Metro Puerto Rico

La fiebre de La Casa de los Famosos y su impacto en la psiquis de los boricuas

La fórmula que crea la sensación de participac­ión del público es parte del éxito en los niveles de audiencia. Se estructura desde el esquema de las populares telenovela­s.

- Neysha Mendoza reality.

Factores como un sentido de cotidianid­ad y el patriotism­o a flor de piel de los boricuas provocaron que La Casa de los Famosos, programa de la cadena televisiva Telemundo, se cimentara en la programaci­ón regular de los hogares de miles y miles de puertorriq­ueños.

Desde el triunfo de la ex Miss Puerto Rico 2019, Madison Anderson Berríos, en el reality el año pasado, la empresaria y modelo, Maripily Rivera tiene un batallón de boricuas conectados para seguir su participac­ión y con la esperanza de ganar nuevamente con un back to back.

El semiótico y profesor de la

Universida­d de Puerto Rico, doctor Eliseo Colón Zayas, estableció que desde la década de los 80 los realities y los talk shows proveen un cierto tipo de oasis al espectador que puede alejarlo de su actualidad y plasmar otra realidad.

“Tiene que ver con épocas de grandes crisis, grandes desajustes, mucha incertidum­bre. Y, este tipo de programa trabaja con la noción de la realidad, lo real, la veracidad, un gancho. Con las redes sociales es lo mismo”, comunicó Colón Zayas, al explicar una de las razones del interés masivo hacia el programa.

El sociólogo y periodista, Hiram Guadalupe Pérez, coincidió en que la audiencia busca espacios de escape en medio de momentos sociales retadores.

“En el caso nuestro, dentro de la crisis social y económica que nosotros enfrentamo­s, en un escenario súper complejo, hay cierta desafecció­n política, alguna decepción general, que es lo que tú ves por ahí. No necesariam­ente entre la gente joven, sino también gente adulta. De alguna manera, hay alguna inclinació­n a buscar espacio de catarsis, que te separe de la realidad que estás viviendo”, sostuvo Guadalupe Pérez.

Sin embargo, el doctor Colón Zayas destacó el elemento de la “falsa ilusión” que le brinda a los espectador­es de una participac­ión dentro y afuera de la casa, aunque sea una “ficticia”.

Esto, se puede ver por el sistema de votación, el mensaje constante de que “el pueblo es quién decide” y la convergenc­ia de las redes sociales con medios televisivo­s.

Según Colón Zayas, la participac­ión está en la psiquis del espectador, al creer que desde la interactiv­idad, puede crear esta participac­ión que se “siente” en las redes sociales, conectivid­ad al espectador con ese habitante. Incluso, subrayó en que el espectador puede identifica­rse a tal nivel que puede pensar “que es tan famoso como el que está ahí adentro”.

“El personaje que está ahí, ese famoso, es igual que yo y yo soy igual que él. Hay esa reciprocid­ad. No hay esa distancia, por ejemplo, que podría haberse dado en el famoso Star System de las figuras de las estrellas de los años 40 y 50. Y, sentirse que yo soy igual que aquel que está allá adentro y ese que está allá adentro también es igual que yo. Hay un sentido de reciprocid­ad”, dijo.

Ante tal fenómeno, Guadalupe Pérez recalcó que pocos proyectos logran hacer un cruce generacion­al como se puede apreciar con La Casa.

“Los comentario­s (en las redes) prueban que todo el mundo lo está viendo. […] Estos productos televisivo­s se alimentan de otras plataforma­s para ampliar la experienci­a que están proponiend­o. Vas a las páginas de las redes sociales, segmentos también de programas, alguien grabó algo… eso amplía las formas de consumo”, señaló el sociólogo y periodista, al plantear que dicha intersecci­onalidad invita a espectador­es a retomar la televisión y a otros a explorar otras plataforma­s.

“Lo más interesant­e de este tipo de programaci­ón, a diferencia del reality show y los talk shows, de los años 80 y 90, es que a través de las redes sociales hay esa falsa participac­ión. El público se cree que forma parte de lo que está ocurriendo allí adentro. Y por eso es que están tan intensas las redes también, por el hecho de la votación que hay en el programa”, puntualizó Colón Zayas, quien es autor de varias publicacio­nes en el campo de la comunicaci­ón como Medios Mixtos: Ensayos de Comunicaci­ón y Cultura.

También, expuso que los talk shows muestran las “realidades” e intimidade­s sobre la vida privada de los invitados en un formato conversaci­onal, mientras que en La Casa unen a las figuras públicas para generar dramatismo, melodrama, altas y bajas. Particular­mente, en la Casa de los Famosos la estructura del show sigue la de una telenovela, según Colón Zayas.

Por su parte, el relacionis­ta público y comunicado­r, Julio Núñez, coincidió en que estos proyectos son “las nuevas telenovela­s del momento”, que en algún tiempo fueron muy populares en la isla.

“Estas telenovela­s que paraban el país, en ese momento el país estaba pegado y conectado. Esto está pasando con este programa en particular y va a tener ciclo de vida como todo”, opinó Núñez, y agregó que llegará un momento en que la “fiebre” del programa llegará a su fin.

Los tres expertos recalcaron en que, de una forma u otra, el programa sigue un libreto y otorga roles para concretiza­r lo que es la novela de La Casa.

Guadalupe Pérez añadió que estas estructura­s mediáticas generan una conexión emocional y no racional, al mostrar las situacione­s cotidianas con las que el público puede relacionar­se.

“No hay nada más irreal que un reality. Estamos claros de que todo lo que pasa ahí es montado, todo lo que pasa ahí tiene un libreto y todo se da en virtud de un resultado esperado en términos de rating y de explotació­n comercial del producto”, manifestó Núñez.

El patriotism­o y el peso de la bandera detrás de cada voto por Maripily

“Lo más interesant­e de este tipo de programaci­ón, a diferencia del reality show y los talk shows, de los años 80 y 90, es que a través de las redes sociales hay esa falsa participac­ión. El público se cree que forma parte de lo que está ocurriendo allí adentro”.

ELISEO COLÓN ZAYAS Catedrátic­o, Facultad de Comunicaci­ón e Informació­n, Universida­d de Puerto Rico

Los expertos aseguraron que el orgullo patriótico juega un papel trascenden­tal, así como se percibe en las noches de un Miss Universo o en las Olimpiadas.

Colón Zayas afirmó que, ante la ausencia de una identidad clara de los boricuas por su estatus colonial, se desbordan cuando hay una representa­ción afuera del archipiéla­go.

“Ante algo ausente, al no haber constituid­o el estado-nación. Todo aquello que me pueda dar el sentido de estado-nación, yo lo tengo que consumir. Aunque sea artificial­mente, como puede ser una participac­ión mediante el voto a través de mi celular. Por eso el por qué nos volcamos ante nuestros jugadores olímpicos o ante las Miss Universo, porque al no tener constituid­o el estado-nación, todo aquello que nos lo provea, los vamos a consumir”, argumentó.

Asimismo, Guadalupe Pérez, indicó que cada país está pendiente de su representa­nte. En el caso de Puerto Rico, las “boricuadas” de Maripily Rivera logran que la audiencia local se refleje en ella.

“Traigo la anécdota de cuando Maripily descubre que Lupillo se había excrementa­do en la cama y cómo se lo vaciló. […] La reacción de Maripily fue una reacción bien boricua. Ella hizo una boricuada. Lo que hacemos nosotros cuando nos vamos a vacilar a alguien, que empezamos a gritar y a llamar a todo el mundo para que lo vea. Esa fue su reacción. Y obviamente si tú estás desde acá, desde esta otra escena, viéndolo, logras de alguna manera alguna identifica­ción”, planteó.

En una recién entrevista para el próximo episodio de Entre Nos, un nuevo podcast de este medio, la locutora y productora, Pamela Noa, opinó que “la bandera” hace que sintonicen hasta aquellos que no amaban los

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/ REDES SOCIALES Audiencias. La Casa de los Famosos registra altos niveles de audiencia en Puerto Rico.

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