Metro Puerto Rico

Emma Stone: La Cruela de Vil más salvaje

- María Estévez Especial desde Los Ángeles

Hay una nueva Cruella de Vil en la ciudad y es Emma Stone. Después de seis largos años, Stone consigue encarnar un personaje para el que parece haber nacido. Con un vestuario que nos devuelve a la época punk, el director Craig Gillespie y el guionista Tony McNamara han creado una película fabulosa.

Cruella es un giro subversivo de la historia de origen de la icónica villana de Disney que quería matar a 101 Dálmatas. Emma Thompson es la mejor villana en el papel de la baronesa von Hellman, jefa de una ostentosa casa de moda y también una reconocida leyenda de la alta costura. En el Londres de los años 70, la joven diseñadora de moda Estella de Vil se obsesiona con las pieles de los perros, especialme­nte de los dálmatas, hasta que acaba convirtién­dose en una leyenda despiadada y aterradora conocida como Cruella. Stone es tremendame­nte divertida en el papel principal, ya que se compromete plenamente a encarnar dos personajes, Stella y Cruella, en una interpreta­ción estupenda que es muy propia del Joker. Tuvimos la oportunida­d de hablar con la actriz vía digital sobre su preparació­n para un doble papel inolvidabl­e.

¿Te sorprendió lo oscura que Disney permitió que fuera esta película?

— Así es, así es. Greg y Tony han hecho lo que querían hacer y es definitiva­mente oscura para una película de Disney, pero quizás no para una película intensa con calificaci­ón R. Si lo pienso bien, sí, fue más oscura de lo que he visto en Disney en mucho tiempo.

La Baronesa es una gran villana para Cruella

— Emma (Thompson) es fabulosa. Tiene uno de mis momentos favoritos, cuando la baronesa tira la servilleta de tela y un tenedor auténtico por la ventana. Me hizo reír cuando estábamos rodando y cada vez que lo hacía me partía de risa. Es tan buena. Y me encanta la estructura de su ropa, como el aspecto de María Antonieta, tenía una silueta muy intensa con sus trajes.

¿Cuál fue el traje más loco que llevaste como Cruella, del que te sentiste muy orgullosa y que te metió dentro del personaje?

— El traje más ridículo fue el que llevé en el camión de la basura porque era una cola de 12 metros y no estaba unida al vestido, obviamente no podría moverme si lo estuviera. Así que la añadieron al vestido en el último momento cuando subí al camión de la basura para rodar esa parte, y fue simplement­e fenomenal. Nada que pudiera llevar ni remotament­e en la vida real. Fue un gran momento. Pero, para ser honesta, esa falda loca con la que cubrí el coche fue épica también; tratar de entrar en el coche y luego cubrirlo con el cambio de falda fue simplement­e fantástico, fue realmente un momento de un actor pensando: Estoy en una película ahora mismo y nunca voy a tener este momento de nuevo.

¿Ninguno de esos momentos era CGI?

— Todo real. Me metí en el coche y tiré de la falda y tuve que hacerlo varias veces porque era difícil. Todo fue real. Los perros son la única parte en la que se utilizó CGI, pero esos perros estaban siempre en el plató y cada vez que los teníamos cómodos, estaban dentro, lo que fue increíble.

Entre los dos personajes que interpreta­s, Stella y Cruella, ¿cuál ha sido un mayor reto y cuál prefieres?

— Es interesant­e porque sentí una especie de rechazo hacia Stella que se manifiesta durante la película, y creo que Stella es dulce pero no está totalmente encarnada, así que diría que hay algo en Cruella que es bastante tentador. Es como si estuviera en plena aceptación y autonomía. Así que me interesa ese tipo de mundo de Cruella, pero, dicho esto, cruza algunas líneas que no creo que yo cruzaría necesariam­ente, pero prefiero a Cruella porque me interesa el lado oscuro de un personaje femenino.

¿Fue difícil representa­r el acento, las escenas emotivas y la actitud de Cruella, una estrella del punk de los años 70? — Depende. Los acentos fueron definitiva­mente complicado­s y siempre son un pequeño dolor de cabeza. Cada vez que un personaje tiene un viaje emocional muy importante con una escena que es increíblem­ente conmovedor­a y que hace avanzar la historia de una manera necesaria, siempre genera un poco de presión porque sólo tienes un día y una vez para hacerlo. Esa es la diferencia entre el teatro y el cine; no importa lo cansado que estés, ni cómo te sientas ese día, si vas a hacer esa escena, así será, así que siempre duermo mal la noche antes de rodar una escena importante al día siguiente. Eso es lo más difícil para mí, pero también me encanta el reto.

¿Cómo te quitas los nervios? ¿Tienes algún tipo de ritual? — No. Los nervios desaparece­n en cuanto empiezas a rodar. Cuanto más presente estás como actor, menos nervios tienes. Por eso quise ser actriz. Soy muy ansiosa por naturaleza y cuando más presente me encontraba era improvisan­do o haciendo comedia o teatro porque no tienes tiempo de pensar en todas las demás cosas que te preocupan, tienes que estar en el momento. Cuanto más presente puedes estar, más se te quitan los nervios, así que ese es el verdadero regalo de la actuación para

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CORTESÍA Personaje. Lleva mucho maquillaje puesto, como en Joker, porque Cruella esconde a Estella. /
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