Nuevo capítulo en la historia del parador Villas Sotomayor
Dos años después de acogerse a quiebra, la reconocida hospedería adjunteña de 53 habitaciones anunció el cierre de sus operaciones
El parador Villas Sotomayor, en Adjuntas, cerró sus puertas a casi dos años de haberse acogido a la bancarrota con la que se pretendió salvar los empleos de la hospedería y detener la ejecución de la propiedad por parte de su acreedor principal.
A través de la red social Facebook, el empresario Jesús “Jun” Ramos informó que, tras 25 años de labores, pondrá punto final a las operaciones de la propiedad de 53 habitaciones.
“Con profunda gratitud y emociones encontradas, me dirijo a ustedes para despedirme de un lugar que ha sido verdaderamente especial para todos nosotros: el Parador Villas Sotomayor. Ha llegado el momento de cerrar este capítulo en mi vida y seguir adelante hacia nuevos proyectos”, expresó Ramos.
“A todos nuestros queridos huéspedes, quienes vinieron de diferentes partes del mundo y dejaron un pedacito de sus corazones en nuestras villas, les doy las gracias por confiar en nosotros y por ser parte de nuestra familia durante su estancia”, agregó.
En 2022, El Nuevo Día reportó que Ramos había radicado dos recursos bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras federal. Uno de esos, que reportó acreencias por $5.32 millones, fue radicado en su carácter personal, mientras que el segundo, a nombre de ROJESIE Inc., nombre corporativo del parador, totalizaba $3.54 millones.
En ambos recursos, el acreedor principal era la entidad Condado 5 LLC, a la que, en total, debía más de $7.3 millones. Condado 5 es un fondo de inversiones que adquirió parte de la cartera de préstamos del Banco de Desarrollo Económico (BDE) cuando el gobierno pretendió cerrar la institución durante el cuatrienio pasado.
UN CALVARIO PARA LAS PYMES
La venta de préstamos a favor de Condado 5 y otras entidades ha sido eje de múltiples controversias en los tribunales debido a las acciones de cobro de dinero y ejecución de hipoteca que realizaron al adquirir la cartera, lo que afectó a múltiples empresarios locales.
La historia del parador adjunteño es una de cientos de empresas puertorriqueñas que experimentan un calvario, una vez el BDE vendió sus préstamos a fondos de inversión privada por centavos de su valor y firmas como Condado 5 y Puerto Rico Recovery intensificaron sus estrategias de cobro y han solicitado la ejecución de activos en foros judiciales.
En total, el BDE vendió sobre 11,000 préstamos en dos transacciones separadas que fueron cuestionadas en los tribunales.
Fuentes de este diario aseguran que cuando Condado 5 -cuyos propietarios o accionistas son desconocidos por tratarse de entidades de responsabilidad limitada, o LLC- así como otras firmas que adquirieron los préstamos del BDE, lo hicieron porque -aparte del bajo precio de venta en relación a valor- muchos de los empréstitos tenían como colateral inmuebles que podían revenderse o monetizarse rápidamente.
Al reaccionar a la bancarrota en 2022, Ramos explicó a este diario que había abonado $444,000 al principal del préstamo y aún así Condado 5 quería ejecutarle la propiedad.
“Tengo que proteger a los 53 empleados que laboran aquí”, sostuvo en aquel momento.
Aunque este medio intentó obtener una reacción de Ramos, el empresario sostuvo que no realizaría expresiones sobre el cierre de la hospedería.
Este diario supo, empero, que Condado 5 habría vendido la propiedad a un grupo de empresarios de Ponce, quienes interesan reabrir las puertas de la propiedad bajo un nuevo concepto.