Junta 2.0: ¿Saldrá de la quiebra Puerto Rico?
Hablemos de economía
La semana pasada nos enteramos de que por fin la Junta de Supervisión Fiscal tiene un nuevo director ejecutivo, Robert Mujica. El sucesor de Natalie Jaresko, quien dirigió la Junta entre el 2017 y el verano del 2022, es de ascendencia boricua, y lleva una década dirigiendo el presupuesto del estado de Nueva York. El nuevo mentor financiero del gobierno local es de padres puertorriqueños, ambos con raíces en Arecibo, y servidores públicos.
Asumo de entrada, que el trasfondo de Mujica evitará que los enemigos del proceso de reformar las finanzas gubernamentales y otros demagogos con motivaciones ideológicas lo ataquen como lo hicieron con Jaresko, con argumentos xenofóbicos.
Para poner en contexto la dimensión e importancia del nuevo ejecutivo a cargo de sanear las finanzas gubernamentales, Nueva York es el tercer estado más rico de Estados Unidos, luego de California y Texas, y sería la economía número diez a nivel global. A Mujica le encantan los presupuestos como destacaba un articulo de
El Nuevo Día y ha logrado trabajar con gobiernos republicanos y demócratas en Nueva York. El hombre parece tener integridad profesional y el “juego de piernas” para bregar con los políticos.
Al igual que el nuevo director de la Junta, a mí también me encantan los presupuestos y las métricas, y desearía ver que él pueda sacar al gobierno de la quiebra, implementar las reformar estructurales y lograr una disciplina fiscal que permita tener presupuestos balanceados. Luego de media década bajo el tutelaje de la Junta (2016 – 2022), todavía veo una resistencia de la clase gobernante en abrazar una cultura de disciplina fiscal y de buena gobernanza.
A pesar de que la Junta 1.0 logró reestructurar gran parte de la deuda pública, que incluye COFINA, la deuda constitucional (GO) y la del Banco Gubernamental de Fomento (BGF), todavía falta por renegociar la deuda de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y la de la Autoridad de Carreteras. En el tortuoso camino de los últimos cinco años se logró salvar a costa de los contribuyentes, el pago de las pensiones del gobierno central y maestros a un costo anual de $2,000 millones.
La compleja agenda de Mujica
A pesar de la resistencia de la clase política y los diferentes gobiernos, que no han entendido la complejidad del proceso que ha vivido la isla desde el colapso fiscal y la quiebra del 2017, los logros alcanzados han sido significativos, pero inconclusos. Los eventos naturales y la inyección masiva de dinero federal ($35,000 millones) han creado una falsa sensación de comodidad por parte en amplios sectores de la isla, incluyendo el gobierno, la ciudadanía y el sector privado.
Hoy, la economía depende más que nunca de ayudas federales y la propia quiebra ha limitado las opciones de encaminar un desarrollo económico orgánico apoyado en el capital local. Nuestros estimados indican que las transferencias federales representan el 25% del Producto Nacional Bruto (PNB). La adicción a los fondos federales ha nublado el pensamiento de los gobiernos, y ha limitado la creatividad colectiva para articular una estrategia de desarrollo económica anclada en nuestras capacidades y talentos.
En ese contexto, el nuevo jefe operacional de la Junta tendrá que terminar la reestructuración de la deuda de la Autoridad de Energía Eléctrica ($9,000 millones) y la de la Autoridad de Carreteras ($7,000 millones), y asegurar que se logren cuatro presupuestos balanceados. Desde hace mucho tiempo, el gobierno local no logra un presupuesto balanceado sin la ficción de préstamos. Así las cosas, Mujica tiene ante sí una monumental tarea, pero necesaria para evitar una segunda quiebra del gobierno.
Sin embargo, el nuevo ejecutivo de la Junta llega en momentos en que comienzan a calentar los motores para el ciclo electoral del 2024 y eso impondrá choques directos entre el organismo federal y los políticos criollos. El hecho de que la nueva jefatura republicana en el Congreso federal parece apoyar la permanencia de la Junta puede tener peso en la interacción entre el organismo federal y el gobierno. En fin, la llegada de Mujica es clave para culminar la misión de la ley PROMESA habilitada en el 2016, acabar con la quiebra y sanear las finanzas del estado.
Estimo que falta mucho para llegar ahí, pero el éxito dependerá de la madurez y la seriedad que asumamos todos ante este reto, gobierno, la Junta, el sector privado y la ciudadanía. A Mujica mis mayores deseos de éxito.