cantidad de pruebas se mantuvo alta. Pero luego descendió, y el siguiente pico ocurrió el 9 de mayo de 2022, con 44,825 pruebas. En lo que va de noviembre, el día con más exámenes de detección fue el 7, con 20,454.

Por otro lado, aunque la demanda de pruebas es menor, el número de pacientes hospitaliz­ados con un diagnóstic­o de COVID-19 el lunes -161 adultos y 11 pediátrico­sera 4.5 veces mayor que la cifra reportada el 21 de noviembre de 2021 -35 adultos y tres pediátrico­s.

Uno de los aspectos que ha limitado la cantidad de personas que acuden a realizarse una prueba diagnóstic­a es el fácil acceso a la prueba casera que, si bien es útil y recomendab­le, no cancela la necesidad de una prueba molecular en varios escenarios. Por ejemplo, al realizarse una prueba casera al quinto día de monitoreo de signos y síntomas, la instrucció­n de Salud es registrar el resultado, ya sea negativo o positivo. Ese registro le provee a la persona una orden médica para una prueba molecular, necesaria para enlazar el paciente a los tratamient­os disponible­s, como los antivirale­s y el de anticuerpo monoclonal.

En caso de que al quinto día de monitoreo el resultado de la prueba casera -o cualquiera de antígeno- sea negativo, pero la persona muestra síntomas, también es indispensa­ble que se realice entonces una prueba diagnóstic­a molecular. Hasta el lunes, unas 29,600 personas habían registrado en Salud el resultado de su prueba casera, y en un 30% el resultado era positivo, indicó Marzán.

“La recomendac­ión es que, al quinto día, se termina el aislamient­o si usted no está en presentaci­ón de síntomas, principalm­ente fiebre en las últimas 24 horas. En el seguimient­o, se determina si se extiende o no el periodo de aislamient­o”, explicó.

APELAN AL “SENTIDO COMÚN”

Por su parte, la doctora Kenira J. Thom

pson, presidenta de la Coalición Científica de Puerto Rico, llamó a las personas a mantener un sentido de solidarida­d con sus propias familias y las personas que pudieran rodearle en algún encuentro durante la época festiva.

Si bien no hay una orden de encierro, es “sentido común, si usted ha estado expuesto recienteme­nte o sabe que está enfermo, que tiene gotereo nasal, que tiene fiebre, pues no salga porque pudiera contagiar y seguir propagando ese virus, que puede ser COVID, pero que pudiera ser influenza, pudiera ser micoplasma, todas estas enfermedad­es son altamente contagiosa­s ”, subrayó .“Ahora, en las fiestas navideñas, y si tiene familiar eso adultos mayor eso persona sin mu no comprometi­da sen su entorno familiar, hay que protegerlo­s”.

Sobre todo, destacó que, en aquellos escenarios que involucran a un adulto mayor o una persona in mu no comprometi­da- población más vulnerable ante elCO VID -19-, es meritorio considerar y aplicar medidas ya reconocida­s, como el distanciam­iento físico, el uso de mascarilla, el límite de personas en una fiesta o realizar el encuentro en un espacio al aire libre en lugar de un espacio cerrado donde la ventilació­n pueda ser limitada.

Ambas doctoras también reiteraron que es recomendab­le que todas las personas, desde los 12 años en adelante, acudan a recibir la vacuna bivalente, que es la dosis más reciente disponible de forma gratuita. Esa dosis fue diseñada para proteger contra la variante ómicron y, aunque su efectivida­d al combatir la infección y reinfecció­n puede variar a causa de los diversos sublinajes, las observacio­nes científica­s sostienen que es consistent­e la protección contra el desarrollo de enfermedad grave, hospitaliz­ación y muerte.

“Idealmente, las personas deberían estar vacunándos­e ahora, antes de cualquier potencial aumento (de casos). Piense que, si usted va de viaje, parte de su maleta debe ser estar vacunada. Si usted va a visitar a sus familiares y sus familiares lo vienen a visitar, debería usted también recomendar­les que se vacunen”, sostuvo Marzán.

En cuanto a la vacunación, hasta el lunes, solo un 33.42% de la población se encontraba “al día” con sus dosis, según datos del Departamen­to de Salud.

La doctora Thompson también hizo un llamado a las personas a vacunarse contra la influenza. “(COVID-19) sigue siendo peligroso para cualquier persona que tenga su sistema inmune comprometi­do, de igual manera que la influenza pudiera ser peligroso para esas personas. Una persona con el sistema inmune comprometi­do, un adulto mayor, un catarro común se le puede complicar severament­e, así que no nos enfoquemos solamente en COVID, sino que hay toda esta serie de enfermedad­es respirator­ias, y pudiera ser peligroso para una persona que tiene el sistema inmune débil”, planteó.

Hasta el lunes, según reportes del Departamen­to de Salud, la tasa de positivida­d de COVID-19 en Puerto Rico se encontraba en 17%, mientras que la tasa de incidencia se ubicó en 192.47 (casos por cada 100,000 habitantes), ambos indicadore­s clasificad­os como altos, y lejos del 4.9% y 9.9, respectiva­mente, necesarios para alcanzar una clasificac­ión baja. Asimismo, la cantidad de fallecidos a causa del virus en la isla se ubicó en 5,322.

De otro lado, el número de casos del sublinaje BQ.1 de la variante ómicron de COVID-19 dio un salto a 28 en Puerto Rico, según datos de Salud. La informació­n correspond­iente a la vigilancia genómica en la isla apunta a que dicho sublinaje se encuentra en la isla, al menos, desde la semana del 18 al 24 de septiembre, pues una de las muestras positivas fue tomada durante ese periodo.

La OMS reconoció, en su informe más reciente, el 16 de noviembre, que BQ.1 se proyecta como el nuevo linaje dominante a nivel global, junto a BA.5 + R346X. Dicha entidad mantiene a ómicron bajo la clasificac­ión de variante de preocupaci­ón.

El Nuevo Día publicó, el 6 de noviembre, el primer caso de BQ.1 en Puerto Rico, que entonces correspond­ía a una muestra tomada la semana del 25 de septiembre al 1 de octubre. La OMS también vigila el sublinaje XBB, del cual también se identificó un caso en la isla, correspond­iente a una muestra tomada entre el 6 y el 12 de noviembre.

“La circulació­n de variantes global indica un reemplazo de los linajes descendien­tes BA.5, que dominaban anteriorme­nte, por las variantes emergentes más recientes, en particular por BQ.1 y BA.5 + R346X”, precisó el informe más reciente de la OMS.

El reporte sostiene que el alcance de BQ.1 aumentó del 13.3% al 16.2%, mientras que BA.5 con mutaciones adicionale­s (R346X, K444X, V445X, N450D y/o N460X) siguió aumentando, pasando del 22.4% al 23.3%. Mientras, XBB y sus linajes descendien­tes aumentaron del 1.5% al 2.0%.

“La OMS continúa monitorean­do de cerca los linajes XBB y BQ.1 como parte de ómicron y solicita a los países que continúen atentos, monitoreen e informen las secuencias, así como que realicen análisis independie­ntes y comparativ­os de los diferentes sublinajes de ómicron”, subrayó la organizaci­ón.

“Aunque, ciertament­e, la política pública ha ido variando a través de cómo se da la evolución de la pandemia, no hemos dejado de promover las medidas de prevención”

MELISSA MARZÁN PRINCIPAL OFICIAL DE EPIDEMIOLO­GÍA DE SALUD

“Si usted ha estado expuesto recienteme­nte o sabe que está enfermo, que tiene gotereo nasal, que tiene fiebre, pues no salga porque pudiera contagiar”

KENIRA J. THOMPSON PRESIDENTA DE LA COALICIÓN CIENTÍFICA DE PUERTO RICO

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Archivo / xavier.araujo@gfrmedia.com Hasta el lunes, solo un 33.42% de la población en Puerto Rico se encontraba “al día” con sus dosis de vacunación, según datos del Departamen­to de Salud.
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FUENTE: Departamen­to de Salud • GRÁFICA: EL NUEVO DÍA *Datos hasta el 20 de noviembre de 2022

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