¿Serán Boston y Houston los justos finalistas?
Casi nunca titulo esta columna con una pregunta, pues prefiero tratar de responder las interrogantes que asoma en la cabeza de sus lectores: en esta ocasión adopto la interpelación porque ahora la lógica apunta más a Boston y Houston sobre Cleveland y Golden State respectivamente debido a que un séptimo y decisivo juego sería en su arena.
Horas antes de empezar los playoffs, me agarré del no siempre ganador sentido común y afirmé que no se podía relegar a los Warriors y Cavaliers como buscadores del cetro de la NBA por cuarta ocasión corrida, y no basándome solamente en la redondez ofensiva de los primeros y en la supremacía de LeBron James por parte de los segundos, sino que el cúmulo de juventud de los Celtics y la dependencia en demasía de los Rockets de los triples podría abonar en su contra.
Nada más lejos de dicha aseveración: ambos cuentan nuevamente con la ventaja de cancha local, además de que GS cuenta con un arma poderosa que no pudo ver acción en el revés del martes: Andre Iguodala, lastimado de una rodilla y que sirve de todo terreno.
De hecho, en el mencionado revés, James Harden y Chris Paul consiguieron 30 y 27 puntos, pero una tripleta de Eric Gordon al final el puntillazo, a pesar de que había fallado sus anteriores seis disparos distantes.
Por su parte, los Cavs, 2-3, no pueden depender tan solo de LeBron y Kevin Love: sus restantes iniciadores Tristan Thompson, JR Smith y George Hill solamente sumaron 10 unidades en la tercera derrota.
Tenemos, pues, que sea más plausible la vuelta de Boston al duelo de título, ausente desde 2008, y de Houston que lo ganó sucesivamente en 1994 y 1995 gracias al poderío en ataque y defensiva del nigeriano Hakeem Olajuwon.
Pero tampoco es infalible esta estimativa.