El gobierno del ultraliberal Javier Milei ha provocado una disparada de los precios de los alimentos y servicios
BUENOS AIRES- Bajo la lluvia y en medio de la calle Mario Cardozo come ávidamente un guiso de un recipiente de plástico que sostiene entre sus manos.
Mientras pincha los trozos de pollo que flotan en el caldo, el jubilado de 71 años vigila el carrito con ruedas donde ha guardado otros envases con comida que ha conseguido en el comedor comunitario del barrio de Constitución en Buenos Aires, en cuyas calles cada vez más gente revuelve los contenedores de basura. En unas horas se los llevará a varios vecinos de Merlo, al oeste de la capital.
El hombre dijo que va “por todos lados” recolectando comida. “De acá me voy a (buscar) la merienda a otro comedor”, contó a The Associated Press.
Desde hace dos meses un número creciente de personas acude a esos centros comunitarios agobiados por la licuación de sus ingresos a raíz de una disparada de los precios de los alimentos y servicios generada por las medidas de ajuste del gobierno de Javier Milei, un ultraliberal que asumió el 10 de diciembre.
El costo de vida se disparó en Argentina luego de que Milei impulsó una fuerte devaluación del peso en diciembre. Después recortó subsidios al transporte público y la luz y anuló los controles de precios en áreas como la educación y la salud.
Son recetas que el mandatario considera imperiosas para alcanzar el equilibrio fiscal y estabilizar la economía, pero que sufren los jubilados que cobran la pensión mínima y los trabajadores informales que no reciben las ayudas que el gobierno entrega a otros sectores empobrecidos.
Para muchos comedores el creciente flujo de asistentes se volvió difícil de manejar luego de que el gobierno redujo o suspendió la entrega de alimentos en el marco de un drástico recorte del gasto público y de la revisión del modelo de asistencia vigente desde hace dos décadas, que considera oneroso para el Estado. Esa abrupta caída de suministros, sostienen las organizaciones sociales que manejan los merenderos, las obliga a hacer malabares con la comida.
La situación tiene en pie de guerra a esas agrupaciones izquierdistas, que ayer convocaron a distintos bloqueos en la capital y otros puntos del país.
A las puertas del comedor que lo asiste, dirigido por la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), Cardozo se quejó de que “al gobierno le falta huma