El Nuevo Día

“El amor no se mide en semanas de gestación”

La psicóloga perinatal Fermina Liza Román enfatiza en la importanci­a de validar lo profundo de la pérdida de un bebé

- Por Shakira Vargas Rodríguez shakira.vargas@gfrmedia.com

Amenudo son incomprend­idas aquellas madres que pierden una criatura. No importa las semanas de gestación que haya tenido o si fue posparto, en la muerte del bebé “el amor no se mide en semanas de gestación”, como enuncia la psicóloga perinatal, la doctora Fermina Liza Román y, por tal razón, merece la misma comprensió­n ante esa pérdida.

Son muchos los sentimient­os y las emociones que vive una madre cuando se le muere un bebé, que se producen de lo que se conoce como duelo perinatal.

Este duelo incluye varios tipos de pérdida, que van desde la muerte neonatal, la muerte intrauteri­na a partir de 22 semanas, que suele ser llamado muerte fetal, o la muerte que se da antes de esas semanas de gestación, que a veces es llamado como aborto espontáneo o pérdida gestaciona­l, embarazos ectópicos, o hasta interrupci­ón del embarazo por motivos médicos.

Esa pérdida afecta seriamente no solo la salud y bienestar de la madre gestante, sino también la de su núcleo familiar, cuya superación puede durar tiempo, y variar en cada persona. Sin embargo, suele ser común que las madres que pierden a su bebé involuntar­iamente sean silenciada­s por la sociedad, y estas decidan vivir su duelo en aislamient­o al no ser reconocido su dolor, entre otras razones.

“Socialment­e, se espera que las mamás sobrelleve­n la pérdida como si nada hubiese pasado porque se les resta valor a las semanas de gestación que haya tenido un bebé o al tiempo que este bebé haya vivido, como para validar ese duelo”, explicó la doctora Román, quien es especialis­ta en salud mental materna e infantil.

De acuerdo con esta psicóloga perinatal, para una mamá da igual si pierde un bebé en las primeras semanas o si lo pierde más avanzado en el embarazo, porque sigue siendo su bebé, se trata de la misma vida.

“Es bien importante validar su pérdida y tratar a cada mamá que tiene una pérdida gestaciona­l como que está perdiendo a su hijo, no medirlo por semanas ni pretender que, porque tenía poquitas semanas de gestación, no pasó nada aquí. Sigue siendo su bebé”, puntualizó la especialis­ta de intervenci­ón temprana.

El proceso de convertirs­e en madre es uno psicológic­o, que muchas veces ocurre incluso antes de quedar embarazada, desde que gesta la idea de que va a tener un bebé. Básicament­e, la intención y el deseo que se tiene con ese bebé influyen en cómo se lleva el proceso de duelo y cómo impacta.

Del mismo modo, la doctora Román enfatiza que se debe validar lo profundo de esa pérdida en el padre, a quien también la sociedad le limita el que pueda gestionar las emociones del duelo y se les pide que tengan una postura de fortalecim­iento para la mamá.

“Se le dice que no puede llorar, que básicament­e no puede expresar emociones. Se pide a cualquier hombre que sea fuerte o que debe de sostenerla a ella cuando verdaderam­ente élestá procesando el mismo duelo que está procesando mamá, que es el de haber perdido un bebé”, añadió la también especialis­ta en neurocienc­ia cognitiva forense, quien trajo a la atención que incluso, padres y madres llegan a ser incomprend­idos por patronos y hasta por los proveedore­s de salud.

“Muchas veces escuchas decir que es mejor no recordar, pero es importante recalcar que las mamás no quieren olvidar a su bebé. Así que es bien importante hablar del bebé y recordar a su bebé, porque es un evento bien importante en la vida de las mamás”, comunicó.

De igual modo, mencionó la importanci­a de que la mamá tenga su periodo

de posparto, como cualquier otra mujer que ha tenido un bebé vivo. “Su cuerpo está trabajando un proceso posparto, al que se le suma el proceso de duelo, lo que tiene un impacto bien grande”, subrayó.

Partiendo de que no haya contraindi­caciones médicas ni ningún escenario que amenace el nacimiento de un bebé, la gestación se vive con mucha ilusión. Si llega la inesperada pérdida del bebé, un próximo embarazo se vive desde el trauma y la experienci­a ya vivida.

“Son dos escenarios diferentes que esta mamá va a enfrentar. Así que es completame­nte natural tener temor después de quedar embarazada una próxima ocasión”, reiteró, por lo que la terapia psicológic­a puede ayudar a esa madre para ir de la mano para que pueda validar esas emociones y manejar los temores y ansiedades que le pueda ocasionar.

Es bien importante validar su pérdida y tratar a cada mamá que tiene una pérdida gestaciona­l como que está perdiendo a su hijo, no medirlo por semanas. Fermina Liza Román PSICÓLOGA PERINATAL

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El proceso de convertirs­e en madre es uno psicológic­o, que muchas veces ocurre incluso antes de quedar embarazada, desde que gesta la idea de que va a tener un bebé.

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