La descalificación de aspirantes del MVC
La determinación del Tribunal de Primera Instancia de descalificar a los aspirantes del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) a la comisaría residente y a la legislatura por acumulación, de convertirse en final y firme, nos lanza a un campo nuevo de lucha política.
Confieso que no esperaba este desenlace. Si bien la reglamentación electoral es clara, al requerir que los partidos que se acogen al método alterno para la selección de candidatos definan sus candidaturas, antes de concluir el mes de diciembre del año electoral, consideraba que resultaba más cómodo adoptar judicialmente la posición populista de promover la participación amplia de candidatos en los procesos políticos y denegar la descalificación, con independencia del texto de la disposición reglamentaria. El juez Anthony Cuevas tuvo la integridad judicial de no ceder ante lo simpático y simplista y procedió a aplicar el derecho tal y cual lo establece la ley.
La determinación de Cuevas, en lo inmediato, tiene efecto estremecedor sobre el MVC. Esta colectividad, ya no destila el entusiasmo “trendy” que Alexandra Lúgaro generó en el 2020. Quienes asumieron la función coordinadora de ese partido adolecen del carisma impactante de Lúgaro y evidencian carecer de toda pericia electoral. No pueden asignar responsabilidades a quienes no corresponden. La descalificación de sus aspirantes no es producto de un artificio judicial leguleyo, ni de las fuerzas de la regresión o el bipartidismo. Lo acontecido es única y exclusivamente producto de su impericia y prepotencia. No fueron capaces de prever y cuidarse a sí mismos.
Con la descalificación de todos sus aspirantes a candidaturas a nivel isla, el MVC ha quedado reducido a un partido municipal o regional. Ante el golpe a su viabilidad política, el MVC ha expresado que apelará la decisión y que recurrirá a movilizaciones y protestas. Otra posibilidad, que podemos identificar, es que los descalificados hagan uso en noviembre del mecanismo de nominación directa. Mientras quedan en espera de alguna virazón, el MVC hoy es una sombra lastimosa de aquel reclamo triunfalista que construyeron sobre la inevitabilidad de su fuerza política.
Para el Partido Popular Democrático (PPD) la descalificación es gran noticia. Las posibilidades de triunfo de sus candidatos a cargos legislativos por acumulación mejoran considerablemente. Como el MVC acudirá con un ofrecimiento electoral menguado, tanto los legisladores por distritos como los alcaldes del PPD quedan mejor posicionados para la contienda electoral. Además, el partido de la Pava ha logrado sacudirse del asedio al que el MVC le tenía sometido y que se encaminaba a desplazarle como segunda fuerza política en la isla.
Juan Dalmau y el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), aunque parezca extraño, quedan relativamente ilesos. Los seguidores del MVC, al quedarse sin candidatos para las posiciones a nivel isla, difícilmente se moverán a votar por el Partido Nuevo Progresista (PNP) o por el Proyecto Dignidad. Por consiguiente, aunque ahora en precario, los constituyentes de la denominada alianza, continuarán apoyando a Dalmau a la gobernación y a sus demás candidatos, aunque es posible que un número de ellos vote también por alguno de los candidatos del PPD. Además, el PIP se libera de la carga pesada de la imagen negativa al estar en coalición con miembros de la red anti capitalista.
Para el PNP la descalificación puede tener rebotes con efectos negativos. Encuestas recientes muestran que este partido no ha podido incrementar del 32-33% de apoyo electoral que obtuvo en el 2020. Eso significa que sus posibilidades de triunfo dependen de la existencia de alternativas políticas al PPD. En la medida que esas alternativas desparecen o se desmerecen, se le complica al PNP las posibilidades de dominar la gobernación y la legislatura. Además, en el 2020 presenciamos como un MVC entusiasta restó votos a legisladores de distrito y alcaldes del PPD, cerrando la elección en ciertas áreas y haciendo posible que prevalecieran candidatos del PNP que de otra forma hubieran quedado derrotados.
Todavía falta mucho para noviembre. El polvo que se ha levantado producto de la descalificación de los candidatos del MVC no se ha disipado y no es posible visualizar con claridad cómo finalmente quedará el terreno político. Cualquier revocación o modificación judicial en procesos apelativos puede alterar el escenario y generar nuevas incógnitas o posibilidades. De momento, hay que esperar y observar.