El Nuevo Día

“Las criptomone­das no desaparece­rán”

Es la segunda ocasión en que el mundo de las divisas digitales atraviesa un año nefasto

- JOSÉ AYALA GORDIÁN jose.ayala@gfrmedia.com

El 2022 pasará a la historia como un año particular­mente nefasto para la industria de las criptomone­das.

La primera mitad del año comenzó con un descenso generaliza­do en el valor de divisas digitales como Bitcoin, Ether, Tether y Dogecoin, entre muchas otras. Luego, el mercado recibió un rudo golpe mediante el colapso de Terra y su stablecoin TerraUSD ( una divisa cuyo valor se mantenía lo más cerca posible al valor del dólar estadounid­ense).

En poco más de una semana del mes de mayo, el colapso de Terra, TerraUSD y su criptomone­da de reserva asociada, Luna, eliminó casi $45,000 millones de capitaliza­ción bursátil.

Este “enfriamien­to generaliza­do” en la industria de las divisas digitales recibió el término de “criptoinvi­erno”, y el resto del año preparaba aún más sorpresas: criminales robaron sobre $800 millones en criptomone­das durante el mes de octubre, y el 2022 ya perfila como el año más lucrativo en crímenes electrónic­os al reportarse pérdidas por intrusione­s de sobre $3,000 millones, casi duplicando los $1.5 mil millones hurtados en el 2021.

Cabe resaltar que el último “criptoinvi­erno” que la industria experiment­ó ocurrió en el 2018, cuando el valor de Bitcoin descendió casi en un 50%, de un máximo de sobre $65,000.

Por si fuera poco, el mercado digital FTX, valorado en $32,000 millones, implosionó y arrastró consigo el valor de casi todas las criptomone­das. Su director ejecutivo, Sam Bankman-Fried , renunció al cargo, la empresa inició un proceso de quiebra y reestructu­ración mediante el Capítulo 11 y, al día de hoy, luce poco probable que sus clientes, que rondaban el millar, puedan recuperar lo invertido.

En fin, se podría pensar que todos estos sucesos, apuntan al fin de la industria de las divisas digitales, pero a juicio del economista y catedrátic­o de la Universida­d Interameri­cana de Puerto Rico (UIPR), Antonio J. Fernós Sagebién, todos estos sucesos tendrán el efecto de acelerar la regulación gubernamen­tal, pero no terminarán en la “muerte” de la industria.

“Que las cripto van a desaparece­r, pues claro que no, pues las cripto tienen su función social, sobre todo en economías en vías de desarrollo, donde el nivel de bancarizac­ión es muy alto, donde la gente no tiene acceso a una cuenta bancaria, a comprar remesas para enviar dinero y no puede hacer transferen­cias. Pero en Puerto Rico y en otros países industrial­izados, esto es como jugar Monopolio, esto es para jugar, y el fenómeno de las criptomone­das no se va a ir, llegó para quedarse”, resaltó en entrevista con este diario

Del mismo modo, Fernós Sagebién enfatizó en que las controvers­ias ocurridas este año acelerarán aún más la entrada de los gobiernos al sector para regular y establecer mecanismos de protección para los consumidor­es.

“Uno tiene que comenzar a considerar si las cripto son monedas de verdad. Pueden ser monedas porque se autodenomi­nan monedas, pero la gente está empezando a verlas como activos financiero­s a la hora de invertir, y la verdad es que ese mercado de cripto pudiese aspirar a convertirs­e en lo que es el mercado de tasas de cambio, lo que se llaman foreign exchanges (el mercado global para la compra/venta de divisas tradiciona­les, como el dólar estadounid­ense). Pero las cripto no tienen lo que, generalmen­te, da valor en los mercados monetarios, y es el respaldo de un ente, de un gobierno o de una jurisdicci­ón”, resaltó el experto en finanzas.

EL FIN DE FTX

Precisamen­te, la estrepitos­a caída de FTX, que era el tercer mercado de divisas digitales más grande del mundo, dejó ver, nuevamente, que la industria adolece de regulación efectiva.

Del mismo modo, Fernós Sagebién enfatizó en que estas controvers­ias acelerarán la entrada de los gobiernos al sector para regular y establecer mecanismos de protección para los consumidor­es.

“Uno tiene que comenzar a considerar si las cripto son monedas de verdad. Pueden ser monedas porque se autodenomi­nan monedas, pero la gente está empezando a verlas como activos financiero­s a la hora de invertir, y la verdad es que ese mercado de cripto pudiese aspirar a convertirs­e en lo que es el mercado de tasas de cambio, lo que se llaman foreign exchanges (el mercado global para la compra/venta de divisas tradiciona­les, como el dólar estadounid­ense). Pero las cripto no tienen lo que, generalmen­te, da valor en los mercados monetarios, y es el respaldo de un ente, de un gobierno o de una jurisdicci­ón”, resaltó el economista y experto en finanzas.

“El fenómeno de las criptomone­das llegó para quedarse porque lo que ha acelerado la innovación financiera no son las divisas digitales, sino el concepto de la descentral­ización, sacar de la línea de producción a tantos intermedia­rios que no hacen absolutame­nte nada, sino estar ahí en el papel de un peaje. Si tengo que hacer algo a través de mi banco, pues el banco me cobra cada vez que entra o sale dinero. Pero, ¿por qué me van a cobrar si ustedes no hacen nada? ¿Qué te importa si tengo que enviarle dinero a alguien? La innovación de todo esto es cómo funciona el blockchain, y dentro de poco tiempo, vendrá una tecnología superior, o vendrán otros blockchain­s”, recalcó Fernós Sagebién.

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(archivo) El último criptoinvi­erno que la industria experiment­ó ocurrió en el 2018, cuando el valor de Bitcoin descendió casi en un 50%, de un máximo de sobre $65,000.

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