Hasta marzo para demoler la construcción
El término original, que vencía en junio pasado, se aplazó por los recursos de revisión que presentó el Consejo de Titulares del complejo en Rincón
Denegados todos los recursos de revisión que presentó el Consejo de Titulares y confirmada la sentencia inicial, el condominio Sol y Playa, en Rincón, tiene hasta el 1 de marzo de 2023 para demoler cualquier construcción realizada, como parte de la reparación de sus instalaciones recreativas, y devolver el predio a su estado original, informó la Junta de Planificación (JP).
La sentencia inicial se remonta al pasado 14 de febrero, cuando el Tribunal de Aguadilla declaró nulo el permiso de construcción de la obra, validando el argumento de la JP de que fue otorgado ilegalmente. La corte ordenó demoler, remover escombros y rehabilitar el terreno –frente a la playa Los Almendros– en 120 días, que se habrían cumplido en junio.
Sin embargo, el Consejo de Titulares presentó múltiples recursos, tanto en el Tribunal de Apelaciones como en el Tribunal Supremo, por lo que el término quedó suspendido hasta que se resolvieran.
No fue hasta el 1 de noviembre que el máximo foro judicial emitió una sentencia denegando el último recurso radicado por los residentes, confirmando así el fallo emitido por el Tribunal de Primera Instancia.
“Conforme a dicha determinación, el Consejo de Titulares tiene un término de 120 días, a partir del 1 de noviembre de 2022, para demoler cualquier obra de construcción realizada y devolver el predio a su estado natural”, dijo la ayudante especial en Comunicaciones y Prensa de la JP, Ivelisse Prado, en declaraciones a El Nuevo Día.
“Este término vence el 1 de marzo de 2023. Por tanto, el Consejo de Titulares todavía está dentro del término concedido para devolver el predio a su estado natural”, agregó.
El Nuevo Día contactó para entrevista a los residentes portavoces de Sol y Playa, pero no hubo respuesta al cierre de esta edición. La abogada Leonor Porrata Doria, que representó al condominio en el caso contra la JP, tampoco estuvo disponible ayer.
En julio pasado, Porrata Doria mencionó que la demolición de la construcción requiere un permiso del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, que los vecinos no tenían en aquel momento. “Todo esto conlleva un proceso reglamentario, y lo vamos a seguir”, dijo entonces.
Reiteradamente, el Consejo de Titulares ha establecido que el permiso para la reparación de las áreas recreativas del condominio (verja, piscina, gazebo, etc.) –destruidas por el huracán María en 2017– se obtuvo en ley, y que se sienten “criminalizados” por “un grupo de pseudoambientalistas con aspiraciones políticas y agendas ocultas”.
Las protestas y enfrentamientos policíacos en Sol y Playa iniciaron en verano de 2021, y se recrudecieron cuando una tortuga carey quedó varada en la construcción al desovar. En agosto de ese año, la JP ordenó la paralización de las obras y demandó al condominio.
“El Consejo de Titulares todavía está dentro del término concedido para devolver el predio a su estado natural”
IVELISSE PRADO AYUDANTE ESPECIAL EN COMUNICACIONES Y PRENSA DE LA JUNTA DE PLANIFICACIÓN