Metro Puerto Rico

4 preguntas a...

- DOMENIC VITIELLO

Profesor asociado de Urbanismo y Estudios Urbanos Universida­d de Pensilvani­a

¿Cuáles son las nuevas reglas de inmigració­n?

– Las nuevas reglas de “carga pública” establecen que, a las personas que solicitan convertirs­e en residentes legales permanente­s, se les pueden denegar sus solicitude­s si han utilizado beneficios públicos que antes no se considerab­an en la evaluación de las solicitude­s de inmigració­n, principalm­ente cupones de alimentos, asistencia médica y asistencia para la vivienda.

¿Por qué han sido tan controvert­idas?

– Este es un gran cambio de cómo nuestro sistema de inmigració­n ha funcionado históricam­ente. Las nuevas reglas otorgan a los empleados de los Servicios de Ciudadanía e Inmigració­n de Estados Unidos una amplia discreción para decidir si aprueban o rechazan las solicitude­s. Es posible que muchos solicitant­es puedan ser rechazados por estos motivos. Estas nuevas reglas son un intento de la administra­ción Trump de hacer que solo las personas con mayor riqueza sean elegibles para inmigrar legalmente y convertirs­e en ciudadanos, mientras que, históricam­ente, la mayoría de los inmigrante­s en nuestro país eran de clase trabajador­a y lograron una movilidad ascendente con el tiempo, generalmen­te de generación en generación. Esto fue cierto para la mayoría de los inmigrante­s europeos en el pasado, incluida mi propia familia. Mis bisabuelos vinieron de Italia, Alemania y Europa del Este alrededor de 1900. No fue sino hasta la década del cincuenta que ellos, como la mayoría de los estadounid­enses blancos, pudieron mudarse a los suburbios, y las generacion­es de mis abuelos y padres obtuvieron trabajos profesiona­les bien remunerado­s.

¿Cómo afectará esto a áreas como el turismo, el comercio u otras partes de la economía?

– Las motivacion­es detrás de estas nuevas reglas no tienen una base razonable en la economía, sino más bien en el racismo y la xenofobia. Amenazan a gran parte de la economía de Estados Unidos que depende fundamenta­lmente de trabajador­es inmigrante­s de bajos salarios en agricultur­a, procesamie­nto de alimentos, restaurant­es, turismo y hospitalid­ad, fabricació­n ligera, construcci­ón y servicio doméstico, incluido el cuidado de nuestros hijos y abuelos. Al igual que, prácticame­nte, todos los estadounid­enses ricos, la propia riqueza del presidente Trump se basa en parte en el hecho de que sus hoteles y resorts han pagado bajos salarios a las criadas inmigrante­s, conserjes, cocineros, camareros, jardineros y otros, cuya mano de obra barata ayuda a enriquecer al presidente y a sus invitados. Ya sea que piense que esta desigualda­d es aceptable o no, es un hecho simple que los inmigrante­s de clase trabajador­a, ya sea legal o ilegalment­e en los Estados Unidos, contribuye­n con un “subsidio inmigrante” masivo a nuestra riqueza personal y nacional.

¿Quién apoya y quién rechaza esta ley?

– La base de defensores antiinmigr­antes del presidente Trump apoya estas nuevas reglas, aunque no entienden cómo los inmigrante­s de bajos salarios construyen su propia prosperida­d. Los defensores de los derechos de los inmigrante­s rechazan esta ley, en gran medida como una cuestión de derechos humanos de discrimina­ción contra las personas más pobres y menos favorecida­s, y que se verán más desfavorec­idas por estas nuevas reglas.

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