El Nuevo Día

La remuneraci­ón de los empleados de confianza

- Vicente Feliciano Economista El autor es presidente de Advantage Business Consulting.

El salario promedio en Puerto Rico ronda los $3,000 mensuales. Por lo tanto, no sorprende que haya resistenci­a cuando se pagan sueldos significat­ivamente mayores a funcionari­os gubernamen­tales que ocupan puestos de confianza. Sin embargo, por el bien del país, considero importante que la remuneraci­ón no sea un impediment­o para reclutar el talento que necesita el gobierno para ejecutar de forma efectiva.

En Puerto Rico, la reforma del servicio civil está llevando las escalas salariales de los empleados del gobierno estatal a niveles similares a las del sector privado. Este esfuerzo, liderado por el propio gobierno y la Junta de Supervisió­n Fiscal, se enfocó inicialmen­te en empleados de carrera. El análisis sobre los puestos de confianza comenzó, pero no ha terminado.

A través de los años, las negociacio­nes de deuda del gobierno de Puerto Rico las han llevado a cabo el presidente del Banco Gubernamen­tal y el director ejecutivo de la Autoridad de la Asesoría Financiera y Agencia Fiscal (AAFAF). La compensaci­ón de los funcionari­os públicos que han ocupado estos puestos, por ejemplo, es una fracción de lo que se paga en el sector privado.

La informació­n sobre los salarios de los ejecutivos de los bancos comerciale­s en Puerto Rico es pública, en la medida en que sean corporacio­nes que se cotizan en la bolsa de valores. Una rápida búsqueda en internet permite confirmar que tienen compensaci­ones de varios millones de dólares al año.

En Singapur, los servidores públicos reciben compensaci­ón en línea con el sector privado. La gerencia del gobierno de Singapur recibe compensaci­ones de entre $150,000 y $200,000. El gobierno de Singapur entiende que las evaluacion­es que recibe como una burocracia eficiente y de baja corrupción se deben en parte a que el personal está bien remunerado. Irlanda tiene una política similar. El secretario de Salud de ese país devenga cerca de $350,000 anuales.

Los funcionari­os públicos mejor pagados a nivel estatal en Estados Unidos son los directores técnicos de los equipos universita­rios de baloncesto y fútbol americano. Dichas compensaci­ones responden a lo que se paga en el mercado. La Universida­d de Arkansas solía pagar $4 millones a su director técnico de baloncesto, pero se le fue para California. El contrato al nuevo director técnico es por $7 millones al año. El director técnico del equipo de fútbol americano de la Universida­d de Georgia devenga $11 millones al año.

Si se paga bien, podemos demandar que nuestros funcionari­os sean de primer nivel. No puede haber espacios reservados para las llamadas “batatas políticas”. Esto hay que combatirlo. Además, si trabajan menos horas que en el sector privado debido a asuntos como leyes de semanas de cuatro días, días de receso con paga o derecho a 30 días de vacaciones al año, se les debe ajustar la paga en línea con las horas trabajadas.

Sin embargo, es fundamenta­l pagar bien a nuestros funcionari­os públicos de confianza. Una mala decisión de estos funcionari­os puede resultar en pérdidas de millones de dólares o en criminales sueltos. No pagarles bien representa un ahorro imaginario e irreal. Es lo que en inglés se conoce como “penny wise and pound foolish”.

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