¿Fue el 2020 un año perdido para la educación?
Focus. Durante la pandemia de COVID-19, muchos niños se vieron obligados a cambiar a la escuela en línea. Metro examina cuán efectiva es esta forma de aprendizaje.
La emergencia salubrista mundial tuvo un gran impacto en la educación de millones de niños. En abril de 2020, mes en el que se aplicaron las medidas de aislamiento más estrictas en muchos países, se interrumpieron los procesos de aprendizaje de casi el 90 % de los estudiantes. Según el UNICEF, al 1º de diciembre de 2020 las escuelas seguían cerradas para uno de cada cinco niños en edad escolar en todo el mundo, es decir, un total de 320 millones de niños.
Las clases presenciales fueron sustituidas por clases virtuales en algunos casos, sin embargo, resultó ser bastante difícil. Dos tercios de las personas en edad escolar en el mundo –o 1,300 millones de niños de 3 a 17 años– no tienen conexión a Internet en sus hogares, según un nuevo informe conjunto de UNICEF y la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
“A medida que entramos en el segundo año de la pandemia de COVID-19, y que los casos siguen aumentando en todo el mundo, no se debe escatimar ningún esfuerzo para mantener las escuelas abiertas o darles prioridad en los planes de reapertura”, dijo Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de UNICEF, en un comunicado.
Añadió: “El costo de cerrar las escuelas ha sido devastador. El número de niños sin escolarizar aumentará en 24 millones, hasta un nivel que no hemos visto en años y que hemos luchado tanto por superar”.
Según la Directora Ejecutiva del UNICEF, la capacidad de los niños para leer, escribir y hacer matemáticas básicas se ha visto afectada, “y las habilidades que necesitan para prosperar en la economía del siglo XXI han disminuido”.
Cerca de un cuarto de mil millones de estudiantes en todo el mundo siguen afectados por el cierre de las escuelas de COVID-19, lo que obliga a cientos de millones de estudiantes a depender del aprendizaje virtual, explica Fore, advirtiendo que “para aquellos que no tienen acceso a Internet, la educación puede estar fuera de su alcance”.
De hecho, la brecha digital está perpetuando las desigualdades que ya dividen a los países y las comunidades. Los niños y jóvenes de los hogares más pobres, de las zonas rurales y de los Estados de bajos ingresos están quedando aún más rezagados respecto de sus pares y tienen muy pocas oportunidades de alcanzarlos.
Para saber más sobre la situación, Metro habló con Glenn C. Savage, profesor adjunto de política educativa y sociología en la Universidad de Australia Occidental.
“El cierre de las escuelas debe ser una medida de último recurso, después de que se hayan considerado todas las demás opciones”. HENRIETTA FORE Directora Ejecutiva del UNICEF.