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La semana pasada, médicos británicos alertaron por un inusual aumento de casos de síndromes inflamatorios que provocaron cuadros críticos o fatales a niños. El investigador del Imii, Pablo González, dice que si bien el antecedente “es llamativo”, se debe destacar que “esta condición no es frecuente y por el momento sólo se ha visto en muy pocos casos”. Lo cierto, dice el inmunólogo, es que “la probabilidad de que niños infectados con este virus sufran consecuencias graves sigue siendo muy baja como para preocuparse”. Salazar, también vicerrector de investigación de la Universidad de Chile, cree que la crisis también significa una “oportunidad enorme para los científicos de idear una plataforma y capacidades, no sólo para combatir esta pandemia, sino que la que viene”. Por factores como el rápido crecimiento de la población mundial, el avance de la civilización y el desarrollo de la industria alimenticia con animales, las mutaciones virales zoonóticas son cada vez más probables. Este siglo ya presentó varias epidemias en menos de 20 años, como el mers, el sars y la AH1N1, por lo que nada hace pensar que se deba esperar más de 50 años para que surja un nuevo desafío sanitario mundial.