El Nuevo Día

Un riesgo envejecer en solitario

Es vital mantenerse activo, vinculado socialment­e con grupos de apoyo y cuidar la salud física y mental

- MILDRED RIVERA MARRERO Especial para El Nuevo Día

Miles de personas envejecen solas por no contar con un sistema de apoyo tradiciona­l integrado por hijos o una pareja. Parte de ese grupo tiene la capacidad de crear una red de apoyo con amigos y conocidos, pero muchos no logran rodearse de personas en las cuales puedan apoyarse y son las que mayores riesgos y retos tienen en el proceso de envejecimi­ento.

El tema de los llamados “solo agers”, o personas que envejecen solas, recibe mucha atención estos días por la gran cantidad de gente con ese perfil, ya sea por elección o por circunstan­cias fuera de su control. Entre las muchas circunstan­cias, se cuentan no tener hijos, que estos tengan diversidad funcional, que hayan fallecido o que vivan lejos; no tener pareja, que esta haya fallecido, que esté enferma o que sea de su misma edad. Tener la familia lejos, que esta sea disfuncion­al, vivir en la calle o en un lugar aislado y usar y abusar de sustancias también son circunstan­cias que pueden propiciar un envejecimi­ento solitario, sin apoyo social.

Este también fue un tema de conversaci­ón en la reciente reunión anual de la American Society on Aging (ASA), celebrada en San Francisco, California, por los riesgos que plantea para quienes envejecen solos y tampoco cuentan con una red de apoyo entre amigos o vecinos. Las razones para no contar con una red de apoyo pueden ser muchas, pero entre ellas también se cuentan los problemas de salud mental, el discrimen y limitados recursos económicos y sociales que impiden el acceso a servicios públicos y privados. Aunque la conversaci­ón sobre este asunto se enfoca frecuentem­ente en personas LGBTQ+, la realidad es que hay muchos adultos mayores heterosexu­ales que también envejecen solos y es necesario ampliar la conversaci­ón.

Quienes no tienen red de apoyo familiar o comunitari­o enfrentan mayores retos en las áreas de finanzas personales, acceso a servicios de salud, cuidado prolongado y autonomía personal (independen­cia) a medida que envejecen, se planteó en la conferenci­a “Aging Alone: Who Manages Well and Who is at Risk?”. Fue ofrecida por Lisa Krinsky, directora del Lgbtqia+ Aging Project, una organizaci­ón sin fines de lucro de Boston, y Alexandra Webb, vicepresid­enta sénior de la agencia independie­nte Service Program for Older People (SPOP) de Nueva York.

Durante su presentaci­ón, Krinsky le preguntó a la audiencia cuántos le ofrecerían ayuda para buscar un medicament­o si estuviese enferma y no contara con nadie. Luego, preguntó cuántos pedirían ayuda si estuvieran solos y enfermos. Casi nadie levantó la mano para responder esa segunda pregunta, lo cual utilizó la conferenci­ante para destacar el hecho de que muchos no se atreven o no se sienten cómodos pidiendo ayuda cuando la necesitan. Ese, precisamen­te, es uno de los mayores riesgos de las personas que viven solas: la falta de apoyo.

Krinsky hizo la salvedad, sin embargo, de que no necesariam­ente por vivir solas las personas se aíslan y tienen mayor vulnerabil­idad. Hay quienes están solos, pero se mantienen activos con una vida social, comparten con amigos, pertenecen a iglesias u otros grupos, hacen trabajo volun

tario, entre otras cosas, y tienen a quiénes acudir cuando necesitan ayuda, compañía o acompañami­ento.

Sin embargo, hay un grupo que sí se aísla, por elección o por diversas circunstan­cias, y experiment­a un sentimient­o de soledad y abandono, que no busca ayuda ni sabe cómo buscarla y que no cuenta con personas que le asistan. Esa situación puede impactar directamen­te su salud mental (con tristeza, depresión, mayor riesgo de problemas de memoria) y su salud física (pobre alimentaci­ón, poca atención médica, actividad física limitada).

Cifras publicadas el año pasado por el Censo de Estados Unidos dan una idea de la magnitud de la situación, pues en más de una cuarta parte (27.6%) de las viviendas ocupadas en suelo estadounid­ense, en 2020, vivía una persona sola. Esa proporción representó un alza de 7.7 puntos porcentual­es en comparació­n con 1940. En Puerto Rico, en más del 30% de los hogares los jefes de familia viven solos, según datos de la Encuesta de la Comunidad de 2022, citados por la demógrafa Judith Rodríguez en la prensa.

PROGRAMAS DE ASISTENCIA

El grupo de personas envejecien­do solas es el que más atención necesita por parte del gobierno y entidades privadas y del tercer sector, con más servicios y programas, destacaron Krinsky y Webb.

Uno de los nuevos programas de la SPOP –fundado en 1972 y que actualment­e es la única organizaci­ón dedicada exclusivam­ente a atender las necesidade­s de salud mental de los adultos mayores en Nueva York– ofrece servicios combinados para atender la salud mental, el uso de sustancias y dar servicios vinculados al envejecimi­ento.

El programa STRIVE integra servicios conductual­es y dirigidos a las necesidade­s que presenta el envejecimi­ento para promover el bienestar de sus participan­tes y ofrecerles herramient­as para que puedan envejecer en sus casas. STRIVE es para personas de 55 años en adelante. Aunque fue creado por la Oficina de Salud Mental del Estado de Nueva York, es un programa híbrido cuyos servicios son ofrecidos conjuntame­nte por el SPOP, la agencia pública New York City Aging y la organizaci­ón sin fines de lucro Metropolit­an Center for Mental Health.

Mientras, la ASA y otras organizaci­ones y agencias hacen énfasis en que también es necesario que las personas, particular­mente aquellas que envejecen solas, tomen medidas para tener ciertas proteccion­es. Entre ellas, se mencionan los documentos necesarios para viabilizar que otra persona pueda tomar decisiones en caso de no poder hacerlo, como son el Poder Duradero, la Declaració­n Previa de Voluntad y las autorizaci­ones para que se ofrezca informació­n a otras personas en planes médicos, institucio­nes financiera­s, entre otros.

El ahorro para contar con recursos para pagar cuidado en el hogar o en una institució­n geriátrica también es parte de los planes que hay que hacer de cara a un envejecimi­ento sin familia cercana.

 ?? ?? Quienes no tienen red de apoyo familiar o comunitari­o enfrentan mayores retos en las áreas de finanzas personales, acceso a servicios de salud, cuidado prolongado y autonomía personal (independen­cia) a medida que envejecen. Envíe sus comentario­s o preguntas, así como fotos de sus viajes y eventos a: riveramild­red56@ gmail.com
Quienes no tienen red de apoyo familiar o comunitari­o enfrentan mayores retos en las áreas de finanzas personales, acceso a servicios de salud, cuidado prolongado y autonomía personal (independen­cia) a medida que envejecen. Envíe sus comentario­s o preguntas, así como fotos de sus viajes y eventos a: riveramild­red56@ gmail.com

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