Urge el reclutamiento de salvavidas
El incremento en los decesos por ahogamiento en las playas que se ha registrado últimamente responde, sobre todo, a casos de turistas que se topan con corrientes marinas desconocidas y litorales sin salvavidas, a juicio del director de Sea Grant Puerto Rico, Ruperto Chaparro.
En las primeras dos décadas de siglo, unas 30 personas fallecían ahogadas anualmente, dijo el experto, pero, en los últimos tres años, la cifra ha rondado las 40.
“Creo que la diferencia más grande es que los turistas americanos están acostumbrados a ir a playas con salvavidas y aquí no hay. Entras a tu propio riesgo. Estamos invitando a gente a que venga a morir en nuestras playas”, advirtió Chaparro, al describir las corrientes de la costa norte como el peligro principal para bañistas.
Con las dos muertes del viernes, en incidentes en Río Grande y Fajardo, la Policía ha registrado 12 ahogamientos en las playas este año. El Instituto de Ciencias Forenses da cuenta de 44, 53 y 46 muertes por ahogamiento en los años de 2019 a 2021, aunque también se incluyen incidentes en ríos o piscinas.
Aunque enseñar a los niños a nadar y los esfuerzos de concienciación son vitales a largo plazo, la asignación de salvavidas a los principales balnearios y las playas más peligrosas prácticamente eliminaría los incidentes en el mar, aseguró Chaparro.
“Si se entrena a los salvavidas bajo los estándares de la United States Lifesaving Association, se mueren cero personas en las playas vigiladas por los salvavidas”, apuntó el director de Sea Grant, adscrito a la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez.
Chaparro sostuvo que, con aplicar un impuesto módico a las habitaciones de hotel ocupadas, se podrían generar millones de dólares para reclutar una cantidad adecuada de salvavidas.
“El gobierno tiene que proveer seguridad tanto a locales como a los que invita que vengan a turistear aquí. Es un problema de salud que se mueran, en 20 años, 600 personas y, en 30 años, 900 personas. ¿Cómo se te van a morir 900 personas en las playas?”, cuestionó Chaparro.