Nada cambia…
En tres libros que abordan las campañas presidenciales de 2012, 2016 y 2020, los politólogos Lynn Vavreck y John Sides han dado al traste con una serie de hipótesis que los expertos politólogos y los periodistas han utilizado para explicar la política estadounidense y sus resultados.
Por ejemplo, está esta hipótesis sobre la campaña más reciente: la convicción entre muchos demócratas moderados de que su partido sufrió negativamente como consecuencia de las protestas de Black Lives Matter tras el asesinato de George Floyd en mayo de 2020.
Según Sides, profesor de la Universidad de Vanderbilt, esta hipótesis es incorrecta y para probarlo utiliza tres conjuntos diferentes de datos cuidadosamente recopilados
para probar su punto. Primero, el margen de Joe Biden sobre el entonces presidente Trump en las encuestas preelectorales aumentó, no disminuyó, durante el verano de protestas. Segundo, cuando Sides, y Vavreck examinaron los datos condado por condado para su último libro, The Bitter End, que analiza la contienda del 2020, descubrieron que en los condados donde se llevaron a cabo protestas, Biden en realidad aumentó la margen demócrata en comparación con lo que logró Hillary Clinton en esos mismos condados en 2016.
Tercero, cuando observaron a los votantes que fueron encuestados en 2016 y nuevamente encuestados en 2020, encontraron que las opiniones sobre Black Lives Matter simplemente se habían recrudecido
según las líneas del partido. Como casi todo lo demás, las protestas solo profundizaron las divisiones políticas existentes.
La realidad que presenta el análisis detallado de los resultados es que simplemente no hay movimiento. Nada está cambiando. Transcurrieron eventos nunca antes vistos durante el la campaña de 2020, incluida una pandemia mundial y las protestas por la justicia racial, y nada se movió, todo permaneció igual. Esa puede ser la realidad definitoria de la política estadounidense actual, a lo que Vavreck y Sides se refieren como “calcificación”.