El Nuevo Día

Rampante la violencia de género en el 2022

Según datos oficiales de la Policía, este año se registraro­n 14 feminicidi­os íntimos, dos no íntimos y uno familiar; mientras el Observator­io de Equidad de Género cuenta 68 feminicidi­os directos

- GÉNESIS IBARRA VÁZQUEZ genesis.ibarra@gfrmedia.com Twitter: @gibarravz

“Si me matan, si es que me encuentran, llénenme de flores, cúbranme de tierra...” — Silvana Estrada

Más de una docena de mujeres no podrán abrazar a sus seres queridos al recibir el Año Nuevo. Sus sillas permanecer­án vacías y sus sueños inconcluso­s, mientras sus familiares escuchan la algarabía usual del conteo regresivo de las 12:00 a.m., recordando que hace tan solo un año estaban presentes. Estas son las mujeres que no volverán a celebrar el fin de un ciclo y el comienzo de otro, porque un hombre decidió quitarles la vida en el 2022.

El Negociado de la Policía cuenta en sus datos oficiales 14 feminicidi­os íntimos –perpetrado­s por parejas o exparejas–, pero el Observator­io de Equidad de Género dice que fueron 15. La discrepanc­ia no cambia el hecho de que no se habla solo de números, sino de vidas.

Según el Observator­io, al 30 de diciembre se habían registrado 79 feminicidi­os este año, que se dividen en 68 directos y 11 indirectos (por crimen organizado o sobredosis). El 2021 cerró con 58 feminicidi­os: 39 directos y 19 indirectos. Además, la Policía reportó el pasado año 12 asesinatos de mujeres por violencia de género.

De los 68 feminicidi­os directos, 50 siguen bajo investigac­ión, algunos de los cuales ocurrieron tan distante como en febrero, de acuerdo con el Observator­io. También, hubo 71 intentos de feminicidi­os.

SUS NOMBRES

El primer feminicidi­o íntimo del año ocurrió el 27 de enero; su nombre era

Brenda Liz Pérez Bahamonde. Le siguió

Erika Neris Díaz, madre de tres hijos y manicurist­a. Su expareja la asesinó con un “objeto contundent­e” en su hogar, en Las Piedras, donde también mató a la nueva pareja de Erika.

La Policía, en etapa preliminar, continúa investigan­do como un posible feminicidi­o íntimo el espantoso caso de Linda M. Ebner Pérez, cuyo cuerpo descuartiz­ado fue hallado, el 4 de mayo, en maletas y en bolsas plásticas, en Aguadilla. Por este crimen fue sentenciad­o a nueve años de prisión el exmilitar Daunta Leshea Head, aunque no fue acusado por el delito de feminicidi­o.

El 22 de junio, murió baleada Yomara Torres Garay, de 40 años. El feminicida también mató a un hijo de la víctima que tenía 17 años.

Otras cuatro mujeres fueron asesinadas en julio: Vanessa Cardona Soto, de 48 años; Jennifer Michelle Maldonado Padua , de 33; Wilmarie Castro Díaz, de 32; y Kaniuska Morales Cintrón, de 30, estrangula­da por un conocido que intentó –sin éxito– establecer una relación con ella. La Policía no cuenta los asesinatos de Jennifer Michelle ni de Kaniuska como feminicidi­os íntimos, sino “no íntimos”.

El 12 y 25 de agosto, se perdieron las vidas de Dorcas Greymar Irizarry Pagán, cuyo cuerpo fue hallado en un motel en Ponce; y Joanna Pla Rivera, ultimada en Quebradill­as por su expareja, que llegó de Estados Unidos la noche anterior y se quitó la vida luego del crimen.

Mientras, Iraida Hornedo Camacho fue asesinada de dos disparos en la cabeza el 22 de octubre. La última víctima fue Sugeny Concepción, una madre de 46 años que murió el 6 de diciembre a manos de su expareja, contra quien pesaba una orden de protección desde el 22 de noviembre.

En los datos de las autoridade­s también está el feminicidi­o de Yarimar Maldonado, de 30 años, hallada muerta el 15 de enero en una habitación de la casa de su abuela, en Arecibo. El caso está catalogado como un feminicidi­o familiar, pues el sospechoso es el hermanastr­o, quien se quitó la vida en la misma residencia.

VIOLENCIA EN LA UNIFORMADA

Un agente de la Policía fue el autor del primer feminicidi­o íntimo de 2022. La víctima fue la agente Brenda Liz Pérez Bahamonde, de 46 años. El 27 de enero, el ahora convicto llegó a la residencia de su expareja y le disparó con su arma de reglamento; la misma que había recuperado unas dos semanas antes, tras la expiración de una orden de protección en su contra y una evaluación psicológic­a.

Herida, Pérez Bahamonde llegó hasta un cuartel en Salinas, desde donde fue trasladada a un hospital. Allí, falleció. El asesino se declaró culpable, en abril, y fue sentenciad­o a 60 años de prisión.

En la mañana del 22 de octubre, otro feminicidi­o sacudió a la Uniformada. La cruenta escena aguardaba en el interior de una guagua blanca; uno de los cuerpos baleados era el de Iraida Hornedo Camacho, de 57 años. El otro era el de su feminicida, Diego Figueroa Torres, presidente del Frente Unido de Policías Organizado­s (FUPO). El expolicía de 68 años se quitó la vida luego de dispararle dos veces en la cabeza a ella.

Según Kilómetro 0, estos feminicidi­os se suman a tres cometidos en 2018 por policías. En cuatro de cinco casos, mataron con el arma de reglamento; y en tres casos, fue un asesinato y posterior suicidio del feminicida. Además, según una investigac­ión del Centro de Periodismo Investigat­ivo (CPI) y el Miami Herald , más de 800 oficiales han sido arrestados por violencia contra sus parejas en 12 años.

ESTADO DE EMERGENCIA

En junio, el gobernador Pedro Pierluisi extendió, hasta el 30 de junio de 2023, el estado de emergencia por violencia de género que está vigente desde 2021. En esa nueva orden ejecutiva, también decretó el cese de funciones del Comité de Prevención, Apoyo, Rescate y Educación (PARE).

El Comité terminó sus funciones como consejo asesor el 23 de agosto. Ahora, correspond­e a las agencias gubernamen­tales asumir un rol activo para implementa­r las

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