El Nuevo Día

Se relajan los aumentos en el precio de alquiler de viviendas

● La Asociación de Realtors de Puerto Rico ha observado que las mensualida­des han mostrado cierta estabiliza­ción fuera de zonas no turísticas

- SHARON MINELLI PÉREZ sharon.perez@gfrmedia.com

Por un apartament­o de un cuarto en Bayamón, los $500 al mes del 2020 ya van por $700. Y, en vez de los $1,200 que bastaban para alquilar un espacio similar en una torre de Isla Verde, ahora hacen falta, por lo menos, $2,500.

Sin embargo, aún con las fuertes alzas en los alquileres de vivienda en todos los segmentos, líderes de la Asociación de Realtors de Puerto Rico (ARPR) observaron que las mensualida­des se están estabiliza­ndo en las zonas no turísticas y que, dentro de la escasez de unidades disponible­s, están viendo un poco más de inventario en la renta a largo plazo.

“Hemos visto un pequeño ajuste en los precios que continuaba­n aumentando. Ya no estamos viendo esa tendencia. El mercado se está estabiliza­ndo”, indicó Irma Colón, presidenta entrante de la ARPR en entrevista con En pies cuadrados.

A esa observació­n, sumó que “están tomando un poco más de tiempo rentarse las propiedade­s” y ello, puede beneficiar a potenciale­s inquilinos.

“También se está viendo un aumento en propiedade­s -no sustancial, porque la realidad es que sigue la escasez de alquileres a largo plazo- pero sí estamos viendo algunas que las prepararon para Airbnb y se están alquilando a largo plazo con los muebles. Sí se está viendo”, agregó Colón.

Por su parte, la presidenta actual de la organizaci­ón, Aixa Malavé, señaló que, aunque ya no se vean tanto los aumentos súbitos que se observaron en años recientes, las mensualida­des sí se han mantenido a los niveles registrado­s en 2023, empujadas -principalm­ente- por la alta demanda.

“Apartament­os en Bayamón, de un cuarto y un baño (1-1), están en $650 a $700. Si nos vamos a antes del (huracán) María, se podían conseguir en $450, presentó Malavé como ejemplo.

En Puerto Rico, no existen disposicio­nes o normativas para regular el precio de la vivienda de alquiler, un debate que gana intensidad y que ha resultado en legislació­n en múltiples ciudades de Estados Unidos como Nueva York e íconos citadinos como Madrid, España, entre otras.

LO MÁS MÓDICO PARA VIVIR

“En un alquiler promedio, entiéndase una residencia 3-2 en urbanizaci­ón en área metro, se ha estado manteniend­o de $750 a $800, dependiend­o la zona”, agregó la ejecutiva al abundar acerca del escenario más módico que puede encontrar una familia si no se enfoca en vecindario­s de alta demanda.

“Si tocas el área sur, tenemos el agravante de que muchas propiedade­s fueron afectadas por los terremotos. Hay zonas donde los residentes son más precavidos, porque conocen”, agregó Malavé.

En cuanto a los factores para que se mantenga la escasez de vivienda para alquilar, la presidenta de los Realtors indicó que la abundancia de alquileres a corto plazo tipo Airbnb no son el único ingredient­e.

“También se ha dado la dinámica de que (algunos caseros) han desistido de continuar con los arrendamie­ntos y han decidido vender. Eso causa una disminució­n en la disponibil­idad de unidades para renta”.

¿QUÉ HAY ALLÁ AFUERA?

En pies cuadrados examinó varios ejemplos de arrendamie­ntos recientes que confirman tales tendencias. Además, apuntan a que se están negociando las mensualida­des hacia la baja.

Por ejemplo, una residencia en la urbanizaci­ón Sierra Berdecía de Guaynabo, con tres habitacion­es y dos baños (3-2), se mercadeaba por $1,850 al mes, pero se alquiló por $1,700. Otra en Parkville, en ese mismo municipio, se arrendó por $3,200, del precio de alquiler original de $3,800.

Mientras, en Los Frailes, una amplia residencia de 4-3 se firmó por $3,000 en lugar de los $3,300 solicitado­s, pero estuvo más de cinco meses sin alquilarse.

Ya en el rango de $800 a $1,300, es más frecuente ver que la propiedad se alquile por el mismo precio del anuncio. Casos así se detectaron en municipios como Bayamón, Toa Baja, Toa Alta, Trujillo Alto y Carolina.

Mientras, las propiedade­s para alquiler a largo plazo en nichos de lujo o en zonas turísticas se están quedando vacantes por más tiempo.

Mientras más tiempo pasa una propiedad en el mercado, más se benefician potenciale­s inquilinos. Ello porque en los anuncios se aprecian reduccione­s de precio de entre $500 hasta $2,000 al mes.

Como ejemplo, una residencia en el Viejo San Juan, de 3-2 y 1,200 pies cuadrados, comenzó en $5,000, pero ya se ofrece por $3,800 al mes.

PRECIOS DISPARADOS FUERA DEL ÁREA TURÍSTICA

Sin embargo, en las plataforma­s de anuncios de bienes raíces, abundan los alquileres por encima de los $4,000 al mes en condominio­s y urbanizaci­ones fuera de zonas turísticas.

Una casa de nueva construcci­ón en Riviera Village, en Bayamón, por ejemplo, se ofrece por $7,000 al mes.

De igual forma, más de 40 residencia­s requieren alquileres de entre $4,000 y $6,000 en urbanizaci­ones cerradas de Vega Alta, Caguas, Gurabo, Bayamón, San Juan y Guaynabo.

Y, excluyendo propiedade­s costeras o en zona turística, en ese rango de renta, también se ofrecen múltiples apartament­os en condominio­s en la ciudad capital y el municipio que se considera entre los más caros de la zona metropolit­ana.

“Todo lo que es cercano a la zona metro, incluso Corozal o Vega Alta, hemos visto incremento­s. Es una situación preocupant­e, porque aunque estemos viendo un alza en los salarios y empleados por encima de los $12.50, a la hora de sumar para pagar renta, luz, agua y teléfono, la cosa se complica”, concluyó Malavé.

 ?? ?? La Asociación de Realtors de Puerto Rico ha observado que las propiedade­s en zonas turísticas o de lujo se están quedando vacantes por más tiempo, lo que podría beneficiar a potenciale­s inquilinos.
La Asociación de Realtors de Puerto Rico ha observado que las propiedade­s en zonas turísticas o de lujo se están quedando vacantes por más tiempo, lo que podría beneficiar a potenciale­s inquilinos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico