Prevenir males respiratorios en la temporada navideña
La clase salubrista de Puerto Rico ha advertido sobre el preocupante aumento en los contagios con enfermedades respiratorias, particularmente al acercarse la temporada navideña. El cuadro inquietante no se limita al COVID-19.
La alta prevalencia de esas condiciones, traducida por ejemplo en alza en las ausencias de maestros, estudiantes y empleados, debe mover a redoblar las medidas de precaución en el seno familiar para proteger la salud propia y la de allegados propensos a enfermarse más gravemente. Así podrán disfrutarse mejor las festividades.
En solo un día reciente, 603 maestros y alumnos de escuelas públicas se ausentaron por tener síntomas de influenza, COVID-19 o micoplasma. Otro virus que está afectando principalmente a los menores de cinco años es el sincitial respiratorio, conocido como RSV, por sus siglas en inglés. Las autoridades escolares han tenido que cerrar salones completos debido a contagios masivos. Inquieta, además, que una persona puede padecer más de una de estas enfermedades a la vez.
Expertos salubristas han destacado que el mes de mayor contagio suele ser enero, pero que el alza en la prevalencia se ha adelantado. Por ejemplo, de 127 casos de RSV reportados en agosto, la incidencia se multiplicó en apenas dos meses a 838 en octubre.
Los especialistas advierten que los menores suelen ser transmisores comunes de estos virus, por lo que tienen el potencial de poner en riesgo a adultos mayores y a personas con el sistema inmunológico comprometido.
De ahí que una de las recomendaciones principales es mantener el uso de las mascarillas, aunque no sea obligatorio, principalmente en espacios cerrados o muy concurridos. También subrayan la importancia de mantener al día las vacunas contra la influenza y el COVID-19. Estas medidas han probado ser efectivas para reducir las probabilidades de contagio, agravamiento o muerte.
Desde que se declaró la emergencia por la pandemia en marzo de 2020, Puerto Rico ha perdido 5,309 vidas por el coronavirus, según datos oficiales. Lamentablemente, casi la mitad de la población -1,757,889 personas- no tiene al día su vacunación contra el COVID-19.
Mientras, solo 200,000 individuos se han inoculado contra la influenza en lo que va de año.
Como pudo constatarse durante el primer año de la pandemia, los brotes de contagios repercuten, no solo en la salud individual y familiar, sino también en la productividad laboral, los servicios a la ciudadanía y el estado de la economía en general. Los costos de las licencias por enfermedad, por ejemplo, casi se duplican en comparación con años anteriores. Además, los padecimientos alteran el proceso educativo de los menores, muchos de los cuales han enfrentado diversas interrupciones desde los huracanes de 2017.
Por otro lado, es sabido que el COVID-19 está dejando secuelas en la salud de muchas personas. Los efectos de largo plazo confirmados están todavía bajo estudio sin que se conozcan del todo sus alcances. Está validado que cada contagio aumenta el riesgo de gravedad, complicaciones y muerte. Este aspecto cobra relevancia al confirmarse que en Puerto Rico se ha identificado la presencia de las subvariantes más contagiosas del ómicron.
Estas amenazas a la salud resultan más preocupantes cuando se consideran las altas incidencias en Puerto Rico de enfermedades crónicas como diabetes, y de condiciones cardiovasculares y respiratorias como el asma.
Como parte de los preparativos para celebrar en familia en los días festivos ya comenzados, hagamos espacio para asegurar que contamos con las máximas medidas de protección disponibles. Es preciso sacar tiempo para que todos en la familia tengan sus vacunas al día, mantener el uso de la mascarilla en lugares con alto potencial de contagio, mantener prácticas de higiene como el lavado de las manos con agua y jabón, y evitar salir o llevar a los niños a la escuela cuando tienen síntomas de enfermedad.
Con responsabilidad, solidaridad y los aprendizajes de la pandemia podemos ayudar a frenar los contagios de enfermedades respiratorias en esta temporada que debe disfrutarse en familia y con salud.