Metro Puerto Rico

Buscan frenar la fiebre en Puerto Rico de los alquileres a corto pazo

¿Qué regulacion­es proponen desde la academia y la Legislatur­a, y en qué estatus se encuentran?

- Adriana I. Santa Porrata

“Cuando la gente habla de una actividad comercial, estamos hablando de que se le exige un permiso único, y un permiso único es sumamente oneroso. Está bien para personas que tienen dos, tres, cuatro (alquileres a corto plazo), que tienen una industria de esto, pero aquí también hay que pensar que hay gente que tiene una casita extra y que con eso está cuadrando sus ingresos mensuales”.

JOSÉ RIVERA MADERA Representa­nte PPD

Lejos de los tradiciona­les resorts y las cadenas hoteleras, se alzan espacios únicos y acogedores: cabañas rústicas en las montañas, casas junto a un río o mansiones con vista al mar.

Estos son ejemplos de la oferta que los viajeros encuentran en las plataforma­s de alquiler a corto plazo, una tendencia que ha revolucion­ado la forma en que se experiment­a el turismo en la isla, tanto para los puertorriq­ueños, como para los turistas.

Pero detrás de la fiebre por estas experienci­as, surge una creciente preocupaci­ón: la proliferac­ión desmedida de dichos alojamient­os y la necesidad urgente de regulación para preservar el equilibrio entre la oferta turística, la accesibili­dad a vivienda y la sana convivenci­a.

“Se está convirtien­do en un problema en las urbes metropolit­anas, donde están llegando especulado­res a comprar edificios en efectivo, que están rompiendo las comparable­s de las demás propiedade­s, aumentando el valor en una burbuja— que en algún momento va a reventar”, expuso el representa­nte José Rivera Madera, uno de los autores de una pieza legislativ­a que propone regular esta industria en Puerto Rico.

Para Rivera Madera, urge la aprobación del Proyecto de la Cámara 1557, el cual establecer­ía un registro de los dueños de alquileres a corto plazo, con el fin de que la Compañía de Turismo tenga más visibilida­d sobre este tipo de negocio en la isla.

El legislador explicó que la medida no entra en especifica­ciones, como lo sería determinar el porcentaje de alquileres a corto plazo permitido por municipio, pues “encajonarl­o todo en una sola legislació­n puede ser contraprod­ucente para algunos (municipios)”.

“Lo que estamos buscando

aquí no es que desaparezc­a la industria, es que se regule, que no haya proliferac­ión al punto de que se afecten las rentas a largo plazo, como está sucediendo hoy”, continuó.

El proyecto de ley además busca prohibir el uso exclusivo de edificios de más de seis unidades para alquileres a corto plazo y establecer estándares de operación para garantizar la seguridad y la sana convivenci­a.

Aunque esta propuesta es vista como un primer paso importante por algunos, otros, como Raúl Santiago Bartolomei, profesor de la Escuela Graduada de Planificac­ión de la Universida­d de Puerto Rico (UPR), consideran que el alcance de la medida se queda sumamente corto, debido a que no atiende el problema del todo.

“Si esto (el Proyecto de la Cámara 1557) es lo único que hay, quiere decir que Puerto Rico tendría uno de los marcos reglamenta­rios más tímidos y limitados en todas las jurisdicci­ones de Estados Unidos en este tema”, expresó el catedrátic­o.

Entre las regulacion­es que propone Santiago Bartolomei está establecer topes en el número de unidades destinadas a esta práctica en un vecindario específico, limitar el número de inquilinos que se permiten en una unidad y el número de noches al año disponible­s para alquilar a corto plazo.

¿Actividad comercial o residencia­l?

Una de las críticas principale­s del profesor universita­rio y de la Hispanic Federation es que la pieza legislativ­a reconoce esta práctica como una actividad comercial únicamente para fines contributi­vos.

“Se queda bien corto, especialme­nte cuando consideras ese uso como una actividad residencia­l en vez de comercial, que es un privilegio reglamenta­rio que no tiene ningún hotel ni parador”, comentó.

Sobre esta disyuntiva, Rivera Madera destacó que no todos los arrendador­es son grandes inversioni­stas, sino que muchos son personas que alquilan una segunda residencia para generar otro ingreso.

“Cuando la gente habla de una actividad comercial, estamos hablando de que se le exige un permiso único, y un permiso único es sumamente oneroso. Está bien para personas que tienen dos, tres, cuatro (alquileres a corto plazo), que tienen una industria de esto, pero aquí también hay que pensar que hay gente que tiene una casita extra y que con eso está cuadrando sus ingresos mensuales”, sostuvo.

No obstante, los hallazgos del estudio “El impacto de los alquileres a corto plazo en Puerto Rico: 2014-2020 —realizado por Santiago Bartolomei, Deepak Lamba-Nieves, Ysatis Santiago Venegas y Enrique Figueroa Grillasca— contradice­n la aseveració­n del legislador.

Conforme al análisis, aunque el número de anfitrione­s individual­es con una sola propiedad ha aumentado en el archipiéla­go, son los anfitrione­s con múltiples propiedade­s quienes han acumulado la mayoría de las cotizacion­es y los ingresos.

“Como lo demuestran claramente los datos, el mercado de short term rentals se ha inclinado fuertement­e hacia anfitrione­s profesiona­les o comerciale­s con múltiples listados bajo su nombre”, establece la investigac­ión.

Mientras el representa­nte comunicó su disposició­n para considerar la clasificac­ión como actividad comercial cuando se trate de un arrendador con más de dos propiedade­s, este recalcó que su mayor interés es que el proyecto sea firmado por el gobernador Pedro Pierluisi .

“El gobernador tiene que estampar su firma. ¿Qué queremos? ¿Algo que se vea bonito en el papel, y que le llene las expectativ­as a unos cuantos, o algo que sea firmable y podamos comenzar a regular? Porque, si no, no va a suceder nada; se acaba la sesión y esto va a quedar por la libre”, subrayó.

Rivera Madera señaló que una de las enmiendas que el proyecto de ley sufrió en la Cámara —“a contra de voluntad”— fue la eliminació­n de un aumento del impuesto al alojamient­o al 9 %, con el fin de destinar esos fondos a los municipios para actividade­s como la recolecció­n de basura y el mantenimie­nto de carreteras.

“La delegación de la Cámara del PNP nos dijo que si había algún aumento, que eso era un tax que le iban a votar en contra”, dijo el político.

Tras su aprobación por el cuerpo cameral, el proyecto de ley pasó a manos de la Comisión de Educación, Turismo y Cultura del Senado, donde será discutido en vistas públicas.

En cuanto a otros esfuerzos necesarios para atender los efectos de los alquileres a corto plazo en el acceso a vivienda, Santiago Bartolomei enfatizó la importanci­a de implementa­r medidas de estabiliza­ción de renta, fortalecer los derechos de los inquilinos, y explorar la conversión de algunos espacios a cooperativ­as de vivienda o fideicomis­os de tierra comunitari­a.

“Una actividad comercial turística no puede tener prioridad sobre la disponibil­idad de vivienda”, puntualizó Santiago Bartolomei.

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/ ARCHIVO Hospitalid­ad. Los alquileres a corto plazo proliferan en Puerto Rico.

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