Un cuatro como regalo de Navidad definió su camino
Desde niña, la joven cuatrista Fabiola Muñoz ha forjado un camino de dedicación y entereza para brillar con el instrumento nacional
Un regalo en esta época puede cambiar la vida de un niño al despertarle un interés que lo lleve a definir lo que será el rumbo de su futuro. Así le pasó a aquella niña de siete años, de Trastalleres, en Santurce, quien en Navidad recibió de manos de su padre un pequeño cuatro de juguete. A aquel instrumento, nacional de Puerto Rico, Fabiola Muñoz lo acogió con regocijo y se fue enamorando de él.
La ahora joven de 19 años recuerda entre risas aquella época cuando, con ese mismo cuatro, se fue a tomar sus primeras clases para aprender a tocarlo. Allí supo que el pequeño instrumento no era apto para tocarlo porque la afinación cambiaba y había ciertas cosas técnicas con las que no cumplía.
“Fue súper gracioso porque yo era un piojo, y ese cuatro chiquito era de mi tamaño. Entonces cuando me entregan ese otro cuatro para empezar las clases, yo tenía que tocarlo como si fuera un cello de tan grande que me resultaba”, contó.
Por cinco años tuvo la dicha de contar con grandes maestros en la Fundación Dr. Francisco López Cruz, en el Viejo San Juan, adonde acudía fielmente todos los sábados a tomar clases. No solo se graduó de cuatro, sino que aprendió a tocar el tiple y la guitarra, en ese mismo lugar donde más adelante se llegó a desempeñar como maestra y asistente de maestra, hasta formar parte de su orquesta.
“Poco a poco me fui enamorando más del instrumento. Mientras más aprendía sobre el instrumento, pues más este me motivaba. Yo tuve la dicha de estar rodeada siempre de tremendos maestros, de personas que, de una manera u otra, aprendí
“Me encanta tocar, me encanta participar con diferentes artistas y colaborar y eso, pero me interesa mucho ser maestra. Me gustaría seguir el ejemplo de muchos de esos maestros que me han influenciado y poder impactar a niños, jóvenes y adultos”
FABIOLA MUÑOZ
CUATRISTA
de ellas, ya fuera del instrumento, de la música general o de la música típica. Papi me llevaba siempre a esas clases sin falta, fielmente, todos los sábados, Estábamos allí todo el día, básicamente porque yo no me quería ir”, narró.
Lamenta el cierre de esa fundación, a la que dice deberle gran parte de lo que ella es hoy. Resalta, además, a su maestra de tiple y solfeo Arminda Pérez, que fue quien la motivó a dar un siguiente paso con respecto a su aprendizaje y la condujo a tomar clases individuales con quien considera otro de sus pilares, el maestro y cuatrista Javier Alicea.
Así también fue forjando sus pasos en la Escuela Libre de Música de San Juan, donde tuvo el privilegio de conocer y tomar clases con una de las féminas pioneras en el cuatro, Maribel Delgado, de quien asegura aprendió muchísimo. Como instrumento complementario, tomó clases de percusión latina y aprendió a tocar timbal con el profesor Larry Rivera. Con tesón y disciplina fue adquiriendo, a lo largo de su vida estudiantil, el conocimiento que hoy pone de manifiesto.
Fabiola, quien actualmente cursa su segundo año de bachillerato en Jazz y Música Caribeña, en el Conservatorio de
Música de Puerto Rico, es la única músico en su familia y confiesa, además, que en el camino también le ha llegado el desgano y las inseguridades, pero no darse por vencida y enfocarse ha sido clave para continuar en la música.
“Uno siempre va a sentir inseguridades porque cuando una trabaja una disciplina como esta, siempre van a haber sus ‘ups and downs’, y momentos en los que uno empieza a cuestionarse si podré llegar al nivel que quiero llegar, o cuestionarse si estoy siendo lo que quiero ser. Pero uno tiene que enfocarse porque, aunque sí van a pasar momentos frustrantes donde la motivación no va a llegar ni vas a querer continuar con esto, si uno continúa, aun así, teniendo su descanso y balance adecuados, se pueden atravesar esos obstáculos que se presentan. Mientras más se practique el instrumento, uno va notando el cambio”, expresó Muñoz.
EL CONSEJO DE SU PADRE
Con una amplia sonrisa menciona la figura de su padre, mientras resalta que “papi me lleva carreteando para arriba y para abajo por todo Puerto Rico con mi carrera”. Si bien perseverar le ha funcionado, también lo ha sido seguir el consejo que su padre siempre le repetía desde pequeña, “sé atrevida”, mientras la iba llevando a festivales y eventos para que se desenvolviera.
Gracias a ese atrevimiento, Fabiola cuenta cómo al finalizar un campamento musical de la Fundación Banco Popular, en el que el cantante Gilberto Santa Rosa ofreció un “masterclass” sobre cómo logró tener una vida exitosa y lo que ha sido su carrera, ella se le acercó al cantante para ofrecerle sus servicios como músico. Bastó que pasaran par de semanas para que el vocalista, conocido como el “Caballero de la Salsa”, la contactara para que fuera parte de una de sus presentaciones.
“Corrí tras de él a ofrecerle una tarjeta de presentación que me había dado papi, que él mismo me las diseñaba. Le dije: ‘Soy Fabiola Muñoz Ortiz. Soy cuatrista. Si usted necesita una cuatrista en su orquesta, estoy disponible’. Más o menos unas semanas después me llaman para la primera actividad y esa fue como la prueba de fuego, por decirlo así, la primera prueba para ver si podía continuar y salió bien, gracias a Dios. Toqué como invitada en el tema ‘Isla del Encanto’, una canción preciosa, con letra preciosa y todo quedó súper. Desde entonces, me llama para las Navidades. Parece que logré causarle una buena impresión y hemos continuado; llevamos ya como cuatro años”, explicó.
Gracias a un concierto virtual que realizó el intérprete de “Conciencia” en la pandemia y que está disponible en la plataforma YouTube, cuenta que le ha dado una tremenda exposición, lo que le ha llevado a que la reconozcan personas fuera de Puerto Rico.
LLENA DE EXPERIENCIAS
Así también Fabiola ha trabajado con la
Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, el cantante René Pérez, conocido como “Residente” en el tema “Hijos del Cañaveral”; la cantante, compositora y bailarina de salsa, Melina Almodóvar; así como con el pianista Adlan Cruz, a quien le agradece por ser uno de los que siempre ha apoyado su talento. De hecho, la cuatrista fue parte del concierto que Cruz ofreció este mes de diciembre titulado “Asalto Navideño”, en el Teatro Tapia, del Viejo San Juan.
Con cada uno de los que ha colaborado tiene diversas historias de cómo se dio la oportunidad, que van desde audiciones hasta recomendaciones, pero en todas, el factor común ha sido que estos han confiado en su talento y virtuosidad.
“Al culminar mis estudios, voy a llenar la solicitud para hacer la certificación de maestra, porque a mí me encanta tocar, me encanta participar con diferentes artistas y colaborar y eso, pero me interesa mucho ser maestra. Me gustaría seguir el ejemplo de muchos de esos maestros que me han influenciado mucho en mí y poder impactar a niños, jóvenes y adultos”, dijo la joven, quien admira a su tocaya y cuatrista, Fabiola Méndez.