Un filme de acción a otro nivel
En “John Wick 4”, el actor Keanu Reeves lleva al límite a este personaje en una película aun más impresionante que sus predecesoras
De la misma forma que George Miller ha construido los filmes de “Mad Max” como una larga persecución, el director Chad Stahelski ha logrado que las películas de “John Wick” se registren como una elaborada e impresionante secuencia de acción extendida.
Considerando que el filme anterior estuvo al borde de ser acusado de “estirar el chicle” y que la trama del capítulo nuevo -básicamente- es una variación de lo mismo, resulta sorprendente cómo “John Wick 4” se las ingenia para ganarse la distinción de ser la mejor oferta de la franquicia.
El largometraje de Lionsgate, que llegó a los cines de Puerto Rico y Estados Unidos esta semana, logra profundizar emocionalmente en el personaje titular a la vez que entrega una oferta de acción superlativa y visceral. El que sea fanático de las películas de este género, debe salir corriendo al cine y prepararse para que su quijada llegue al suelo en más de una ocasión.
Vale la pena resaltar que todos los que han colaborado en estos filmes, frente y detrás de cámaras, son conscientes de la forma en que algunos de los momentos más espectaculares de acción desafían lo que podría suceder en la vida real. Esto se manifiesta y se canaliza con humor. No de la forma en que Roger Moore satirizó a James Bond, pero el cuarto capítulo se da permiso de guiñarle el ojo a los fanáticos que han estado con estas películas desde el principio.
Estos filmes no funcionan sin Keanu Reeves y su variación sardónica del hombre sin nombre de Clint Eastwood en los westerns de Sergio Leone. Aún así, gran parte de la razón por la cual esta película eleva y expande el concepto original son sus personajes nuevos. Esto incluye a Donnie Yen como “Caine”, un excolega de Wick que también está eternamente amarrado a la organización criminal que les dio una profesión y destruyó a sus familias. Y a Bill Skarsgård como el nuevo “Marques” de esta organización, un supervisor que decide honrar tradiciones o romper las reglas, según dicte su ego.
Aunque estos actores tienen varios momentos memorables, las mejores secuencias las sigue teniendo Reeves, quien no deja de impresionar independientemente de que le toque recibir un golpe o ser instrumento de destrucción. La única queja que podría tener alguien de esta película es que aparenta darle un punto final definitivo a la saga. Cuando la ejecución de la acción es así de ambiciosa y espectacular, por su puesto que todos vamos a querer cuatro capítulos más.