El derecho al aborto y las elecciones presidenciales del 2024
Hoy en día, en el Tribunal Supremo de Estados Unidos, los jueces liberales no tienen mucha influencia. Las verdaderas luchas tienen lugar principalmente entre la extrema derecha de la corte y los jueces conservadores más tradicionales.
El argumento reciente sobre los fármacos para el aborto proporcionó un ejemplo perfecto y destacó los riesgos que tendrán para la corte las elecciones presidenciales de 2024. En particular, ilustró una de las formas en que un segundo mandato del expresidente Trump podría diferir dramáticamente del primero, con enormes consecuencias para el derecho al aborto, entre otros temas.
El trasfondo político del argumento del Tribunal Supremo es claro: la política del aborto sigue atormentando a los republicanos.
En el 2022 el Partido Republicano logró un objetivo que tenía pendiente hace décadas cuando la recién reforzada mayoría conservadora en la corte anuló Roe vs. Wade, el fallo que durante casi medio siglo había garantizado el derecho al aborto en todo el país. La decisión del tribunal en Dobbs vs. Jackson Women’s Health devolvió la política de aborto a los estados, 15 de los cuales ahora prohíben todos o casi todos los abortos, y seis más imponen restricciones estrictas.
Esas prohibiciones no han logrado reducir el número de abortos en Estados
Unidos, en gran parte debido a la amplia disponibilidad de píldoras abortivas. Pero han generado una ola de ira entre los votantes, especialmente las mujeres, que ha hundido a los candidatos republicanos en distritos y estados indecisos.
El ejemplo más reciente se produjo unas horas después del argumento ante el Tribunal Supremo, cuando una demócrata, Marilyn Lands, ganó una elección especial para llenar un distrito legislativo estatal mayoritariamente suburbano en el norte de Alabama. Lands había centrado su campaña en los derechos reproductivos.