El desarrollo cognitivo-social y los tiroteos masivos en EE.UU.
Estados Unidos ha registrado este año un aumento dramático de tiroteos masivos. Según el Gun Violence Archive, en el 2022 han ocurrido 609 tiroteos en masa, comparado con 269 ocurridos en el 2014, lo que pone en entredicho la noción de seguridad que caracteriza a la nación americana y reaviva la discusión sobre el tema de control de armas.
Cuando miramos el perfil socio-demográfico de las personas que con mayor frecuencia incurren en actos de violencia armada encontramos dos grupos principales: los individuos de 16 a 25 años (que constituyen la mayoría) y los adultos mayores entre los 30 y 50 años. El que el grupo más joven tenga mayor representación entre los responsables de tiroteos y asesinatos en masa se puede analizar desde diversas perspectivas, incluyendo la perspectiva del desarrollo neurobiológico y psicosocial.
En la adolescencia, los sistemas cognitivos (incluyendo el cognitivo-social), la identidad y la regulación emocional y conductual están en proceso de formación. Por lo tanto, el adolescente aprende a evaluar con mayor precisión y objetividad sus realidades personales y sociales. Aprende sobre la persona en la que se está convirtiendo. Aprende a la vez a controlar sus emociones y reacciones impulsivas.
En jóvenes que durante la niñez sufrieron frustraciones para satisfacer sus necesidades físicas, psicológicas y sociales, este proceso neuroevolutivo se complica. Existe el riesgo de incurrir en conductas agresivas o violentas en aquellos que no han podido desarrollar estilos apropiados para canalizar o controlar el coraje que emana de esas frustraciones y que tengan la tendencia a externalizar sus emociones de hostilidad. Este es especialmente el caso si hay armas de fuego disponibles en su entorno.
Teniendo en Estados Unidos una gran cantidad de niños y jóvenes maltratados, abusados y traumados por eventos como la violencia doméstica y otros males sociales, los profesionales de la salud creemos que existen miles de jóvenes en riesgo de explotar violentamente ante estresores de la vida. Cuando añadimos la política pública americana que avala la disponibilidad de armas a todos los niveles, tenemos entonces las condiciones necesarias para lo que se ha vivido en tiempos recientes.
En momentos que la sociedad estadounidense se ve amenazada por una severa disonancia cultural y el crecimiento de grupos extremistas, Estados Unidos necesita repensar sus valores nacionales y desarrollar una política pública nacional que limite la disponibilidad de armas de fuego y que proteja y supervise los jóvenes en riesgo de cometer actos agresivos. En diferentes estados ya existen programas que atienden los factores de riesgo relacionados al desarrollo cognitivo-social de adolescentes con problemas de conducta y que han probado ser efectivos.
EE.UU. necesita repensar sus valores nacionales y desarrollar una política pública que limite la disponibilidad de armas y que proteja a los jóvenes en riesgo”