Ponte en mis zapatos
Luego de trabajar varios meses en un proyecto enfocado en intervención de crisis emocionales, me tocó de cerca un caso muy triste de una joven adolescente en escuela intermedia. La joven decidió lanzarse de un segundo piso y terminar con su vida por causa del bullying de sus compañeros de clase y escuela. La adolescente estaba sobrepeso y era víctima constante de sobrenombres crueles que le asignaban sin piedad, y también fue víctima de cyberbullying (acoso cibernético).
El bullying es como colocarle una etiqueta con mucha pega a un frasco. Luego, tratar de quitarla se hace muy difícil; más en la edad frágil de la juventud, como lo fue este caso, pues esta se encontraba en la etapa de desarrollo que batalla día a día en busca de identidad. El bullying es un maltrato deliberado, producido de diversas formas a lo largo de un tiempo determinado. Este puede ser psicológico, verbal, físico o a través de las redes sociales. La mayoría de las víctimas son personas con problemas de inseguridad y timidez. En el caso del agresor, también son víctimas con inseguridad interna, por lo cual se deleitan humillando al más vulnerable.
Vivimos en un mundo donde la sensibilidad se ve como debilidad. ¿Quién se detuvo y se colocó en los zapatos de esta joven por un instante? Al parecer nadie. Sé que no podemos recuperar la vida de esta víctima, pero solo espero que con este escrito pienses en colocarte en los zapatos de aquel de quien decidas burlarte, pues no sabes si del que se burlen mañana sea de ti o un ser querido. Ponte en los zapatos de aquellos que son diferentes e incomprendidos, aquellos que están indefensos. Te aseguro que no podrás dar ni un solo paso, por la incomodidad que provoca el caminar con el peso de sus zapatos. Te invito a caminar en zapatos de empatía e igualdad, te invito a caminar en zapatos de restauración y edificación, entonces caminaremos en los zapatos correctos.
La consejería, con diversas herramientas, y las estrategias de intervención en crisis, con sus respectivos modelos, impactarían de manera positiva a cualquier víctima de este tipo de maltrato. También serían de ayuda para cualquier agresor. La educación sobre este mal y brindar herramientas sobre empatía y autoestima son las claves para sembrar y ver crecer un árbol diferente.