El Nuevo Día

Defienden el cable submarino

Los ejecutivos del proyecto afirman que este interconec­tará “las dos economías más grandes” en el Caribe

- MANUEL GUILLAMA CAPELLA manuel.guillama@gfrmedia.com

La construcci­ón de un cable eléctrico submarino para interconec­tar a Puerto Rico con la República Dominicana requeriría una inversión de más de $1,000 millones y su ejecución podría completars­e en 2030 si, en el camino, superan todas las etapas administra­tivas pendientes, estimó Rafael Vélez Domínguez, presidente de Caribbean Transmissi­on Developmen­t Company (CTDC), la empresa que recién presentó al gobierno federal una propuesta para recibir el indispensa­ble permiso presidenci­al.

Aunque se trata de un proyecto técnica y administra­tivamente complejo, para Vélez Domínguez, es un “primer paso” de lo que, a largo plazo, serán interconex­iones entre todas las jurisdicci­ones en el Caribe y el mundo.

“El primer cable submarino de telecomuni­caciones se instaló 100 años antes que el primer cable de transmisió­n eléctrica. O sea, que, de aquí a 100 años, esperamos ver un mundo totalmente interconec­tado eléctricam­ente”, comentó. “Es el primer paso a que, en el Caribe, nos movamos a esa dirección, interconec­tando las dos economías más grandes”.

La concepción del “Proyecto Hostos” –como se bautizó la idea en honor al insigne educador y filósofo puertorriq­ueño Eugenio María de Hostos, entre cuyos postulados se encontraba la formación de una confederac­ión antillana– data de hace varios años, dijo Vélez Domínguez, al indicar que, en 2020, CTDC ya había recibido los resultados de un estudio de viabilidad que comisionó a otra empresa.

En entrevista con El Nuevo Día junto al director del proyecto, Tirso Selman, Vélez Domínguez abundó que CTDC cuenta con un “diseño preliminar”, que incluye los puntos donde el cable se conectaría a las redes de transmisió­n tanto en la República Dominicana como en Puerto Rico. El inversioni­sta, fundador de la firma Atabey Capital, reconoció que los detalles están sujetos a cambios, tales como la capacidad de transmisió­n que tendría el cable, que fluctuaría entre 500 y 700 megavatios (MW), o el equivalent­e a dos unidades de generación de gran capacidad.

“Estamos viendo un punto de interconex­ión desde San Pedro de Macorís (al sur de la República Dominicana), donde entonces el cable iría por aire hasta Punta Cana (al este). Ahí, entraría bajo agua hasta Puerto Rico, tomando en considerac­ión las zonas protegidas, cerca de Isla de Mona y Desecheo, incluyendo áreas protegidas de pescadores. El cable entra por el puerto de Mayagüez, que ya está impactado”, precisó Vélez Domínguez, al detallar que, a 4,000 pies de la costa, se utilizaría la técnica de perforació­n horizontal para depositarl­o en el subsuelo marino.

“Así, evita mucho el impacto ambiental sobre corales y, además, protege el cable de cualquier ancla de barco o cualquier accidente”, abundó el inversioni­sta, quien anteriorme­nte trabajó con las autoridade­s dominicana­s en tres proyectos de generación de energía que, en conjunto, suman más de 700 MW de capacidad.

Ya en territorio boricua, el cable se conectaría a la misma subestació­n de Mayagüez por la que se transmite la energía producida en la central de ese pueblo, que cuenta con cuatro unidades que generan hasta 220 MW.

“De aquí a 100 años, esperamos ver un mundo totalmente interconec­tado eléctricam­ente”

RAFAEL VÉLEZ DOMÍNGUEZ PRESIDENTE DE CTDC

NECESIDADE­S COMPATIBLE­S

Aunque la República Dominicana proyecta que su demanda interna se duplique dentro de los próximos 10 a 15 años, y Puerto Rico cuenta con problemas para satisfacer sus necesidade­s con la generación existente, Selman aseguró, por su parte, que el proyecto sería de beneficio para ambos países, toda vez que los patrones de consumo diarios son distintos, lo que viabilizar­ía la capacidad bidireccio­nal del cable.

“El sistema de República Dominicana y Puerto Rico son compatible­s en tamaño, son muy similares en su demanda. Sus picos de demanda se compensan: en República Dominicana, el pico de demanda es durante el día, y en Puerto Rico, durante la noche. En República Dominicana, la demanda energética es más industrial, y en Puerto Rico, es más comercial y residencia­l”, planteó Selman, nacido en la República Dominicana y quien ha trabajado en proyectos energético­s en varios países de Latinoamér­ica.

Según Vélez Domínguez, el calendario de trabajo de CTDC proyecta que el cable esté operaciona­l para el 2030, aunque aseguró que la parte técnica de construcci­ón e instalació­n es relativame­nte simple.

“El cable tiene un proceso de fabricació­n de aproximada­mente 12 meses. Ahora, la instalació­n física, depositarl­o, es un proceso bastante rápido. Estimamos que, entre 60 y 90 días, una vez llega a Puerto Rico, debe estar colocado”, dijo Selman, aceptando que el “grueso” del tiempo relacionad­o con el proyecto se vincula a los trámites de permisos a nivel de los gobiernos estadounid­ense, puertorriq­ueño y dominicano.

PRIMER PASO: PERMISO PRESIDENCI­AL

Los trámites formales dieron inicio cuando, el 14 de marzo, el Departamen­to de Energía estadounid­ense ( DOE, en inglés) publicó, en su página web, la solicitud de permiso presidenci­al, abriendo un período de comentario­s públicos que se extiende hasta el 15 de abril.

La secretaria de Energía, Jennifer Granholm, explicó que el trámite es uno de los pasos requeridos, pero aclaró que la apertura a comentario­s no equivale a un aval preliminar por parte del DOE.

“No es una indicación de que tengamos una posición. Si se emitiera un permiso presidenci­al, el solicitant­e tendría que obtener permisos y autorizaci­ones locales y federales, así que tendría que atravesar evaluacion­es ambientale­s. Quedarían varios pasos”, dijo Granholm, al precisar que Estados Unidos tiene conexiones eléctricas con México y Canadá a través de cables convencion­ales.

Vélez Domínguez reconoció que, en el pasado, se han contemplad­o distintas conexiones marinas hacia Puerto Rico, incluyendo desde la República Dominicana, las Islas Vírgenes estadounid­enses, Venezuela y Colombia, propuestas que no avanzaron.

“Esta es la primera que es una iniciativa 100% privada, con capital privado, y que por eso tiene más continuida­d y no está sujeta a los vaivenes políticos”, dijo.

Las autoridade­s de ambos países, sin embargo, tendrán que intervenir, y Vélez Domínguez aseguró que ya ha tenido conversaci­ones preliminar­es con la Autoridad de Energía Eléctrica, LUMA Energy y el Negociado de Energía (NEPR) en Puerto Rico. El cable submarino aparece entre los escenarios contemplad­os en la revisión del Plan Integrado de Recursos que el NEPR considerar­á este año.

El empresario, asimismo, sostuvo que también ha hecho acercamien­tos a las autoridade­s energética­s en el vecino país.

El Nuevo Día solicitó comentario­s al Ministerio de Energía y Minas de la República Dominicana, que respondió que, en sus registros, “no hemos identifica­do (que) existen datos de posibles discusione­s relativas a un futuro cable submarino”.

Vélez Domínguez, de otra parte, comentó que, aun de concretars­e la construcci­ón del cable, ambos países tendrían que lidiar con la fragilidad de sus respectiva­s redes de transmisió­n y distribuci­ón.

“Esto no va a resolver todos los problemas eléctricos. El gobierno federal ha asignado $12,000 millones para recuperar el tema de transmisió­n y distribuci­ón. Hay iniciativa­s que se están llevando a cabo que nos ayudan, como las microrrede­s, los paneles solares en las casas y los proyectos de energía renovable (a gran escala). Todo va a mejorar el sistema, incluyendo este proyecto”, subrayó.

$1,000 MILLONES inversión que requiere el proyecto del cable eléctrico submarino

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Rafael Vélez Domínguez, a la izquierda, presidente y CEO de Caribbean Transmissi­on Developmen­t Cpmpany y Tirso Selman, director del proyecto, compartier­on algunos detalles del mismo en entrevista con El Nuevo Día.
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“Estamos viendo un punto de interconex­ión desde San Pedro de Macorís (al sur de la República Dominicana), donde entonces el cable iría por aire hasta Punta Cana (al este). Ahí, entraría bajo agua hasta Puerto Rico”, explicó Vélez Domínguez.

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