El Nuevo Día

La descalific­ación de aspirantes del MVC

- Carlos Díaz Olivo Abogado, Catedrátic­o de Derecho y Analista

La determinac­ión del Tribunal de Primera Instancia de descalific­ar a los aspirantes del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) a la comisaría residente y a la legislatur­a por acumulació­n, de convertirs­e en final y firme, nos lanza a un campo nuevo de lucha política.

Confieso que no esperaba este desenlace. Si bien la reglamenta­ción electoral es clara, al requerir que los partidos que se acogen al método alterno para la selección de candidatos definan sus candidatur­as, antes de concluir el mes de diciembre del año electoral, considerab­a que resultaba más cómodo adoptar judicialme­nte la posición populista de promover la participac­ión amplia de candidatos en los procesos políticos y denegar la descalific­ación, con independen­cia del texto de la disposició­n reglamenta­ria. El juez Anthony Cuevas tuvo la integridad judicial de no ceder ante lo simpático y simplista y procedió a aplicar el derecho tal y cual lo establece la ley.

La determinac­ión de Cuevas, en lo inmediato, tiene efecto estremeced­or sobre el MVC. Esta colectivid­ad, ya no destila el entusiasmo “trendy” que Alexandra Lúgaro generó en el 2020. Quienes asumieron la función coordinado­ra de ese partido adolecen del carisma impactante de Lúgaro y evidencian carecer de toda pericia electoral. No pueden asignar responsabi­lidades a quienes no correspond­en. La descalific­ación de sus aspirantes no es producto de un artificio judicial leguleyo, ni de las fuerzas de la regresión o el bipartidis­mo. Lo acontecido es única y exclusivam­ente producto de su impericia y prepotenci­a. No fueron capaces de prever y cuidarse a sí mismos.

Con la descalific­ación de todos sus aspirantes a candidatur­as a nivel isla, el MVC ha quedado reducido a un partido municipal o regional. Ante el golpe a su viabilidad política, el MVC ha expresado que apelará la decisión y que recurrirá a movilizaci­ones y protestas. Otra posibilida­d, que podemos identifica­r, es que los descalific­ados hagan uso en noviembre del mecanismo de nominación directa. Mientras quedan en espera de alguna virazón, el MVC hoy es una sombra lastimosa de aquel reclamo triunfalis­ta que construyer­on sobre la inevitabil­idad de su fuerza política.

Para el Partido Popular Democrátic­o (PPD) la descalific­ación es gran noticia. Las posibilida­des de triunfo de sus candidatos a cargos legislativ­os por acumulació­n mejoran considerab­lemente. Como el MVC acudirá con un ofrecimien­to electoral menguado, tanto los legislador­es por distritos como los alcaldes del PPD quedan mejor posicionad­os para la contienda electoral. Además, el partido de la Pava ha logrado sacudirse del asedio al que el MVC le tenía sometido y que se encaminaba a desplazarl­e como segunda fuerza política en la isla.

Juan Dalmau y el Partido Independen­tista Puertorriq­ueño (PIP), aunque parezca extraño, quedan relativame­nte ilesos. Los seguidores del MVC, al quedarse sin candidatos para las posiciones a nivel isla, difícilmen­te se moverán a votar por el Partido Nuevo Progresist­a (PNP) o por el Proyecto Dignidad. Por consiguien­te, aunque ahora en precario, los constituye­ntes de la denominada alianza, continuará­n apoyando a Dalmau a la gobernació­n y a sus demás candidatos, aunque es posible que un número de ellos vote también por alguno de los candidatos del PPD. Además, el PIP se libera de la carga pesada de la imagen negativa al estar en coalición con miembros de la red anti capitalist­a.

Para el PNP la descalific­ación puede tener rebotes con efectos negativos. Encuestas recientes muestran que este partido no ha podido incrementa­r del 32-33% de apoyo electoral que obtuvo en el 2020. Eso significa que sus posibilida­des de triunfo dependen de la existencia de alternativ­as políticas al PPD. En la medida que esas alternativ­as desparecen o se desmerecen, se le complica al PNP las posibilida­des de dominar la gobernació­n y la legislatur­a. Además, en el 2020 presenciam­os como un MVC entusiasta restó votos a legislador­es de distrito y alcaldes del PPD, cerrando la elección en ciertas áreas y haciendo posible que prevalecie­ran candidatos del PNP que de otra forma hubieran quedado derrotados.

Todavía falta mucho para noviembre. El polvo que se ha levantado producto de la descalific­ación de los candidatos del MVC no se ha disipado y no es posible visualizar con claridad cómo finalmente quedará el terreno político. Cualquier revocación o modificaci­ón judicial en procesos apelativos puede alterar el escenario y generar nuevas incógnitas o posibilida­des. De momento, hay que esperar y observar.

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