Lidya Yurdum,
Primera autora del estudio que trabaja como asistente de investigación en el Centro de Estudios Infantiles de Yale.
¿Qué le llevó a estudiar el reconocimiento musical? 1
—En nuestro laboratorio tratamos de comprender lo que la música significa para los seres humanos: cómo evolucionó, cómo la procesamos y qué hacemos con ella. A menudo se afirma
que la música es universal y que los seres humanos de todo el mundo la procesan de forma similar. Sin embargo, cuantificar estas cuestiones es un reto notorio, ya que gran parte de la investigación psicológica se basa en participantes de habla inglesa del mundo occidental. Por lo tanto, uno de nuestros objetivos ha sido investigar estas cuestiones de universalidad con conjuntos de música diversos y representativos, junto con muestras de participantes igualmente diversas y representativas. Esta diversidad es esencial para desarrollar una teoría que explique por qué evolucionó la música, qué parte de ella comparten los seres humanos y qué parte es específica de cada cultura.
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¿Cómo se realizó el estudio?
—El objetivo de este estudio era averiguar si las personas son capaces de reconocer la función de una canción aunque proceda de una cultura completamente desconocida y esté cantada en un idioma desconocido. Empezamos reuniendo un archivo de 118 canciones —música con voz— grabadas en todo el mundo. Estas canciones procedían de 86 sociedades, en su mayoría de menor escala, y se utilizaban originalmente en uno de estos cuatro contextos: tranquilizar a los bebés, bailar, curar enfermedades o expresar amor por otra persona (seleccionamos estos cuatro contextos porque aparecen en todas las culturas que estudiamos). A continuación, tocamos estas canciones a más de 5,000 oyentes de 49 países industrializados diferentes y a más de 100 oyentes de tres sociedades remotas de
menor escala. Pedimos a estos oyentes que valoraran lo apropiada que les parecía cada canción para bailar, tranquilizar a un bebé, curar una enfermedad o expresar amor por otra persona. Posteriormente, comparamos esas valoraciones con las funciones originales de las canciones y descubrimos que la mayoría de la gente de todo el mundo podía identificar las canciones de baile, las canciones de cuna y las canciones curativas, pero tenían dificultades con las canciones de amor.
3 Por qué personas de todas las culturas fueron capaces de identificar la música de baile, las canciones de cuna y la música creada para la curación?
—Creemos que nuestros resultados apoyan las teorías que sugieren que la música se desarrolló
como un medio de “señalización creíble”. Una “señal creíble” es una señal de un miembro de una especie a otros de su especie (y a veces de fuera de su especie), y esta señal es 1) difícil de falsear y 2) informativa. Podemos aplicar esta teoría para explicar la evolución del canto humano en los contextos del baile y de tranquilizar a los bebés. Por ejemplo, una canción bailada puede requerir la coordinación de muchos cuerpos y voces diferentes, y la interpretación de una canción bailada funciona como una señal creíble de cooperación y organización. A la inversa, cantarle a un bebé es una señal creíble de que uno está cerca y atento. Si el canto humano obedece a una función evolutiva como esta, se explicaría por qué personas de todo el mundo pueden seguir interpretando estas señales
miles de años después.
¿Qué pasó con las canciones 4 de amor? ¿Por qué es difícil identificarlas?
—Es posible que la categoría de “canciones de amor” sea especialmente ambigua, lo que dificulta a los oyentes identificar su propósito. Las canciones de amor pueden incluir canciones sobre la felicidad, los celos, la atracción o la tristeza, y es probable que todas estas subcategorías suenen muy diferentes. En consonancia con la idea de que las canciones de amor tienen matices, a los oyentes les resultó más fácil identificar las canciones de amor grabadas en culturas geográfica y lingüísticamente más cercanas a ellos. Por lo tanto, los oyentes podrían necesitar más contexto para concluir cuándo una canción expresa amor.