Agua pa’ los gallos
Sentado en una silla plástica el hombre daba instrucciones a la entrada del estacionamiento en Río Piedras. Estaba rodeado de gallos con el plumaje brilloso por el aguacero que los había rociado. -Mire míster, siga hasta el final y estaciónese contra la pared pero mirando de frente, instruyó el hombre a Milimari quien no llegó al final, obvió la pared y la tablilla era el panorama que ofrecía la 4 runner de espaldas al mundo. -¿Usted no sabe seguir instrucciones?, le reclamó el hombre mientras sacaba del bolsillo de su t-shirt ajustada a su amplia barriga el ticket del estacionamiento.
-¿Usted no sabe distinguir entre míster y miss?, contestó Milimari.
-Ay dio, cuchen a esta mis gallitos. Nos llegó una gallina revolucionaria de la Iupi, dijo el encargado a los gallos que comían a su alrededor.
- Gallina no, jerezana, estableció diferencia pronto Milimari.
-Pues jerezana, son cinco pesos por el día.
-Pero yo solo voy a tardar una hora.
-Eso dices tú. Después te llaman de las chinitas al final de la calle, te vas a hacer las uñas y te echas el día en eso. Son cinco flat o me compras una de estas.
Estaban cubiertas por bolsas plásticas para guarecerlas del aguacero pasado. Eran lienzos pequeñitos y medianos con diversas escenas protagonizadas por gallos.
-Conóceme. Yo soy el pintor, se presentó el hombre levantándose de la silla y estirando su mano.
Milimari evaluó posibilidades. Sacó el celular, tomó fotos de varios cuadros y los colgó de inmediato en Facebook.
“Gallera en lienzo”, exposición en estacionamiento en Río Piedras ya abrió al público. Obras BBB ( buenas, bonitas y baratas)”, leía el mensaje.
-Ya le hice promoción. Espere a los clientes. ¿Cuánto me dijo que era el parking?, volvió a preguntar Milimari mientras el pintor, embelesado, miraba la pantalla del celular de la joven con sus obras desplegadas.
-No si yo te digo, estás jerezanas sí que son listas. Tres pesitos, estableció tarifa.
-Dos cincuenta y todos somos felices, contestó Milimari mientras dejaba el dinero en la palma de la mano del pintor.
-Agua pa' los gallos, murmuró el hombre viéndola partir del parking.