Art Déco en Puerto Rico
DAVID SOTO PADÍN HA DOCUMENTADO SOBRE 200 ESTRUCTURAS ART DÉ PUERTORRIQUEÑA DE ARQUITECTURA HISTÓRICA PARA RECUPE ÉCO Y FUNDÓ LA SOCIEDAD ERAR MEMORIAS
Al caminarlos, los espacios muestran su verdadera esencia, nos descubren historias pasadas y las vidas actuales que nos seducen la curiosidad. Eso lo prueba el proyecto en el que se ha sumergido David Soto Padín guiado por el interés de mostrar que la preservación histórica y la conciencia por la arquitectura nos permite hacer comunidad.
Lo que inició como un antojo en el verano de 2008 de fotografiar la naturaleza, la ciudad y sus recovecos, fue el vehículo para reconocer la importancia de acercarse al patrimonio cultural y arquitectónico del país. Las fotos desembocaron en la investigación que lo ha llevado a crear una base de datos que sobrepasa los 200 edificios Art Déco en Puerto Rico. Se trata de una lista que comprende edificios residenciales, gubernamentales y comerciales, teatros, escuelas, puentes, y otras manifestaciones de este lenguaje artístico.
Casi todos los cascos urb tienen edificios abandona más preguntas que las co se reciben”
DAVID SOTO PADÍN
“Casi todos los cascos urbanos de Puerto Rico tienen edificios abandonados y uno se hace más preguntas que las contestaciones que recibe”, comenta el estudiante de ingeniería civil de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez, sobre los orígenes de su proyecto.
Viajes en carro público, por el tren, en la travesía de los detalles arquitectónicos lo llevaron a reafirmar su pasión por el Art Déco. La búsqueda apenas iniciaba.
“Nunca conseguía información sobre un estilo particular, el Art Déco. No encontraba en bibliotecas de arquitectura que me pudiese meter a archivos, en los recursos disponibles solo había un documento y no hablaba de los edificios individuales. Y me tomé la tarea de catalogarlo todo”, dice el joven de 20 años que inició esta base de datos a fines de aquel verano de 2008 en parte también por el apoyo de quienes han creído en la iniciativa, entre los que están sus padres David Soto Andrews y Rafaela Padín Crespo.
Esa base de datos no nació para estar guardada. “Yo la cargo conmigo a todas partes”, y me muestra su celular al decir que esa aproximación a la información le permite mantenerla organizada ante cualquier cambio o actualización que deba hacer.
El próximo paso era compartir dicha información.
“El Instituto de Cultura Puertorriqueña tiene una lista de edificios que están bajo el programa National Register of Historic Places que no incluye a todos los edificios de Puerto Rico. Entendemos que estos están protegidos federalmente y pueden recibir ciertas asistencias pero hay otros edificios que tal vez no estarán protegidos pero merecen ser documentados y reconocidos”, menciona.
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avid entiende que es la pria vez que alguien publica proyecto como este de libre eso al público. “Para mí eso bien importante y cuando lo lico vienen todas estas peras, arquitectos, historiado-aficionados, arqueólogos, y dicen ‘esto está tremendo’ y ndo eso pasa, surge una red personas”, destaca quien pa- ra no perder esos contactos que tienen la arquitectura como un interés en común decidió formar la Sociedad Puertorriqueña de Arquitectura Histórica.
Aunque el grupo comenzó con el enfoque del Art Déco, David acepta que la fascinación por la arquitectura sigue los pasos de otras vertientes y estilos, algunos de los cuales “no están to- talmente estudiados y documentados”. Había que ampliar el campo de trabajo.
“Decidimos llamarnos Sociedad Puertorriqueña de Arquitectura Histórica para expandir el alcance a todo estilo ecléctico que se desarrolló en cascos urbanos o todo estilo detallista por-
que ahora tenemos el modernismo que es minimalista pero, lo que el modernismo no hace, es que los detalles cuentan historias”, relata quien asegura que desde esos pequeños aspectos, la historia de un país también puede contarse.
ESTÉTICA Y COMUNIDAD
Para David fue necesario desde el principio recorrer la Isla y no concentrarse meramente en el área metro con ejemplares del Art Déco reconocidos por muchos como el Hotel Normandie o el edificio Miami en Condado. “Estos edificios están por toda la Isla y uno tal vez no sabía que el Art Déco se había expandido a tantos rincones. Pero eso es lo que hace muy importante a Puerto Rico en el mundo Art Déco: que tiene en todas las regiones”, indica.
A su juicio, cuando las personas reconocen que un edificio tiene un cariz histórico, muchos que vivan cerca de ellos pueden sentir identificación y hasta cariño. Dice con ilusión que algunos, al aventurarse a conocer más detalles de estas edificaciones, pueden descubrir familiares o conocidos que diseñaron o participaron en la edificación de la estructura. Esas historias internas, según David, tienen la secuela de la que las personas se sientan partícipes del proceso de velar por esos edificios o de preservarlos.
“Se desarrolla un sentido de comunidad”, sostiene quien entiende que ese cúmulo de intereses entre unos y otros invita a la conversación, a compartir y a frenar el individualismo.
Cuenta que un caso de reclamo comunitario se produjo en el barrio Castañer de Lares con una escuela abandonada que antes era ignorada, pero al considerarse “una estructura histórica”, sus vecinos le reconocieron valor.
De igual modo, son muchas las historias que David ha ido descubriendo y lo han puesto en contacto con el Puerto Rico de antaño. Piensa en el Teatro Fox Delicias en Ponce que se desarrolló como iniciativa de Pedro Juan Serrallés por ese espacio de reunión que en 1928, según David, se desarrollaban encuentros para ver películas. El deseo de erigir un cine fue inevitable y ahí entró el arquitecto Francisco Porrata Doria como diseñador de esa y otras estructuras. La historia se moldea así, sin duda.
Entre los aspectos que lo conmueven y entusiasman del Art Déco, David resalta la integración del artista en el proceso. “El arquitecto jugaba un rol tremendísimo pero el arte siempre fue importante en la edificación Art Déco. Por ejemplo, en muchos edificios se vio cómo los muralistas participaron dentro de los
edificios”, subraya quien detalla que los interiores como los murales de una edificación de este estilo son tan claves como la fachada. “Muchas veces personas reemplazan los murales no sabiendo la importancia que pueden tener”, se lamenta.
A David se le sale por la mirada el entusiasmo que le produce no solo la recopilación de edificios sino la misión de un grupo que promueve la preservación, la renovación y restauración de edificaciones históricas. Con ese mismo vigor estuvo en el mes de marzo participando de la duodécima edición del Congreso Mundial de Art Déco en la Habana, Cuba donde dictó la conferencia El Art Déco en Puerto Rico.
La lista, como piedra angular de su proyecto, la considera como un vehículo para que las comunidades sientan orgullo por ciertas estructuras en su vecindario y, por supuesto, un recurso documental que cualquiera puede usar. Además, ya algunos se le han acercado a David para ofrecer un tour a través de las estructuras.
“Estas estructuras deben servir como los cimientos para un distrito de eso mixto, turístico. Lo bueno del turismo de herencia es que básicamente es educación, y esa es la idea. Santurce tiene tantos edificios Art Déco que no tiene nada que envidiarle a otras capitales del mundo y eso se puede integrar en el proceso de desarrollo de la zona”, manifiesta quien, aunque admira las diversas manifestaciones y lenguajes de la arquitectura, expresa que el Art Déco es su favorito porque lo siente como una reafirmación de los avances del ser humano. El progreso, al fin y al cabo, es también arte.