Si le ofrecen la vacuna, póngasela
La semana pasada, cuando en un chat entre amigos nos enteramos de que pronto uno de nosotros sería elegible para la vacuna COVID-19, se generaron cuestionamientos sobre si debía ponérsela o esperar porque grupos con mayor riesgo completaran la etapa de vacunación. Una amigo con un problema de salud que por su trabajo puede quedarse en casa y aislarse pensó en dejar que su dosis fuera para alguien con un perfil de riesgo más alto. En las redes sociales, he leído mensajes de amigos cuyos padres o parientes eran elegibles para la vacunación pero que no podían obtener citas, y que estaban disgustados porque otros que conocían, a quienes consideraban de menor riesgo, ya habían sido vacunados.
A medida que más personas se vuelven elegibles para las vacunas a pesar de los suministros limitados, decidir si tomar una vacuna disponible se ha convertido en un dilema moral. Sin embargo, muchos especialistas en ética médica están de acuerdo en que: si usted es elegible para una vacuna, debe aceptarla, sin importar cuán digno o indigno se sienta.
Para ponerlo en términos sencillos: Si lo llaman para que se vacune, debe ir. Y es que hay múltiples razones para recibir una inyección si se la ofrecen. Por un lado, no hay razón para creer que si renuncia a su dosis, la recibirá alguien con mayor riesgo. En la medida que hay poca probabilidad de que la vacuna la puedan transferir efectivamente de un lugar a otro, es muy posible que la vacuna que usted rechace se le administre a alguien con un riesgo aún menor que el suyo. Peor aún, podría desecharse si no se inyecta en el brazo de alguien antes de que se eche a perder. Las dosis desechadas no le hacen bien a nadie, razón por la cual, después de que se descongelan las dosis típicamente se le ofrecen a todos el que puedan llegar a la localidad donde se están ofreciendo.
Entonces, la creencia de que rechazar una vacuna o esperar beneficiará de alguna manera a la sociedad aparenta ser falsa. Si rechaza una vacuna basándose en la creencia de que no tiene un riesgo particularmente alto, es posible que también se esté engañando a sí mismo. La noción de que otras personas necesitan más la vacuna puede ser simplemente producto de un pensamiento irracionalmente optimista. Después de todo, la ciencia sobre COVID-19 aún no se comprende completamente y está evolucionando rápidamente, especialmente dada la aparición de variantes del virus.
Además, cuando usted recibe una vacuna, tampoco es la única persona que se beneficia. Los científicos aún no están seguros de la cantidad de vacunación que frustra la transmisión de COVID-19, pero los datos preliminares sugieren que reduce la propagación hasta cierto punto.