Más restricciones con las normas de cabotaje
Nueva ley es una respuesta a la dispensa otorgada, en septiembre, a un barco que trasladó diésel a Puerto Rico tras el huracán Fiona
El gobierno de Estados Unidos aprobó nuevas restricciones que harán aún más complicado para Puerto Rico -y otras jurisdicciones- obtener una dispensa en las normas de cabotaje durante una emergencia como la ocurrida en septiembre pasado tras el huracán Fiona.
Como parte de la ley de autorización de gastos de defensa que el presidente Joe Biden firmó el viernes, se requiere esperar, al menos, 48 horas para el gobierno federal otorgar una exención temporal en las normas de cabotaje, que están incluidas en la Ley Jones de 1920.
Se prohíbe, a su vez, otorgar una exención a barcos que ya transportan carga.
El texto es, evidentemente, una respuesta a la dispensa otorgada en septiembre por el gobierno de Biden al barco GH Parks -de bandera de las Islas Marshall y contratado por la empresa British Petroleum-, que trajo a la isla 300,000 barriles de diésel en medio de la crisis ocasionada por el huracán Fiona.
El barco zarpó de Texas sin la exención, lo que estará prohibido por la legislación que el presidente Biden convirtió en ley.
Las normas de cabotaje exigen el uso de barcos de matrícula, propiedad, bandera y tripulación (75%) estadounidenses entre puertos de los estados y los territorios de Estados Unidos, con excepción de las Islas Vírgenes, Samoa y las Islas Marianas del Norte.
“En el futuro, mi interpretación es que se va a requerir que ese barco esté en un puerto de Estados Unidos, solicite la dispensa y espere, por lo menos, 48 horas. Una vez se tiene la dispensa, entonces pueden cargarlo y (zarpar)”, indicó a El Nuevo
Día Colin Grabow, experto del Instituto Cato, que aboga por la eliminación de las normas de cabotaje.
La nueva ley, sostuvo Grabow, es todo lo contrario a lo que debe ser la evaluación de una emergencia.
“El problema con la ley de cabotaje más restrictiva del mundo, evidentemente han concluido algunos miembros del Congreso, es que no es lo suficientemente restrictiva”, agregó Grabow en su blog del Instituto Cato.
La industria marítima ha aplaudido las nuevas restricciones.
El pasado 16 de octubre, la jefatura del Comité de Transportación e Infraestructura -en una nueva demostración del firme respaldo que tienen las normas de cabotaje en el Congreso- había solicitado explicaciones a la administración Biden sobre la dispensa concedida el 28 de septiembre al buque de bandera de las Islas Marshall GH Parks.
En aquel momento, la reclamación fue hecha a los secretarios de Seguridad Interna, Alejandro Mayorkas, y Transportación, Pete Butiggieg, por el presidente del Comité, el demócrata Peter DeFazio (Oregón), y el líder de la minoría republicana Sam Graves (Misuri), así como los encargados del subcomité de Transportación Marítima, el demócrata Salud Carbajal (California) y el republicano Bob Gibbs (Texas).
Cuando cuestionó la necesidad de la exención al barco GH Parks, la comisionada residente en Washington, Jenniffer González -republicana y reconocida por la American Maritime Partnership como campeona de la industria por su respaldo a las normas de cabotaje-, afirmó que esa embarcación iba a “atender la falta de inventario de un suplidor, no de la industria en general”, y dijo que “es de todos conocido que zarpó sin antes hacer los debidos trámites ante el gobierno federal”.
El secretario Mayorkas ha advertido que otra ley de autorización de gastos de defensa -la del año fiscal federal 2021- eliminó la autoridad del gobierno federal para otorgar exenciones abarcadoras y de largo plazo en las normas de cabotaje, excepto cuando se requiere para “abordar un efecto adverso inmediato en las operaciones militares”.
Según ese estatuto, las exenciones que no cumplan con ese estándar deben revisarse caso por caso.
Grabow sostuvo que ahora, “en lugar de garantizar que haya la máxima flexibilidad para que los estadounidenses accedan a la energía necesaria para calentar sus hogares, la nueva ley de autorización de gastos de defensa se mueve en la dirección opuesta”.
“Es un regalo temprano e injustificado para los cabilderos marítimos nacionales y un trozo de carbón en el resto de las existencias colectivas del país”, subrayó Grabow.
“El problema con la ley de cabotaje más restrictiva del mundo, evidentemente han concluido algunos miembros del Congreso, es que no es lo suficientemente restrictiva”
COLIN GRABOW
EXPERTO DEL INSTITUTO CATO