El café como herramienta de equidad
La iniciativa se enfoca en los fundamentos educativos para preparar y catar la infusión, y es única en Puerto Rico
Desde que Karla Quiñones comenzó en la industria del café, se ha enfocado en aportar para alcanzar la equidad de género y educar sobre el aspecto sensorial de la bebida, con el objetivo de que las personas puedan conocer el valor de la infusión que están tomando y produciendo.
Por años, estas dos pasiones la han acompañado en el trabajo que realiza a nivel internacional, pero el hecho de pensar en cómo la industria en Puerto Rico recibiría su conocimiento le intimidaba, pese a que lleva años capacitándose y trabajando con mujeres, en diferentes partes del mundo, para potenciar su trabajo como profesional cafetera.
“Uno tiene tanto miedo del rechazo del local. Yo puedo hacer lo que sea en el mundo entero, pero cuando uno viene a casa es como, ¿qué van a decir de mí? Me tomó mucho tiempo decir: ‘Ya estoy lista para hacerlo’, casi 10 años”, compartió la cofundadora de Café Comunión.
Confiada en el conocimiento que la ha llevado a ser una voz respetada en la industria del café internacionalmente, la empresaria comenzó su nuevo proyecto, Aula, una escuela de café que educa desde los fundamentos y se enfoca en el aspecto sensorial en el que Quiñones se ha especializado.
“El aspecto sensorial y enseñarlo es poder darle a la gente más herramientas para que tengan una valorización de su café. Nosotros, como puertorriqueños, nos encanta tomar café, pero realmente mucha gente no conoce la ciencia que hay detrás, lo que pasa en finca y el esfuerzo que hay”, explicó la única puertorriqueña certificada bajo la Specialty Coffee Association (SCA) para enseñar del aspecto sensorial.
IMPORTANCIA DEL ASPECTO SENSORIAL DEL CAFÉ
Desarrollar la agudeza sensorial en la industria del café es esencial, pues es una de las herramientas que se utiliza para valorar la bebida, de acuerdo con la calidad que se perciba, los atributos y defectos.
En las mesas en que se da esta valorización, no obstante, faltaban partes importantes: las mujeres y personas latinoamericanas que producían el café en las fincas. “Cuando estaban las mesas, siempre las veía en las esquinas, atrás. Había muy pocas mujeres representadas ahí”.
“Me di cuenta de que una forma de dar vuelta a esto fue educando a la gente en este aspecto sensorial para, cuando estén en mesa con cualquier extranjero, vendiendo su café o su producto, tengan la literacia para poder decir: ‘Yo también sé hacer esto, lo puedo defender’”, sostuvo Quiñones, sobre la forma en que apuesta a una industria más equitativa y representativa de personas que se ven como ella.
Aula es la única escuela de café en Puerto Rico que ofrece la certificación básica sensorial del SCA.
“El científico sensorial de café, básicamente, lo que está haciendo es ayudar a la gente a que utilice su cuerpo –su boca, su paladar, su nariz– como herramientas de evaluación. Es parecido a un sommelier , básicamente. Tenemos una preparación bastante similar. El sommelier lo hace con vino, yo lo hago con café”, abundó.
Estos cursos sensoriales, aseguró Quiñones, están dirigidos a diversas personas, no solo a quienes se dediquen a la industria del café, pues ayudan a desarrollar la “herramienta” que, en este caso, es particularmente el paladar y la nariz.
“Va dirigido a los aficionados del café, a la gente ‘foodie’, a quienes les gusta cocinar y realmente quieren aprender a desarrollar todos esos aspectos sensoriales”, dijo Quiñones, quien se desempeñó en la docencia desde antes de dedicarse al café.
La oferta académica de Aula incluye también cursos de los fundamentos de cómo preparar café, cómo usar una máquina casera de espresso, sobre las mesas de catación y barismo básico. Luego, esperan añadir clases de hospitalidad y manejo de barra o “bar flow”.
La idea de Aula se fue sembrando durante el tiempo, pero se volvió una realidad cuando Café Comunión alquiló, para su segunda tienda, un espacio en un edificio en la esquina del Paseo de Diego y la calle Brumbaugh, en Río Piedras.
Aunque muchas personas cuestionaron la decisión de apostar a este barrio sanjuanero, para Quiñones era el lugar donde Aula encajaba a la perfección, pues es el centro intelectual del país, dado a que allí se ubica el principal recinto de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Igualmente, reconoce que la rehabilitación de Río Piedras puede causar miedo, “porque hemos visto cómo se han rehabilitado otros espacios haciéndolos inaccesibles y sin coherencia con lo que está a su alrededor”.
Sin embargo, considera que establecer un café y una escuela en este sector es revivir lo que un día fue una zona para que los emprendedores puertorriqueños desarrollaran sus comercios.
La educadora considera que Aula y la tienda en Río Piedras son la pieza que le faltaba a la misión de Café Comunión, pues, desde allí, pueden aportar a la comunidad y fomentar sitios de equidad. “Este espacio es ese eslabón que le faltaba a Comunión”, aseguró.