Gracias, Padre, por la vida y por el tiempo para disfrutarla
Si fuera pintor, le daría gracias a Dios pintando todo lo que veo y lo que llevo dentro de mí para que todo el mundo lo vea. Pero, como no soy pintor, trataré de hacerlo con palabras, aunque no exprese a profundidad lo que siento. Señor y Padre Nuestro:
- Gracias por los niños que juguetean en el parque y en la escuela, disfrutando su ignorancia y sus amiguitos.
- Gracias por las parejas mayores que caminan como jóvenes tomados de la mano.
- Gracias por las sonrisas que recibo de un compañero o de un ser querido, tantas veces como las reciba al día.
- Gracias por los amaneceres y los atardeceres que experimento a diario, siempre son como una primera vez.
- Gracias por la belleza de los arcoíris que admiramos. Siempre he creído que son presagios de lo bueno por venir.
- Gracias por las fascinantes expresiones de las caritas de niños al descubrir algo nuevo.
- Gracias por la belleza de un flamboyán en flor.
- Gracias por la mirada tierna de ese ser querido cuando más lo necesitamos.
- Gracias por permitirnos compartir los mundos invisibles que crean los niños en sus juegos y que son tan reales para ellos.
- Gracias Señor por los recuerdos de todos nuestros seres queridos, ausentes o presentes. Nunca dejaré de verlos en mi imaginación.
- Gracias porque, aunque desafortunadamente lo que percibe nuestro pueblo a diario suele ser lo negativo, lo vano y lo desesperante, Tú nos ofreces la oportunidad de ver más allá y descubrir un mundo lleno de luz, amor, comprensión y paz. Ese mundo que ubicaste en lo más profundo de los corazones de cada miembro de tu pueblo. Permite que todos puedan verlo y vivirlo.
- Gracias por las dificultades que se nos presentan, porque nos dan la oportunidad de sobrellevarlas y salir más fortalecidos de la experiencia.
- Gracias Padre porque nos diste la vida y el tiempo para disfrutarla.
- Gracias por nuestras familias, salud y trabajo.
- ¡Señor, Gracias por todo y por tanto!