Una sastrería llamada Capitolio
Sin importarle la violencia, los asesinatos, incluidos 14 feminicidios íntimos en lo que va del año, sin importarle nuestra juventud, la Cámara de Representantes decidió establecer una nueva política pública en Puerto Rico.
Es la política pública que le conviene a dos o tres, y fue aprobada con una votación de 33 votos a favor y 12 en contra.
En una sociedad tan violenta y con tantos delitos perpetrados con armas de fuego, la Cámara decidió disminuir la distancia entre las escuelas y las armerías y clubes de tiro.
La excusa o satisfacción de quien promueve esto es que los menores de edad no pueden entrar a las armerías o clubes de tiro.
Como tampoco pueden comprar bebidas alcohólicas y se las venden.
Tanto populares como penepés se unieron para aprobar esta medida que ahora pasa al Senado. Agarrados de la mano del representante Luis “Narmito” Ortiz Lugo y con el apoyo de varios penepés, se agenciaron 33 votos para aprobar una pieza legislativa sustitutiva de los proyectos de la Cámara 575 y 382.
La sastrería de representantes acaba de aprobar un proyecto hecho a la medida para que unos pocos puedan cumplir con esta nueva ley. La mayoría de las armerías y clubes de tiro al blanco cumplen con los mil metros requeridos hoy. Pero solo unos pocos, a quienes me imagino se les “pasaron” esas distancias cuando impulsaron la ley vigente, ahora quieren solucionar ese pequeño “defecto” para legalizar lo que al presente no es legal.
Lo que les importa es que se vendan más armas de fuego, más balas, que haya más violencia en nuestras calles. Es un total descontrol lo que se está legislando.
Los 33 representantes que orgullosamente le han dado el respaldo a la violencia, a más armas de fuego en las calles son: Orlando Aponte Rosario, Eladio J. Cardona Quiles, Jessie Cortés Ramos, Ramón Luis Cruz Burgos, José Aníbal Díaz Collazo, Edgardo Feliciano Sánchez, Héctor E. Ferrer Santiago, Ángel A. Fourquet Cordero, Joel I. Franqui Avilés y José O. González Mercado.
Además, Rafael “Tatito” Hernández Montañez, Sol Y. Higgins Cuadrado, Yashira Lebrón Rodríguez, Kebin A. Maldonado Martiz, Estrella Martínez Soto, Ángel Matos García, José Enrique “Kikito” Meléndez Ortiz, Lydia Méndez Silva, Er Yazzer Morales Díaz, Jorge “Georgie” Navarro Suarez, Jesús Manuel Ortiz González, Luis “Narmito” Ortiz Lugo, Ángel R. Peña Ramírez, José H. Rivera Madera, Roberto Rivera Ruiz de Porras, Jorge A. Rivera Segarra, Jocelyn M. Rodríguez Negrón, Wilson J. Román López, Jesús Santa Rodríguez, Juan J. Santiago Nieves, Deborah Soto Arroyo, Domingo J. Torres García y José M. “Conny” Varela Fernández.
Cabe resaltar que muchos de los representantes que aprobaron esta medida también impulsan la marihuana recreacional, lo cual les crea una “receta” perfecta para nuestra sociedad: más armas de fuego y balas cerca de las escuelas, en las calles, y por supuesto más marihuana en la calle y cerca de las escuelas.
En definitiva, estos 33 tienen bien “claro” el tipo de sociedad en que ellos pretenden imponer que vivamos o como ellos lo quieren vivir.
La casa de las leyes está al garete y los proyectos a la medida son la orden del día, sin importar cómo se afecta nuestra juventud y nuestro futuro.
Ante la pluralidad de partidos y representantes unos pocos se han visto beneficiados por el “cogobierno” y esto ha afectado las bases, los principios para los que estos cuerpos fueron creados.
La representatividad del pueblo se ha convertido en la representación de un grupito con poder que logra lo que quiere como lo quiere y cuando lo quiere, como claramente ha sido la proliferación de armas de fuego y balas en nuestras calles.
¡Juzgue usted!
La representatividad del pueblo se ha convertido en la representación de un grupito con poder que logra lo que quiere como lo quiere y cuando lo quiere, como claramente ha sido la proliferación de armas de fuego”