Falta de presupuesto atrasa integración datos sísmicos de últimos 18 años a mapas
Realidad Los territorios estadounidenses, como Puerto Rico e Islas Vírgenes, así como los estados de Hawaii y Alaska, llevan más de una década sin actualizar sus mapas de amenaza sísmica y están últimos en la fila de las agencias federales para que esto o
Rafael R. Díaz Torres
Desde una pequeña oficina en el campus universitario se manejan máquinas que cuestan miles de dólares. Mantenerlas en buen estado le cuesta varios millones anuales al erario. Son equipos de estaciones sísmicas y mareográficas que forman parte del sistema de detección de tsunamis y terremotos. El monitoreo de esta información no solo aporta a la generación de datos en Puerto Rico, sino que también recoge información sobre las Islas Vírgenes estadounidenses y de República Dominicana.
Los datos que se generan son analizados e interpretados por tres profesores investigadores de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, que con apoyo de algunos estudiantes, hacen lo posible por documentar estos fenómenos y a la vez orientar al país sobre los riesgos.
Estos mismos tres profesores atienden a medios de comunicación, emiten recomendaciones y son consultados por múltiples agencias. Y su trabajo en el último año ha incrementado significativamente como resultado de los más de 10 mil temblores asociados a la secuencia sísmica que inició en diciembre 2019.
La falta de personal y recursos para la investigación sísmica en la Universidad de Puerto Rico (UPR), así como la baja posición de la Isla entre las prioridades del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, en inglés) ponen en entredicho la posibilidad de que se lleve a cabo la anunciada recuperación resiliente en los municipios del sur afectados por los terremotos del 2020 y de que la revisión del Código de Construcción de la Isla prevista para este año incorpore la actualización de los últimos 18 años a los mapas de amenaza sísmica.
Aunque científicos de la UPR elogiaron el Código vigente por este atemperarse a los estándares internacionales, advirtieron que mientras no se actualice el mapa de amenaza sísmica de Puerto Rico, el documento guía para la construcción no necesariamente atenderá las necesidades de infraestructura que cobraron mayor relevancia tras los movimientos telúricos documentados el año pasado.
“El Código de Construcción de Puerto Rico es buenísimo. Pero de pronto lo que no nos dicen es que el Código es tan bueno como la información que tú tengas para darle a ese código. Porque si a ese Código de Construcción no le pones las fallas [geológicas] que son, pues ese Código se queda cojo. El problema es la falta de información, de cómo logramos tener la imagen completa de toda la actividad sísmica”, explicó Huérfano.
La secuencia sísmica del 2020 en Puerto Rico está asociada principalmente con la falla de Punta Montalva ubicada en la región sur. Según Huérfano, la primera publicación académica sobre esta falla ocurrió durante la década de los 1980. Si bien la investigación sobre esta formación geológica no ha cesado y en la actualidad continúan los estudios liderados por científicos de la UPR en Mayagüez, la falla todavía no es reconocida por el USGS.
Por la realidad colonial de Puerto Rico, el mapa de amenaza sísmica solo puede ser actualizado por el USGS. Esta gestión no ha ocurrido desde el 2003 y es incierto cuándo podrá incluirse la falla de Punta Montalva en un mapa que a su vez fortalezca cualquier actualización del Código de Construcción. Obtener el reconocimiento del Gobierno federal para aceptar una nueva falla requiere trabajo de campo extenso y un equipo de investigadores que divulguen sus resultados en publicaciones académicas aprobadas por sus pares.
“Para poder actualizar el mapa, uno tiene que localizar la falla y poderle poner el dedo encima. Se tiene que saber exactamente dónde está. Se tienen que hacer estudios sobre cuál es la magnitud máxima que puede generar esa falla y la recurrencia de los terremotos. Para tú saber la recurrencia de los terremotos, tú tienes que saber cómo se está desplazando una placa tectónica con respecto a la otra. Eso requiere unos estudios que toman mucho tiempo”, explicó al CPI José Martínez Cruzado, quien es profesor del Departamento de Ingeniería Civil y director del Programa de Movimiento Fuerte de Puerto Rico (PRSMP, en inglés).
“No esperemos que por lo que ocurra en Puerto Rico vamos a hacer un cambio dramático en el Código [de Construcción]. Lo que sí es particular para Puerto Rico es el mapa de peligrosidad [amenaza] sísmica. A lo que realmente hay que darle énfasis es a ese mapa de peligrosidad sísmica, que es una situación sismológica, geológica. Una vez se incorpora, eso cambia las fuerzas con las cuales los ingenieros tienen que diseñar los edificios. Cuando se consideran esas fallas en el medio de la isla, las fuerzas de diseño probablemente van a aumentar significativamente. Hay que diseñar para mayor fuerza. Los costos de construcción van a aumentar, pero lo importante es la seguridad del pueblo”, añadió el profesor de ingeniería. Un portavoz del USGS le expresó al CPI que, aunque la agencia está consciente de la necesidad de actualizar el mapa de amenaza sísmica de Puerto Rico, no hay certeza de cuándo ocurrirá.
“La secuencia sísmica del 2020 ha elevado al nivel de prioridad la actualización de los mapas de amenaza sísmica de Puerto Rico, de manera que el trabajo para reconstruir y modernizar los edificios e infraestructura de la isla puedan hacerse con las mejores estimaciones disponibles de posibles sacudidas sísmicas. La actualización del mapa de amenaza sísmica de Puerto Rico es algo que se está planificando”, explicó el coordinador asociado del Programa de Amenazas Sísmicas del USGS, el Dr. Michael Blanpied.
Sin embargo, al ser cuestionado sobre la razón para que el mapa no haya sido actualizado por casi dos décadas, el oficial del USGS admitió que Puerto Rico ha sido tratado de manera distinta en comparación con los estados.
“Desde la década de los 1990s, el USGS ha actualizado regularmente el Modelo de Amenaza Sísmica Nacional para los 48 estados contiguos en un período de más o menos cada seis años. Esas actualizaciones están alineadas con una agenda de actualizaciones periódicas a los códigos de construcción, lo cual es un proceso que maneja FEMA. Los mapas de amenaza sísmica para Alaska, Hawaii, Puerto Rico y otros territorios no se han actualizado con la misma frecuencia que el modelo continental [en Norteamérica] debido a limitaciones de recursos”, reconoció Blanpied.
Al igual que Puerto Rico, el mapa de amenaza sísmica de Islas Vírgenes estadounidenses fue actualizado por última vez en el 2003. Por su parte, los mapas de Guam, las Islas de Mariana del Norte y Samoa estadounidense e Islas del Pacífico fueron actualizados en el 2012. Hawaii tuvo su actualización en el 1998, mientras que la de Alaska ocurrió en el 2007. Para los 48 estados contiguos, el mapa se actualizó en el 2018.
Sobre los casos específicos de las actualizaciones de los mapas de amenaza sísmica para Puerto Rico e Islas Vírgenes estadounidenses, Blanpied comentó que el USGS todavía no ha establecido un “presupuesto firme”, ni un calendario que establezca fechas para comenzar y completar los trabajos. Solo se sabe que no será antes del año 2023.
“El proyecto [para Puerto Rico e Islas Vírgenes estadounidenses] comenzará una vez se complete el modelo de amenaza sísmica que actualmente se trabaja para los 50 estados y que se publicará en el 2023”, agregó el geofísico del USGS.
Desde el programa que dirige Martínez Cruzado, así como desde la Red Sísmica que pertenece al Departamento de Geología del Recinto de Mayagüez (RUM), actualmente se trabajan investigaciones sobre Punta Montalva que están siendo sometidas como artículos para la evaluación de revistas científicas arbitradas. De lograrse su publicación, estos artículos académicos permitirán fortalecer el argumento para que el USGS incluya la falla de Punta Montalva en una futura actualización del mapa de amenaza sísmica.
“Estos mapas [de amenaza sísmica] son hechos a nivel federal. Puerto Rico está en la lista de asuntos pendientes [del USGS]”, expresó al CPI la investigadora de la Red Sísmica, Elizabeth Vanacore, quien trabaja una publicación académica sobre Punta Montalva con los resultados de una investigación presentada en diciembre del 2020 en la conferencia académica de la Unión Geológica de los Estados Unidos.
“Al final dependerá de lo que se incluya en el artículo. Si la publicación incluye la ubicación de la falla, su recurrencia y otro tipo de información relacionada, tal vez eso podría ser suficiente para incluirla en el modelo [mapa]. Pero no es fácil compilar toda esta información”, agregó la científica.
La Dra. Vanacore es, junto a Dr. Huérfano y el Dr. Alberto López, solo una de las tres personas que ocupan posiciones de profesores que son investigadores principales (PI, en inglés) de proyectos en la Red Sísmica. Su trabajo se divide entre la investigación, la docencia y los asuntos administrativos, incluyendo atender a los medios de comunicación cada vez que ocurren eventos sísmicos en el país.